Jalisco

Con la carga positiva

Los visitantes al centro arqueológico El Ixtépete experimentan el ritual prehispánico que recibe el equinoccio de la primavera

ZAPOPAN, JALISCO (21/MAR/2013).- Llenos de energía, los niños vuelan sus papalotes en el centro arqueológico El Ixtépete.

Llegas y estiras la vista. En el centro de este terreno alfombrado de zacate amarillo y tierra se alza una pirámide. Tiene la forma de un puño moreno. Encima del puño se alcanzan a ver apretados puntitos blancos. Son los visitantes que experimentan el ritual prehispánico que recibe el equinoccio de la primavera.

Tomas la vereda que te lleva hasta la pirámide. Caminando en sentido contrario, ves niños que chupan un helado rojo y adultos que beben agua caliente de una botella de plástico.

Veinte escalones y ya estás arriba. El viento sopla fuerte. Tan fuerte que empuja el aire caliente y lo revuelve con la tierra suelta. Ese aire rencoroso es el que embadurna pies y se pega a los rostros sudorosos. Tumba cachuchas y sombreros de ala ancha. Mece pirotécnicos penachos.

El Sol se recarga en la espalda y en la nuca. Rebota en las ropas blancas de las personas que esperan hacerse una limpia. Las culebreantes filas se estiran. En unas hay hasta 30 personas. Salen los lentes oscuros y los paraguas. Nadie se mueve. Si alguien quiere “agandallarse” un lugar, sale un inconforme: “¡Heeeey! ¡No se meta! ¡A la cola! ¡Hey! ¡Estamos formados desde hace rato, se quiere meter! ¿Dónde la vio?”.

La limpia

Puedes dejar ahí la mochila. Respira profundo. Imagínate que un verde te hace como florecer, como enaltecer, como si tú fueras una planta que ahorita..., como una palmera que está erguida, erguida y alta, y este momento es para que tú te sientas como revitalizado. Como si estuviera lloviendo ahorita y un agua blanca y limpia te hace que tus hojas se vivifiquen, se magnifiquen, florezcan...

¡Como esta primavera! Así siéntete tú. Siente como si estuviera cayendo una cascada de colores. Color violeta, azul, dorado, amarillo y luego rosita. Color blanco, verde, anaranjado y violeta.

Piensa que está lloviendo y que esa agua te vivifica.

Ahora piensa que el Sol te está dando la sabiduría y te está canalizando. Como si fuera un hilo dorado que te canaliza todas tus chacras. Y estás como... como que te endereza. Cuando tus chacras se armonizan una con la otra entonces todos tus pensamientos son equilibrados. Todos tus sentimientos son equilibrados. Pase lo que pase, tú estás en un equilibrio para poder soportar y sostener lo que tenga que venir a tu vida.

La mujer vestía de blanco. Llevaba lentes y un sombrero de paja. A diferencia de sus colegas, no utilizaba humo de incienso, ni tambores, ni spray “Arraza Brujería”, ni mucho menos tronaba cuellos y espaldas. Su labor consistía en hablar y hacer movimientos hieráticos con las manos. Como si le quitara la pelusa al alma.

¡Estírame tus manos adelante! ¡Abre los dedos! Eso. Fuerte. Imagínate que te está entrando la luz. Y circula todo. Estoy sacando tu luz de tu mano. Tu propio proyecto de vida está entrando en tu cerebro. Está entrando en tu conciencia, en tu alma. Para que todo sea una armonía...

Ahora las manos al cielo. ¡Abre los dedos! ¡Que te entren todos los rayos de luz! ¡Abre más tus piernas! ¡Como si fueras un círculo que te camina toda la energía de la tierra, del sol y del aire! ¡Como la palmera que te digo!

Listo. Ya quedaste. Si quieres cooperar algo, o mi teléfono, pídeselo a ella.

Danzantes y comerciantes

Llevan pectoral, muñequeras, taparrabos, hueseras, huaraches, corona o penacho. Vinieron a bailar. Sólo a eso.

Tienen la panza descubierta, morena. De todas partes de su vestimenta salen plumas. Pocos llevan escudo. Llegan a la pirámide haciendo ruido con las hueseras y componen un círculo en el centro. Si tocan el suelo, las personas afuera del círculo tocan el suelo. Si alzan las manos al cielo, las personas afuera del círculo alzan las manos al cielo. Luego de este ejercicio, uno de ellos, cuyo penacho tiene empotrada una pequeña cabeza de jaguar, toma la palabra. Y se escucha el ruido estirado de los caracoles.

En pocos minutos, los visitantes al Ixtépete quitan su atención a los danzantes. Trenzados en las filas los van empujando hasta reducirlos a un palmo. Los danzantes pausan su ritual y piden “que abran cancha” para poder bailar a gusto.

Poco a poco, las personas que están a punto de irse se acercan con los vendedores que esperan en los bordes de la pirámide, a un costado de las escalinatas. Uno de ellos vende jabones.

El visitante toma una cajita que reza: “Jabón Yo domino a mi mujer”. Y suelta una carcajada.

“Éste es para que te bañes tú. Para que la domines. Y también tengo el ‘Abre caminos’, para el dinero. Para que tengas mucha suerte para el dinero”.

El hombre dejó de ofrecer su mercancía cuando llegó una mujer y le reclamó: “¡A ver, a mí cúrame también! ¡A ver si es cierto! ¡Así como estabas curando a todos! ¡Mentiroso!”.

El arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Paulo Martínez, informó que el hoy también podrá visitarse El Ixtépete a partir de las 08:00 horas.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando