Jalisco
Condenan omisión de Conagua para saneamiento del Santiago
Pedro Arrojo, especialista español ganador del Premio Goldman en 2003, aseguró que es una “salvajada” el que se mantenga un río en esas condiciones
GUADALAJARA, JALISCO.- El hecho de que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no haya incluido en la Ley Federal de Derechos del próximo año al Río Santiago para que reciba agua de mejor calidad, lo que garantizaría de nueva cuenta la vida acuática, fue condenado por especialistas.
Pedro Arrojo, especialista español ganador del Premio Goldman en 2003, aseguró que es una “salvajada” el que se mantenga un río en esas condiciones de degradación cuando ni siquiera es apto para consumo humano, además de considerarlo “irracional”.
A su juicio, la inacción de las autoridades mexicanas, al igual que en otras partes del mundo, es sólo evidencia de la falta de interés y voluntad.
“Yo lo que diría primero es que esa norma que posibilita al arbitrio de una administración condenar un río a ser río tipo “A” (que puede recibir todo tipo de contaminación) y que la norma permite que ese río sea un río muerto, me da igual que fuera en México, España o en China, eso es una salvajada (…) pero yo creo que eso en sí mismo es un grave error y se deberá plantear una reforma razonable de la ley para que no se pueda condenar a muerte un río”.
En el marco de la clausura de la tercera jornada de un encuentro ambiental entre organizaciones, el especialista insistió en que también se condena a los pobladores que viven cerca: “Eso es lo que está pasando, mil 100 millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable, 20 mil mueren cada día y no mueren de sed, mueren de contaminación, mueren de ríos que han sido condenados a muerte y eso es lo que está pasando aquí.
“Yo digo una cosa: si usted vive en un sitio y de repente ve que mueren las ranas o que mueren los peces, yo me preocuparía por mi hijo, si murieron por algo es. Eso no puede ser bueno y aquí nos hemos acostumbrado a que hayan muerto los peces y las ranas”.
Pedro Arrojo sostuvo que el tiempo estimado por las autoridades para depurar un río depende de hasta dónde se quiera llegar, la prioridad que se tenga en relación a salud pública, pero dijo, para un río tan contaminado como el Santiago debe actuarse inmediatamente, “no hay disculpas, yo no puedo decir que voy a tardar 20 años en dejar de envenenar a mis ciudadanos, es ya (…) En lo que es de alto peligro, de alta emergencia, es como si me dicen: ‘oiga, les voy a bombardear un poquito, sólo un poquito’ ¡No!, oiga, no se vale un poquito”.
Entrevistado por separado, Felipe Tito Lugo, ex coordinador de Cuencas de la Comisión Estatal del Agua (CEA), aseguró que la reclasificación del Santiago es impostergable, porque las leyes actuales son demasiado laxas.
“No es posible que un río tenga clasificación A, como es el caso, y que reciba descargas, todos sabemos, de todo tipo, residuales, domiciliarias e industriales, y es demasiado laxa la ley porque los parámetros son demasiado amplios para poderles exigir”.
Para saber
La Conagua había establecido el compromiso de que en 2009 el Río Santiago fuera reclasificado, es decir, que pasara de ser un cuerpo de agua tipo “A” por uno tipo “C”, que obligaría no sólo a reducir las descargas contaminantes, sino también a restringir el que se tiren desechos tóxicos que eliminan toda posibilidad de vida.
Sin embargo, ante la falta de estudios será hasta 2010 cuando las autoridades estiman que podría tenerse todo listo. Incluso, de poder llevarse a cabo esta nueva reglamentación, el Santiago duraría alrededor de 10 años en recuperarse.
Pedro Arrojo, especialista español ganador del Premio Goldman en 2003, aseguró que es una “salvajada” el que se mantenga un río en esas condiciones de degradación cuando ni siquiera es apto para consumo humano, además de considerarlo “irracional”.
A su juicio, la inacción de las autoridades mexicanas, al igual que en otras partes del mundo, es sólo evidencia de la falta de interés y voluntad.
“Yo lo que diría primero es que esa norma que posibilita al arbitrio de una administración condenar un río a ser río tipo “A” (que puede recibir todo tipo de contaminación) y que la norma permite que ese río sea un río muerto, me da igual que fuera en México, España o en China, eso es una salvajada (…) pero yo creo que eso en sí mismo es un grave error y se deberá plantear una reforma razonable de la ley para que no se pueda condenar a muerte un río”.
En el marco de la clausura de la tercera jornada de un encuentro ambiental entre organizaciones, el especialista insistió en que también se condena a los pobladores que viven cerca: “Eso es lo que está pasando, mil 100 millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable, 20 mil mueren cada día y no mueren de sed, mueren de contaminación, mueren de ríos que han sido condenados a muerte y eso es lo que está pasando aquí.
“Yo digo una cosa: si usted vive en un sitio y de repente ve que mueren las ranas o que mueren los peces, yo me preocuparía por mi hijo, si murieron por algo es. Eso no puede ser bueno y aquí nos hemos acostumbrado a que hayan muerto los peces y las ranas”.
Pedro Arrojo sostuvo que el tiempo estimado por las autoridades para depurar un río depende de hasta dónde se quiera llegar, la prioridad que se tenga en relación a salud pública, pero dijo, para un río tan contaminado como el Santiago debe actuarse inmediatamente, “no hay disculpas, yo no puedo decir que voy a tardar 20 años en dejar de envenenar a mis ciudadanos, es ya (…) En lo que es de alto peligro, de alta emergencia, es como si me dicen: ‘oiga, les voy a bombardear un poquito, sólo un poquito’ ¡No!, oiga, no se vale un poquito”.
Entrevistado por separado, Felipe Tito Lugo, ex coordinador de Cuencas de la Comisión Estatal del Agua (CEA), aseguró que la reclasificación del Santiago es impostergable, porque las leyes actuales son demasiado laxas.
“No es posible que un río tenga clasificación A, como es el caso, y que reciba descargas, todos sabemos, de todo tipo, residuales, domiciliarias e industriales, y es demasiado laxa la ley porque los parámetros son demasiado amplios para poderles exigir”.
Para saber
La Conagua había establecido el compromiso de que en 2009 el Río Santiago fuera reclasificado, es decir, que pasara de ser un cuerpo de agua tipo “A” por uno tipo “C”, que obligaría no sólo a reducir las descargas contaminantes, sino también a restringir el que se tiren desechos tóxicos que eliminan toda posibilidad de vida.
Sin embargo, ante la falta de estudios será hasta 2010 cuando las autoridades estiman que podría tenerse todo listo. Incluso, de poder llevarse a cabo esta nueva reglamentación, el Santiago duraría alrededor de 10 años en recuperarse.
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