Jalisco
Cuando tus hijos ven pornografía
Es una oportunidad de mostrar tu comprensión y capacidad de ayudarlos. Es un momento educativo
Ya es una realidad, muchas veces inevitable, que los menores se acerquen a estas destructivas y lamentables páginas que exhiben las perversiones sexuales a las que hemos llegado.
Afortunadamente existen algunos censores y detectores que pueden limitar o disminuir el riesgo de que entren en contacto con este mundo de desviaciones.
Lo difícil es que siempre hay alternativas no esperadas o hasta disfrazadas para evitar la vigilancia. Incluso son tan agresivos, que en las páginas de videojuegos infantiles aparecen, seductivamente, para atrapar a los inocentes y curiosos cibernautas.
Lo más importante de todo es cómo los padres de familia afrontan el problema. Si lo hacen con regaños y castigos, especialmente con preocupaciones y agresiones inútiles, fuera de corregir la conducta, pueden hasta perturbar la mente de sus hijos con culpas y angustias innecesarias.
Lo mejor de todo es buscar el momento oportuno para hablar con ellos y hacerlo siempre de la mejor manera posible. Es una recomendación en general, no actuar bajo el dominio del hígado y el estómago, como muchos lo hacen.
Lo primero que hay que hacer es preguntarle lo que pasa, una vez que se le ha explicado lo que se observa o se sabe de su comportamiento. Es muy importante no dar por asentado que es el culpable, sin saber si es cierto o no. De hecho, he conocido varios casos de hermanos y amigos que abren estas páginas en la computadora del otro, para que los acusen de algo que ellos no hicieron.
Una vez que te dan las explicaciones que quieran, entonces tan sólo les debes hacer ver que ésa no es la sexualidad que tú les deseas dar a conocer, ni que es sano que mantengan una curiosidad sobre esta manera de exhibirla.
Tampoco es recomendable prohibirlo, porque es muy cierto que se hace más deseable. Ni tampoco castigarle la computadora ni mantener de aquí en adelante una estrecha vigilancia de lo que hace o no con ella, pues de cualquier manera hay que respetar su libertad e intimidad.
El momento educativo es una bella oportunidad de estrechar los lazos de confianza, en vez de estropearlos más. Es saber que todos somos propensos a equivocarnos y a recibir una corrección amorosa en vez de un castigo.
Ciertamente no queremos que nuestros hijos se habitúen a ver pornografía, pero en vez de hacerles ver lo malo que han hecho, es mejor mostrarles que tienen unos papás que saben comprender y acompañar en los momentos más importantes de su vida.
Trata a tus hijos como a ti te gustaría que te trataran. Si tú cometes el mismo error ¿cómo te gustaría que te ayudaran a corregirlo?
Y por favor, ni hagas chismes ni se lo andes platicando a los demás, es algo que a nadie nos gusta.
dellamar@yahoo.com
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