Jalisco

¿Cuáles criminales?

No podemos negar que hay líderes sindicales, inspectores, agentes de la Policía, ministeriales y judiciales, que realizan multitud de crímenes muy bien organizados y en la flagrante impunidad

¿A qué criminales se les está haciendo la guerra? Desde luego a los que están organizados, pues les llaman del crimen organizado. ¿Y será que lo están? Bueno... ¿Y qué tan organizados deben estar para considerarlos como tales? La verdad lo desconozco, pero suponemos que deben de estarlo. Pero lo que más me interesa saber es si los que los combaten también lo están. Y es allí donde ya comienzo a tener mis dudas. En principio, porque si alguien quiere echar una plaga fuera de su casa, digamos de cucarachas o mosquitos, pues empieza a fumigar de adentro para fuera, y no al revés. Lo que implica que la lucha contra el crimen ha comenzado con los de afuera y no con los que ya están incrustados en casa. Es decir, dentro de las mismas instituciones y oficinas del Gobierno.

Me impresiona mucho que los grupos organizados para delinquir se cobijen y escondan en las oficinas de Gobierno y ni siquiera den la cara para seguir haciendo sus fechorías.

No podemos negar que hay líderes sindicales, inspectores, agentes de la Policía, ministeriales y judiciales, que realizan multitud de crímenes muy bien organizados y en la flagrante impunidad.
¿Quién puede hacerse de la vista gorda ante constructores, urbanistas, banqueros, importadores, comerciantes y cuanta profesión podamos citar, que cometen crímenes de distinta índole, desde fiscales hasta de tráfico de influencias, que lo hacen en forma muy bien organizada y sin que alguien les ponga la mano encima?

¿Cómo es que queremos combatir a los delincuentes de afuera, si no hacemos nada para erradicar a los que ya tenemos adentro? Me parece una quimera y una tomada de pelo a toda la sociedad.

Hay peores delincuentes que los susodichos, basta reconocer que los inmigrantes ilegales que transitan por nuestro país tienen por principales verdugos a las propias “autoridades” de diversas instituciones, que se han dedicado a usufructuar de su humilde y desprotegida situación. Y qué decir de las cárceles, de algunos juzgados y oficinas de trámites burocráticos que tienen por décadas muy bien organizada la corrupción, es decir, actos criminales, y siempre acaban por salirse con la suya. Sean los funcionarios del color que sean.

Y qué tal la atención en el Seguro Social, por poner un lindo ejemplo de lo que ha pasado por años con las medicinas, el tráfico y negocio de lo que sea, sin que nadie haga algo para frenarlo. Ésos sí que están organizados para hacer crímenes contra los usuarios, y todos calladitos.

Los millonarios presupuestos para el Fobaproa, para las campañas, para los gustitos de los congresistas y todas las arcas del Gobierno que son saqueadas por muchos sinvergüenzas con gran organización y sistema, y resulta que no son crímenes, porque nadie lo puede demostrar y son sólo percepciones y voces llenas de envidia y chismes de pasillo.

No creo en la lucha contra el crimen organizado si no comenzamos con los criminales que viven como parásitos dentro del mismo Gobierno.
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