Jalisco
Como niños con juguetes nuevos
Los infantes estrenan sus regalos de Navidad en el Parque Metropolitano
Parque Metropolitano montada en su nueva bicicleta. “Me gusta toda, pero más el timbre, porque tiene una flor”, decía sin dejar de mostrar sus incipientes dientes. Accionaba la campana y volteaba a ver a su padre, que la cuidaba
Azul cargaba con su perra “Poli” en la canasta, quien al igual que su dueña parecía emocionada, aunque sus patas no cupieran en el reducido espacio. Dos caídas sufrió la niña, pero su padre la levantaba rápidamente. Aunque el dolor o la vergüenza quedaban de lado ante la emoción de estrenar la bicicleta que apareció en la mañana bajo su árbol de Navidad.
Deteniéndola por la espalda o el asiento, el papá iba y venía delante de un cartel de presentación de la Fuerza Única de la Fiscalía de Jalisco, como para dar una muestra de resguardo a la nueva corporación presentada el 15 de diciembre.
El mismo suelo que pisaron los elementos policiacos ahora era el terreno de las ruedas blancas de la pequeña. Como ella, 32.5 millones de niños mexicanos entre cero y 14 años de edad, según el Inegi, se ilusionaron con un regalo.
Luego de 15 minutos, Azul detuvo su andar por un momento. Contó que mandó su carta por internet “para que le llegara más rápido al Niño Dios”. “Poli” saltaba al ver cercano el suelo y esquivaba a los otros perros y niños que aparecían. La niña corría y regresaba a su bicicleta para continuar el viaje. Al frente cruzó Luis, que con su bici de montaña zigzagueaba en el pasto y esquivaba a los otros niños con patines, juguetes, carros y pelotas de diferentes deportes.
Quizá Luis y Azul se sumarán a los ciclistas urbanos, que apenas suman dos de cada 100 tapatíos. Quizá colaborarán con el medio ambiente para restar un vehículo en las calles y repetir el cielo azul que cubría al parque, que se convirtió por un día en salón de juegos.
Por esos parajes, y con la lengua de fuera, pasó “Poli”, la mascota de Azul, que había dejado a su dueña para perseguir a un perro casi tres veces más grande. Dicen que los animales se parecen a su dueño, y la valentía de la perrita fue similar a la de Azul, que terminó yendo más rápido que los pasos de su padre, quien no dejó de apoyarla: “Con seguridad, dale”.
GUADALAJARA, JALISCO (26/DIC/2013).- De oreja a oreja vibraba la sonrisa de Azul; iba a toda velocidad por los caminos del
Azul cargaba con su perra “Poli” en la canasta, quien al igual que su dueña parecía emocionada, aunque sus patas no cupieran en el reducido espacio. Dos caídas sufrió la niña, pero su padre la levantaba rápidamente. Aunque el dolor o la vergüenza quedaban de lado ante la emoción de estrenar la bicicleta que apareció en la mañana bajo su árbol de Navidad.
Deteniéndola por la espalda o el asiento, el papá iba y venía delante de un cartel de presentación de la Fuerza Única de la Fiscalía de Jalisco, como para dar una muestra de resguardo a la nueva corporación presentada el 15 de diciembre.
El mismo suelo que pisaron los elementos policiacos ahora era el terreno de las ruedas blancas de la pequeña. Como ella, 32.5 millones de niños mexicanos entre cero y 14 años de edad, según el Inegi, se ilusionaron con un regalo.
Luego de 15 minutos, Azul detuvo su andar por un momento. Contó que mandó su carta por internet “para que le llegara más rápido al Niño Dios”. “Poli” saltaba al ver cercano el suelo y esquivaba a los otros perros y niños que aparecían. La niña corría y regresaba a su bicicleta para continuar el viaje. Al frente cruzó Luis, que con su bici de montaña zigzagueaba en el pasto y esquivaba a los otros niños con patines, juguetes, carros y pelotas de diferentes deportes.
Quizá Luis y Azul se sumarán a los ciclistas urbanos, que apenas suman dos de cada 100 tapatíos. Quizá colaborarán con el medio ambiente para restar un vehículo en las calles y repetir el cielo azul que cubría al parque, que se convirtió por un día en salón de juegos.
Por esos parajes, y con la lengua de fuera, pasó “Poli”, la mascota de Azul, que había dejado a su dueña para perseguir a un perro casi tres veces más grande. Dicen que los animales se parecen a su dueño, y la valentía de la perrita fue similar a la de Azul, que terminó yendo más rápido que los pasos de su padre, quien no dejó de apoyarla: “Con seguridad, dale”.
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