Jalisco
Compra de casas, otro freno para El Zapotillo
Mientras el abasto de agua provoca enfrentamientos políticos en Jalisco, la presa arrastra problemas legales, presupuestales y la oposición de pobladores
A este problema se suma la falta de presupuesto federal para el proyecto, pues en los últimos años no han aparecido partidas asignadas. Lo anterior se atribuye a los conflictos legales que enfrenta el embalse, desde amparos hasta el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que ordenó que la altura de la cortina se quede en 80 metros. Es decir, resolvió que la pasada administración estatal no tomó en cuenta al Congreso de Jalisco para modificar la altura de la presa a 105 metros, con la intención que sea una fuente alterna también para Guadalajara. Por ello debe quedarse como se planteó originalmente el proyecto (a 80 metros), a menos que las autoridades estatales firmen un nuevo convenio.
Sobre la lenta adquisición de viviendas, es una prueba de la resistencia de pobladores para ser inundados. En Temacapulín, la delegación de Cañadas de Obregón con más propiedades, se tienen contabilizadas 344 casas; de éstas, 60 (47%) ya están convenidas con el Estado. El corte de la Comisión Estatal del Agua al 16 de abril pasado revela que el Gobierno no tiene ni la mitad de convenios allí.
Hace cinco años, en abril de 2011, el ex gobernador Emilio González Márquez declaró que el Ejecutivo del Estado ya había acordado la reubicación con “más de la mitad de los pobladores” de Temacapulín. A más de un lustro, las cosas siguen igual. Incluso contradicen las versiones emitidas por el primer titular de la CEA en la administración de Aristóteles Sandoval, José Luis Hernández Amaya, quien en 2013 confiaba que sólo eran necesarios 100 convenios más en Temaca para que el Estado fuera dueño de todos los terrenos (Hernández Amaya, quien en abril de 2013 renunció al cargo, informó que 183 de 283 viviendas ya estaban convenidas).
En Acasico, delegación ubicada en el municipio de Mexticacán, hay 84 de las 94 propiedades acordadas para la venta; en Palmarejo sólo restan dos de las 52.
A todos los problemas se suma que los acueductos que conectarán la presa con las poblaciones también están frenados.
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