Jalisco

Con lupa, los apoyos a nuevos proyectos lecheros

'El Gobierno de Jalisco y la Federación no pueden darse el lujo de apoyar con recursos públicos nuevas inversiones para la industrialización de la leche', Álvaro García Chávez

GUADALAJARA, JALISCO (05/MAY/2010).- Ante el destino de varios proyectos lecheros que ahora son auténticos “elefantes blancos”, el Gobierno de Jalisco y la Federación “no pueden darse el lujo” de apoyar con recursos públicos nuevas inversiones para la industrialización de la leche. O a menos que cuenten con fundamentos que prueben su viabilidad como negocios, y como factores de impacto social en favor de los productores.

Así lo expresó el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural ( Seder), Álvaro García Chávez, al referirse a la posibilidad de concretar la construcción de una planta deshidratadora de leche en Los Altos de Jalisco, por ser esta región la principal cuenca lechera de la Entidad.

Por otra parte, el tesorero de la Unión Ganadera Regional de Jalisco ( UGRJ), Adalberto Velasco Antillón, comunicó que hay un avance importante en los estudios técnicos de la planta secadora.

Lo que faltan son investigaciones de mercado enfocadas a detectar oportunidades de negocio en ciertos derivados de la leche, de gran demanda en las industrias farmacéutica y cosmética, que son más rentables que la leche deshidratada.

Este directivo recordó que el proyecto de la secadora responde a la necesidad de un mecanismo de las organizaciones ganaderas —tanto la UGRJ como grupos de productores organizados—, de captar un volumen importante de leche que a menudo tiene problemas de acomodo en el mercado, con el consecuente impacto negativo contra los productores.

Este propósito de la deshidratadora se ha quedado en el limbo desde hace varios años, porque no se ha aterrizado un proyecto ejecutivo, ni tampoco un plan de negocios que defina su operación como empresa.

Estrategias fallidas

Ambos entrevistados admitieron que en el campo jalisciense se encuentran obras ociosas de proyectos lecheros, que se quedaron en el camino por diversas circunstancias.

Desde crisis económicas que no los dejaron crecer, hasta situaciones de tipo político que los impulsaron sin considerar aspectos económicos.

Como botón de muestra se ubica una pasteurizadora de leche en el municipio de Atengo, cuyas instalaciones han estado ociosas desde fines de la gubernatura de Alberto Cárdenas Jiménez.

Este proyecto se malogró porque en la región donde se ubica, Atengo, no hay interés de los productores en vender la leche para la pasteurización, dado que el producto se concentra en pequeñas fábricas de quesos artesanales.

Otro proyecto lechero fracasado se tiene en el municipio de Tomatlán, donde en el sexenio de Carlos Rivera Aceves, se intentó la producción de leche en tierra tropical.

Tal proyecto se vino abajo por la crisis de la cartera vencida, originada “por los errores de diciembre de 1994”, y por la compra de ganado no apto a las temperaturas calientes de la Costa Sur de Jalisco, “dado que las vacas en vez de dar leche, daban topes”, según lo dijera un dirigente campesino.
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