Jalisco

Con aumento a ocho pesos, ni para la coca nos van a dejar

Georgina, usuario afectado por el paro camionero, dice que hoy no es un día para las faldas ni para tacones

GUADALAJARA, JALISCO (13/AGOS/2012).- Esta mañana es para los arriesgados: ellos llegarán a tiempo a sus lugares de trabajo. Georgina Flores mira el reloj: son las 8:10 horas y espera un milagro: una opción de transporte que la lleve por Periférico, de avenida Colón a Juan de Barrera. En 20 minutos más, necesita estar en la casa de la pequeña Irene, una bebé de dos años a la que cuida durante unas horas. 

"Escuché del paro -camionero- por eso no me puse vestido", dice Georgina, quien sabe que hoy no es un día para las faldas ni para tacones porque ella como otros cientos de usuarios del transporte público, afectados por el paro camionero, tendrán que subirse a la caja de las camionetas de los ciudadanos, de la Policía Municipal de Tlaquepaque y de las unidades de la Secretaría de Vialidad y Transporte (SVyT) del Estado, que se ofrecen a llevar a las personas por Periférico.

"No hay de otra", dice Georgina, quien se sube a la unidad de SVyT. Ella no es la única mujer, una madre lleva a sus dos hijos.

Georgina comparte esa caja con 21 personas más. No hay comodidad como tampoco la hay en las horas pico del servicio de transporte público. La diferencia es que hay amabilidad de los ciudadanos. Unos a otros se dan ánimos: "Ahorita llegamos", expresa un hombre, quien cuenta que toma cuatro camiones diarios.

"Ya podemos decir que nos subimos a una patrulla", expresa otro. Risas se escuchan en esa unidad, donde también viaja Ricardo González Pérez. Él trabaja  en una ferretería en Chapala. "Vengo desde Santa Mago, pero vivo en Oblatos", dice el joven, quien cuenta que un taxi trató de cobrar más de lo normal.

En López Mateos y Periférico, Ricardo se subió a la unidad de la SVyT porque la parada final es carretera Chapala, "de ahí, cómo sea".
A un lado de Ricardo va José Francisco Pérez, quien es chófer de una empresa en la colonia Artesanos.

Del aumento a ocho pesos del transporte público, expresa que es mucho: "ni para la Coca -Cola- nos van a dejar".

Afirman todos en la caja, donde  por una mañana hay amabilidad, incluso los hombres sostienen las manos de las mujeres cuando ellas bajan o suben de la unidad de la SVyT y se recorren para que vayan cómodas.

"Hoy nos ahorramos el camión, mañana quién sabe", dice una joven. Ella se subió a una patrulla de la Policía Municipal de Tlaquepaque.
"Ojalá y no llueva, ¿se imagina? Las gotas pegan bien duro", dice la mujer y nadie responde, sólo sus compañeros miran al cielo.

EL INFORMADOR / MAYRA TORRES
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