Jalisco

Construyen un fraccionamiento entre vestigios

Aunque el INAH restringió obras en algunos puntos cercanos a Guachimontones, no han revisado que el desarrollador cumpla con su protección

GUADALAJARA, JALISCO (22/JUL/2017).- A cuatro kilómetros del sitio arqueológico Guachimontones, la empresa Panorámica de Vallarta, encargada de construir el fraccionamiento “Tierra de Dioses”, afectó “parte importante de la superficie y evidencia arqueológica” en un predio conocido como “El Pando”, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) vía solicitud de Transparencia.

El Instituto detectó 18 elementos arquitectónicos, como conjuntos habitacionales, terrazas, alineamientos y posibles tumbas de tiro, que se distribuyen principalmente en 55 de las 121.5 hectáreas revisadas o inspeccionadas que conforman la primera etapa de construcción del fraccionamiento (en el predio denominado “El Pando”); éstas representan casi la séptima parte de todo el desarrollo, que suma 920 hectáreas. “Entre los elementos arquitectónicos encontrados destacan dos conjuntos habitacionales con un patrón de distribución nucleado (…) aunque parte de su extensión total pudo haber sido afectada debido a la traza de calles”.

Verenice Heredia, titular del proyecto de investigación Guachimontones, señaló que el tamaño de la zona arqueológica es más grande de lo excavado hasta el momento en el polígono declarado como protegido.

Guillermo Olveda García, del Centro INAH Jalisco, indicó que no se pueden prohibir ese tipo de construcciones porque la ley restringe edificar sólo en polígonos colindantes a sitios arqueológicos; es decir, que compartan un mismo lindero. “La ley no señala sitios cercanos. El fraccionamiento Tierra de Dioses está cerca, a unos metros, pero no es colindante”.

Mencionó que no se sancionó a los fraccionadores porque los daños fueron sin intención. Además, enfatizó, es imposible estar al pendiente de más de mil sitios arqueológicos en la región. “No tenemos el personal para proteger todos los sitios, por lo tanto, los Ayuntamientos donde están enclavados nos ayudan a protegerlos, éstos nos están avisando posibles obras o afectaciones. Son los ‘ojos’ del Instituto”.

Sin embargo, Armando Andrade Gutiérrez, alcalde de Teuchitlán, destacó que el INAH no les notificó de la existencia de vestigios arqueológicos en ese punto.  “Tenemos una corresponsabilidad para proteger un sitio, entonces ¿dónde está el documento o la notificación de ellos hacia el municipio donde se nos haga saber? Al final si INAH se lo guarda… no podemos hacer mucho”.

“No podemos salvar todos los sitios”

La arqueóloga Verenice Heredia, titular del proyecto de investigación Guachimontones, explicó que alrededor de la zona arqueológica han detectado vestigios de casas, terrazas, círculos más pequeños y otros elementos del tiempo que comprende desde antes de la llegada de los españoles hasta el 900 después de Cristo.

“El sitio tiene una larga ocupación. Sí hay mucho por descubrir en la zona, pero también preguntas. Sabemos de los círculos y para qué se utilizaban, pero no hay nada de excavación sobre casas de la gente, sabemos muy poco de lo que hacía la gente común”.

De acuerdo con lo que reportó el INAH, en la prospección realizada en el predio “El Pando” identificaron conjuntos habitacionales. Heredia indicó que cualquier sociedad debe saber cómo se organizaba la clase media y para ello deberían excavar en las pequeñas casas de la gente, arista no explorada aún en Guachimontones.

“Estamos viendo que su sociedad era mucho menos piramidal, no encontramos palacios, parece ser una organización política mucho más democrática. Para mí es mucho más importante, está (Guachimontones) poniendo su granito de arena a las distintas maneras de organizaciones prehispánicas en Mesoamérica o en el mundo”.

Por ese motivo la destrucción en vestigios de tipo habitacional nuevo dificultaría el estudio y reduciría la posibilidad de entender toda la ocupación que hubo en la zona. Sobre si la muerte de Weigand en septiembre de 2011 influyó para que la zona quedara desprotegida, Heredia consideró: “A mí Phil me lo dijo personalmente: ‘Cuando veas a alguien haciendo destrucción de sitios ve y haz una demanda’”.

Apuntó que sería difícil imitar la conducta de Weigand. “Lo que podemos hacer es ayudar a los municipios a que tengan una mejor planeación urbana, de que respeten esos lugares que pueden ser de interés cultural, científico. Ya hay leyes para eso”.

¿Y si el Gobierno compra los terrenos aledaños y cercanos a las zonas en donde pudiera haber más elementos importantes?, se le pregunta a Verenice, quien consideró que sería imposible porque muchas personas no quieren vender.

Sobre el tema, Tomás Orendáin, director de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura del Estado, señaló que dentro del proyecto arqueológico no se tiene pensado comprar más hectáreas para agrandar la zona.

La ley sólo aplica para los sitios colindantes

Guillermo Olveda, director del Centro INAH Jalisco, aseguró que la ley no obliga a que el Instituto pare obras en terrenos no colindantes a  un sitio arqueológico como Guachimontones. “Ellos empezaron (el desarrollo) a hacer la obra y, cuando ven que salen vestigios, el Instituto les dice que no hagan obra hasta que nosotros hiciéramos la prospección y determináramos las áreas donde hay vestigios. Estas afectaciones fueron sin conocimiento y suspendieron para que nosotros entráramos”.

En el segundo párrafo del Artículo 52 de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos se especifica que el daño o destrucción de un monumento arqueológico es un delito de carácter federal. Olveda indicó que no se fincaron responsabilidades porque la empresa desconocía lo que había en su terreno. “Ya si en este momento afectan esto, allí sí hay un conocimiento previo, y por lo tanto sí estuviéramos posibilidades de fincar una responsabilidad, de fincar una denuncia porque ellos ya saben que aquí hay un sitio arqueológico”.

Sobre qué pasará con el resto del terreno de “Tierra de Dioses”, en donde podría haber más vestigios arqueológicos, el director jurídico del Centro INAH Jalisco detalló que seguramente tendrán que revisar las siguientes etapas. “Cuando la empresa quiera iniciar la segunda parte, va a solicitar la autorización del Instituto, y de nuevo haremos una prospección arqueológica”.

Tomás Orendain Verduzco, director de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura, desconoció el convenio firmado entre INAH y la empresa Panorámica de Vallarta, menos el resultado de éste. “En el caso de la Dirección de Patrimonio Cultural no se tiene conocimiento de reporte, en todo caso se sugiere que se pregunte al INAH Delegación Jalisco, o en su defecto al Colegio de Michoacán, quienes son los responsables del proyecto de investigación”.

Agregó que Cultura ha contribuido con recursos económicos por medio del Fideicomiso Estatal para la Cultura y las Artes creado para esto, y es la investigación, excavación e infraestructura en los sitios. “Por lo tanto es coadyuvante en la protección y divulgación de los sitios”.

Pese a que piden que el municipio de Teuchitlán sea “los ojos” del INAH en la protección del patrimonio, éste tampoco fue notificado. “En el expediente no hay ningún documento relacionado con estructuras arqueológicas, no se nos ha sido notificado ni de parte de la desarrolladora ni de parte de INAH. Supongo que ellos vienen a revisar si se está respetando el polígono o no (las áreas de restricción)”, aseveró Armando Andrade Gutiérrez, alcalde de Teuchitlán.

Bertha Camarena Pérez, directora de Catastro del Ayuntamiento, abundó en que el fraccionamiento mencionado no cuenta con los servicios básicos para que pueda aparecer como distrito urbano, por lo que aún es considerado fuera de la mancha urbana.

Liberan predios, pero restringen construcción

En junio de 2012, el Centro Estatal del INAH emitió una liberación para la construcción en 551 mil 247 metros cuadrados en el Norte y Sureste del predio (“El Pando”); sin embargo, cinco áreas quedaron “bajo restricción total a cualquier actividad relacionada con alteración de suelo o construcción de infraestructura, debido a que encontraron elementos arquitectónicos que por sus características y temporalidad ameritan una etapa de construcción y protección”, detalló el Instituto vía solicitud de transparencia.

El INAH informó que en la prospección arqueológica de 121.51 hectáreas hecha en 2012 por la arqueóloga Mariana Toledo se apreció que calles, avenidas y circuitos que formarán la traza del fraccionamiento en mención ya estaban habilitadas, lo que dañó parte importante de la superficie y de la evidencia arqueológica.

En la exploración detectaron tres posibles plataformas cuadrangulares de cuatro por cuatro metros de lado construidas con rocas volcánicas, posibles accesos a tumbas de tiro, además de que obtuvieron 60 bolsas de material lítico como lascas, núcleos, raspadores y puntas de proyectil.

“Las estructuras están a poca profundidad del suelo y en algunos casos demasiado expuestas, por lo que se vuelve necesaria una intervención arqueológica para la salvaguarda de los restos”, indicó el Instituto. Con base en lo anterior, el INAH propuso acordonar una poligonal para proteger las zonas con mayor potencial arqueológico y dividió cinco áreas, que restringen desde 30 metros hasta 160 metros a la redonda de distintas estructuras.

Guillermo Olveda García, director jurídico del INAH, mencionó que no se sancionó a Panorámica de Vallarta porque ellos no sabían que era un sitio arqueológico. “Se le restringió a la empresa para que esas áreas (con vestigios) quedaran como áreas verdes y la demás construcción puede ir en conjunto con los monumentos arqueológicos. No podemos decir: ‘Aquí no hay monumentos, pero no te permito en toda el área’. Si manejáramos estos supuestos limitaríamos parte importante del territorio”.

Admitió que puede haber restos que no se hayan detectado, y que allí el INAH deberá tomar cartas en el asunto. “La ley señala que quien encuentre un monumento arqueológico deberá dar aviso al Instituto dentro de las 24 horas siguientes. Si cuando estén construyendo casas aparece un monumento, están obligados a suspender la obra e informar al Instituto”.

Sobre si hay más lugares en la región en una situación similar, es decir, que se estén construyendo entre vestigios, respondió que no.

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