Jalisco

Crónica de un pueblo en lucha

En Temacapulin los pobladores no confían en el gobierno, pero no pierden la fe de salvar su tierra

GUADALAJARA, JALISCO (12/ABR/2014).- Al llegar, soy recibida por miradas curiosas. Es un poblado de tan sólo 353 personas, por lo que saben reconocer a un forastero cuando lo ven, pero casi todos me sonríen al verme llegar al lugar de reunión. Niños, jóvenes y ancianos de la plaza se unen al grito de "Temaca Vive" mientras aguardan la llegada del Gobernador del Estado.
 
 "No va a venir", me dice casi en un susurro una señora desde una banca. Con su voz de profeta, la mujer acierta. Aristóteles jamás llega al pueblo, pero la amenaza de la inundación y reubicación aún pende sobre ellos.
 
 Después del anuncio del gobierno del estado sobre el incremento en la altura de la presa El Zapotillo, el comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo invitó al Gobernador a un diálogo en la plaza central de Temaca, pero éste no se presentó.
 
 No obstante, los habitantes no parecen sorprendidos. "Ya estamos hartos de tanto político mentiroso", recalca la misma señora. Me invita a sentarme a su lado y pronto llegan más habitantes ancestrales del pueblo. Con 74, 76 e incluso 80 años, han pasado toda su vida en Temaca. Ahí nacieron y ahí piensan morir. "Yo no me muevo de aquí", aseveró con firmeza un anciano del pueblo.
 
 Temacapulín es apacible. Los habitantes aseguran que ahí no hay miseria. "Somos bien calmados, bien pacíficos. No hay limosneros, todo el mundo tiene una cama y un taco de frijoles con chile y las tierras son muy fértiles", me asegura una mujer del poblado. Los ancianos viven en casas construidas por sus abuelos, acuden a misa a una iglesia de más de 200 años y visitan a sus muertos en el panteón local. Es un pueblo de 1400 años que no está dispuesto a que se inunde su historia.
 
 Ya no son creyentes del sistema, son ateos del gobierno, pero siguen teniendo fe. La señora que pronosticó la ausencia de Aristóteles me tiende una estampa con un cristo "El Señor de la Peñita, el patrono de Temaca, vas a ver el milagro que va a hacer, con él no va a poder el gobierno".
 
 El día de ayer, duraron hora y media aguardando a Aristóteles, pero llevan cerca de nueve años a la espera de una resolución definitiva que salve al poblado.
 
 A pesar de la decepción, Temaca no se desanima. Acepta la decepción del gobierno, pero no abandonan la lucha. Vecinos se colocan frente al micrófono de la plaza y dan palabras de aliento a sus colegas. "¡Temaca no se rinde!", gritan a voz de cuello, tras asegurar que continuarán con la lucha.
 
 Más de cincuenta ciudadanos se toman de las manos al centro de la plaza, impasibles ante el fracaso del día. Uno de los miembros de la comunidad dirige una oración a la que se une el pueblo con las manos alzadas y los ojos cerrados para concluir el rito exclamando: "¡De norte a sur, de este a oeste, ganaremos esta lucha cueste lo que cueste!"
 
INFORMADOR / Daniela Castillo
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