Jalisco

Contaminación amenaza a la Laguna de Sayula

La zona está en riesgo de iniciar un proceso de degradación general

GUADALAJARA, JALISCO.-  La cuenca cerrada de Sayula recibe 266.21 litros de aguas residuales por segundo —según la Comisión Nacional del Agua ( Conagua)— y escurrimientos de pesticidas, fertilizantes y lixiviados “que la ponen en serio riesgo de iniciar un proceso de degradación general”, de acuerdo con un diagnóstico de la Región Sur de Jalisco que realizó en 2007 la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable ( Semades).

Sin embargo, no existe un estudio integral que determine los niveles de contaminación del agua, ni un plan para construir plantas de tratamiento en cinco de los seis municipios que vierten aguas negras a este humedal, que en 2004 obtuvo la declaratoria internacional como sitio Ramsar.

El investigador Óscar Francisco Reyna Bustos, jefe del Laboratorio Laguna de Sayula, del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Ambientales, de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explica que la problemática es compleja porque la laguna es una fosa tectónica que no tiene salida al mar y no tiene afluentes de ríos. “Todo lo que escurre se queda ahí, por eso es salada”.

Las poblaciones que descargan son: Zacoalco de Torres (25 mil habitantes), Teocuitatlán de Corona (10 mil habitantes), Atoyac (siete mil 870 habitantes), Amacueca (tres mil 32 habitantes), Techaluta (tres mil 44 habitantes) y Sayula (34 mil 755 habitantes). En teoría, las localidades de más de dos mil 500 habitantes tienen la obligación de sanear sus aguas, pero ninguna de éstas cumple con la norma.

Amacueca es el único Ayuntamiento que este año construirá una planta de tratamiento, en coordinación con la Comisión Estatal del Agua (CEA) y la Conagua, que aportan 70% del total de la inversión.

En cambio Sayula, que encabeza la lista de descargas con 114 litros por segundo, apenas está revisando proyectos de estudiantes de la UdeG. El director de Ecología de Sayula, Javier Rendón, comenta que la idea existe desde hace varios años, pero “lo que se había  presentado no era favorable y ahorita estamos viendo cómo comenzar la solicitud”.

Reconoce que esta administración “va de salida y esperamos que los regidores lo analicen y lo aprueben”. Aunque asegura que el municipio no tiene los recursos, por lo que ignora el costo total y las fechas en que se podría aprobar el plan. “Todavía no sabemos la cantidad, pero yo pienso que sí avanza, porque somos el Partido Verde y sería bueno dejarlo encaminado”.

Óscar Francisco Reyna Bustos puntualiza que la solución no es tan simple, pues las poblaciones no tienen recursos para invertir en plantas de tratamiento, “aunque sea prioritario, porque implica riesgos a la salud”.
Para construir una planta de tratamiento, la CEA necesita que los municipios tengan la iniciativa, 20% de los recursos económicos y un predio donde operarla. El problema es que el presupuesto alcanza para 20 plantas al año y el organismo da prioridad a las poblaciones que descargan a los ríos Verde, Santiago y Zula, ya que la limpieza de estos afluentes son una condición para la construcción de la Presa de Arcediano.

De acuerdo con el director de Operación de Plantas de Tratamiento de la CEA, Manuel Osés Pérez, los municipios que no cumplan con la norma serán sancionados a finales de 2010.

No hay recursos para monitorear

El jefe del Laboratorio Laguna de Sayula, dice que sólo existen monitoreos muy puntuales, pero no reflejan las condiciones de toda la laguna. “Necesitamos estudios claros para saber qué cantidades de contaminantes tenemos y si éstos se apegan a las normas internacionales”.

 El problema, añade, es que los análisis “son muy caros”. Cada uno cuesta 27 mil pesos y se tendrían que hacer en 10 mil pozos. En resumen, se necesitan 270 millones de pesos.

“Aunque no tengamos datos precisos, de lo que sí estamos seguros es que hay aportes de fertilizantes y pesticidas que se quedan en la laguna; filtración de lixiviados; escurrimientos de las partes altas de la sierra que en temporal de lluvias se vienen aguas abajo y se filtran en la laguna, como los químicos que usan los paperos en Tapalpa”.

Otras problemáticas son la pérdida de cobertura vegetal —hay mayor arrastre del suelo—, el deterioro del paisaje, la desaparición de especies, y que no hay aporte directo de agua a la laguna porque “cuatro presas están desviando el líquido a zonas de cultivo”.

La reducción de los niveles de agua —la Conagua considera que esta cuenca cerrada está en “déficit”— también disminuyó la afluencia de aves acuáticas.

Óscar Reyna concluye que se requiere un cambio radical en el manejo de los recursos de esta región, porque si esto continúa, “vamos a terminar peleándonos por el agua. Es urgente tratar las aguas, reforestar en partes altas y medias y evitar los monocultivos que producen pérdida de biodiversidad biológica de la zona”.

Para saber

La laguna está ubicada a 60 kilómetros de Guadalajara, a una altura de mil 350 metros sobre el nivel del mar, con una superficie de 16 mil 800 hectáreas. Su longitud es de 31.8 kilómetros y 5.3 kilómetros de ancho (promedio).
 
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