Jalisco

Cuadrúpedos al resguardo de la seguridad en Puente Grande

Como medida precautoria ante un posible altercado, la Dirección General de Prevención y Readaptación Social ha entrenado un grupo elite de 40 perros

GUADALAJARA, JALISCO.-  Con la fidelidad y la obediencia como virtudes máximas, los perros tienden a ser catalogados como los mejores aliados del hombre, y si a ello se suma un entrenamiento profesional, los canes pueden ser unas armas verdaderamente eficaces.

Y teniendo esto en mente, es que la Dirección General de Prevención y Readaptación Social (DIGPRES) ha preparado un escuadrón canino que se mantiene en constante adiestramiento,  y el cual, desde el año de 1991, ha fungido como una de las herramientas vitales para resguardar la seguridad en las instalaciones del Penal estatal de Puente Grande.

“Este escuadrón tiene una antigüedad de 18 años; a la fecha tenemos 40 canes, dentro de los cuales se cuentan de las razas Rottweiler, Labrador y Pastor Alemán, entre otros”, señala el titular de la DIGPRES, José González Jiménez.

Selección de rastreadores


Normalmente, las autoridades que mantienen el orden en Puente Grande eligen perros que, dadas sus características innatas, como la agresividad y el nivel de control que se pueda ejercer sobre ellos —así como la destreza en su sentido del olfato—, sirvan para vigilar y proteger.

“Debe ser un proceso de selección previo, el perro debe tener instinto de depredador, tanto para perros de  guardia y protección como perros de aroma”, según menciona el médico veterinario zootecnista, Francisco Javier Estrada, quien también es el encargado de las series caninas de la DIGPRES.

Y sobre ésta última selección de perros (de aroma), el elemento encomendado a ejercitar y entrenar al escuadrón canino aclara que el fin último de ellos es fungir como un radar, el cual detectará de manera certera las drogas que los internos puedan ocultar entre sus pertenencias cuando se realice un operativo de revisión precautorio.

“Sirven, precisamente, para reforzar la seguridad y sobre todo para revelar si es que algún tipo de estupefacientes o psicotrópicos se ocultan en las celdas”, menciona Javier Estrada.

Y como se trata de un grupo que, además del infatigable sentimiento del deber, cuenta con un gran sentido de la responsabilidad, y sobre todo, de incorruptibilidad, los encargados de dotar del entrenamiento profesional y de ejercitar a los oficiales en cuatro patas deben ser especialistas en vigilancia y custodia, ya que, de no ser así, la dupla sería infructuosa. “Tenemos diez elementos en la institución que son manejadores caninos, quienes están continuamente instruyendo”.

Cachorros entrenados

Javier Estrada señala que el lapso de tiempo para que los agentes terminen de capacitar a un elemento canino requiere de seis meses en promedio, tras lo cual se espera que tanto el oficial como el perro se familiaricen y formen el binomio que se requiere para hacer frente a cualquier eventualidad que requiera la activación de los caninos.

“Lógicamente que debe haber una interacción con el can; posteriormente a la selección hay que involucrar al elemento en el proceso de adiestramiento básico y posteriormente al adiestramiento avanzado. Después, pasar a lo que viene siendo guardia-protección y a perros de aroma”.

El can elegido por DIGPRES comienza su entrenamiento desde los cuatro hasta los seis meses de edad, a fin de que la percepción de las personas con las cuales convivirá se agudice, y posterior a ello se mete a un sistema de adiestramiento; su lapso de utilidad máximo será de 12 años.

Pero cuando el perro es dado de baja, ya sea por cuestión de edad, o bien, por alguna lesión que sufra en el cumplimiento de su deber, siempre está abierto el tema de la adopción; incluso, hay custodios que han puesto en práctica esta opción y han llevado a su compañero de labor a su propio hogar.

Seguridad en los complejos carcelarios del Estado


Sin embargo, y a pesar de la gran simpatía que pueda existir entre el binomio, los perros son herramientas de trabajo y, al final del día, como tal es que son requeridos.

Es así que los 40 elementos que conforman el cuerpo elite de la seguridad en cuatro patas, son utilizados tanto en el Penal estatal de Puente Grande, como en los Centros Integrales de Justicia Regional (Ceinjure), y en la Granja de Readaptación Social.

“De hecho aquí tenemos varios perros en el escuadrón y los demás están distribuidos en los diferentes centros de reclusión; por ejemplo, tenemos perros fijos que son de guardia nocturna en los tres centros, lo que es el femenil, preventivo y el Centro de Readaptación Social (CRS)”.

El presupuesto para dar alimento, limpieza y manutención en general a los perros es de 12 pesos diarios, lo que hace un promedio de 360 pesos mensuales por cuadrúpedo, aunque “El adiestramiento y el cuidado lo hace aquí el personal especializado”.

Uso del instinto canino bajo casos extremos


La puesta en marcha o activación de este grupo altamente calificado se hace bajo cualquier circunstancia que ponga en riesgo la seguridad en el complejo penitenciario, y el hecho de que exista predisposición al trabajo por parte de ellos, los vuelve una herramienta invaluable, según manifiesta el oficial a cargo de los rastreadores.

“(Se utilizan) por ejemplo, cuando tenemos riesgos de fugas o motines, o bien, simplemente cuando necesitamos reforzar la vigilancia en los internos, así como la vigilancia nocturna”.

Retenes de acceso al centro penitenciario, la aduana de vehículos, zonas de restricción, torres de vigilancia, patrullaje en el interior de los reclusorios, e incluso en los dormitorios que los custodios consideran de mayor peligrosidad, son los sitios en los cuales el certero e insobornable instinto de los perros se encuentra presente.

Los resultados por el uso del escuadrón canino son vastos; toda vez que, a lo largo de su existencia, los oficiales han logrado sofocar varios intentos de motines, e incluso reducir y controlar aquellas revueltas que sí se llevaron a cabo. Además, se cuenta una ocasión en la cual un rastreador canino localizó un explosivo que se hallaba colocado en un vehículo estacionado en las cercanías del complejo, aunque: “a veces se han localizado armas de fuego y drogas”.

FRASE:

“Los elementos caninos normalmente están dispuestos a trabajar en cualquier horario y, en ocasiones, hasta dar su vida”.

José González Jiménez, titular de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social
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