Jalisco
Comienza la pelea
Lo que estamos viendo son dos formas distintas de construir una candidatura a gobernador en 2012
A fin de cuentas, lo que estamos viendo son dos formas distintas de construir una candidatura a gobernador en 2012: la de Aristóteles Sandoval, rijosa, complicada y riesgosa, dentro de una estructura partidista pesada y crucificada por intereses, y la de Enrique Alfaro, por la libre, sin mayores ataduras y con poco peso de los partidos (hoy por hoy, el alcalde de Tlajomulco tiene más peso específico que el partido que lo llevó al poder, el PRD). La diferencia estriba en que el PRI es el partido más fuerte y con mayores posibilidades de ganar la contienda de 2012, mientras que el PRD, PT y Convergencia a lo que aspiran es a crecer en el Estado.
El alcalde de Guadalajara está equivocando la estrategia. Hasta hace unas semanas parecía claro que Sandoval Díaz tenía puesta la mira en dos temas, que literalmente le iban a limpiar la vía y a pavimentar el camino a la candidatura del PRI: la limpieza del Centro y la pavimentación con concreto de las principales arterias de la ciudad. Alguien en el camino le metió en la cabeza que había que encabezar el tema de movilidad porque éste le iba a redituar en las encuestas. Y sí, sin duda, la postura de “No” al BRT le dio algunos puntos en la aceptación ciudadana, mismos que perderá cuando no tenga una solución al problema. Hoy, el alcalde tapatío está metido de gratis en un problema que no era suyo. Si hubiera dejado correr la rola a lo mejor se le cuela uno a primera, pero la jugó para doble play con riesgo de que le metan carrera.
Por el contrario, el alcalde de Tlajomulco ya amarró la candidatura de la izquierda. A estas alturas da igual si el PRD lo apoya o no, él será candidato de una coalición amplia con los membretes de PT y Convergencia. El tema central para Alfaro será la pugna con el Grupo Universidad, que va a derivar en problemas para operar su propio Ayuntamiento, en el que los regidores del PRD udegeísta y una parte de los priistas se dedicarán a hacerle la vida de cuadritos. Pero mientras los alcaldes del PRI se dedicaron a destruir lo anterior y a pelearse con el Gobierno panista, Alfaro construyó en un año lo que va a hacer en tres, y ahora sí se puede dedicar a la grilla.
Y como en el PAN no hay quien levante la cabeza, Alfaro sabe que debe enfrentarse con Aristóteles: provocar las comparaciones y treparse desde ya al ring contra el fuerte. Esta pelea ya comenzó.
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