Jalisco
¿Cuáles criminales?
No podemos negar que hay líderes sindicales, inspectores, agentes de la Policía, ministeriales y judiciales, que realizan multitud de crímenes muy bien organizados y en la flagrante impunidad
Me impresiona mucho que los grupos organizados para delinquir se cobijen y escondan en las oficinas de Gobierno y ni siquiera den la cara para seguir haciendo sus fechorías.
No podemos negar que hay líderes sindicales, inspectores, agentes de la Policía, ministeriales y judiciales, que realizan multitud de crímenes muy bien organizados y en la flagrante impunidad.
¿Quién puede hacerse de la vista gorda ante constructores, urbanistas, banqueros, importadores, comerciantes y cuanta profesión podamos citar, que cometen crímenes de distinta índole, desde fiscales hasta de tráfico de influencias, que lo hacen en forma muy bien organizada y sin que alguien les ponga la mano encima?
¿Cómo es que queremos combatir a los delincuentes de afuera, si no hacemos nada para erradicar a los que ya tenemos adentro? Me parece una quimera y una tomada de pelo a toda la sociedad.
Hay peores delincuentes que los susodichos, basta reconocer que los inmigrantes ilegales que transitan por nuestro país tienen por principales verdugos a las propias “autoridades” de diversas instituciones, que se han dedicado a usufructuar de su humilde y desprotegida situación. Y qué decir de las cárceles, de algunos juzgados y oficinas de trámites burocráticos que tienen por décadas muy bien organizada la corrupción, es decir, actos criminales, y siempre acaban por salirse con la suya. Sean los funcionarios del color que sean.
Y qué tal la atención en el Seguro Social, por poner un lindo ejemplo de lo que ha pasado por años con las medicinas, el tráfico y negocio de lo que sea, sin que nadie haga algo para frenarlo. Ésos sí que están organizados para hacer crímenes contra los usuarios, y todos calladitos.
Los millonarios presupuestos para el Fobaproa, para las campañas, para los gustitos de los congresistas y todas las arcas del Gobierno que son saqueadas por muchos sinvergüenzas con gran organización y sistema, y resulta que no son crímenes, porque nadie lo puede demostrar y son sólo percepciones y voces llenas de envidia y chismes de pasillo.
No creo en la lucha contra el crimen organizado si no comenzamos con los criminales que viven como parásitos dentro del mismo Gobierno.
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