Jalisco

Compartir espacio con la diversión nocturna en Chapultepec

Los habitantes de la zona celebran el uso del espacio público, pero no pueden evitar las molestias que esto conlleva

GUADALAJARA, JALISCO (07/ABRIL/2013).- Antes de que cayera la noche dio vuelta de La Paz a Chapultepec para llegar a su casa, pero unos guardias privados le prohibieron el paso.

Ignacio Gómez Arriola conducía su carro y la avenida ya estaba cerrada por los preparativos de la Fiesta de la Música. Él se enteró días antes del concierto porque los medios avisaron. Cualquier otro vecino sin contacto con las noticias se llevaría la sorpresa de una fiesta masiva en la calle donde vive.

Ignacio sólo quería llegar a su casa y no iba a permitir que un guardia privado le negara acceso a una vía pública. Fueron 10 minutos de forcejeo de palabras y hasta que intervino la Policía de Guadalajara pudo meter su auto a la cochera.

Ahora Ignacio cuenta su historia en la sala de su departamento en la esquina de La Paz y Chapultepec. Hoy por su terraza se cuelan sonidos de violines del escenario de música clásica que quedó justo abajo, hay veces que es metal; en otra ventana, con distinto frente, se escuchan ritmos latinos y en otra se aprecia la bulla de los paseantes. Las paredes vibran sutilmente. A esta combinación de sonidos Ignacio la llama contaminación auditiva, y con ella debe irse a dormir.

El vecino de uno de los corredores más concurridos de la ciudad celebra que se utilice el espacio público para eventos culturales, pero señala que faltan gestiones para que se garantice respeto a los vecinos. Por ejemplo, algún identificatorio para que puedan tener acceso a sus casas en esa calle.

Es temprano todavía. La música de la calle acompaña a las actividades en casa, pero esta estrategia no resulta cuando lo que toca es dormir. Se cierran ventanas. Ignacio y su familia tienen tapones para los oídos, y la opción de llamar a la Policía, cuando el ruido de los paseantes y músicos en el corredor  es muy fuerte, pero en los conciertos organizados masivamente no hay esta opción.

Un espacio tiene vida por quienes viven ahí, comenta Ignacio. El uso de la Zona Rosa de la ciudad puede combinar entre habitacional y de entretenimiento, más allá de los conciertos, por los bares y restaurantes que son la constante en el área. Las autoridades municipales deben procurar una organización en la que se logre la convivencia, para empezar, con exigir que los centros nocturnos tengan la infraestructura adecuada para aislar el sonido.

Es muy probable que mañana al salir de su casa, Ignacio encuentre las jardineras de Chapultepec, que dan frente a la puerta de su edificio, destruidas. Quizá algo de basura alrededor u olores que sugieren que algunos calmaron sus ganas de ir al baño en su banqueta. Pero eso es mañana, ahora él tiene que salir de casa y no tiene ni idea de cómo lo hará en su coche.
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