Jalisco

Comerciantes hartos detonaron disturbios en San Juan de Dios

Relatan cómo fue que inició el pleito entre autoridades y ambulantes en la zona

Comerciantes hartos detonaron disturbios en San Juan de Dios
GUADALAJARA, JALISCO (31/OCT/2014).- Justo hacía un viernes que habían realizado un operativo en Obregón, en San Juan de Dios, para "verificar el cumplimiento de leyes y reglamentos". Sin incidentes se decomisaron 1.5 toneladas de mercancía, lo que contrastó con lo ocurrido una semana después, cuando su nuevo operativo concluyó con tres vehículos quemados, uno destruido, una tienda de conveniencia saqueada, una motobomba apedreada y un par de reporteros a quienes atracaron.
 
Ya no fue rutina. En vehículos oficiales, autoridades municipales y de la Procuraduría General de la República comenzaron a incautar hacia las dos de la tarde la mercancía de los comerciantes que se instalan sobre el banquetón del templo San Juan de Dios, lo que comenzó a enardecer a los informales, más porque --aseguraron-- no les daban folio de la mercancía que se llevaban.
 
"A mí me quitaron mercancía mexicana por falta de permiso", se quejó un informal ajeno a ese grupo, pero a quien también le tocó.
 
Locatarios del mercado Libertad, que tienen diferencias con los informales, comenzaron a gritar insultos a ambulantes y autoridades por igual: "¡Bola de rateros!", "¡Rateros con gafete!", y en un momento todo se salió de control pues rijosos comenzaron a sembrar anarquía entre la muchedumbre.
 
Con piedras, trozos de hielo y palos comenzaron a agredir a la autoridad que a los pocos minutos puso pies en polvorosa: "Corrieron pa'llá y pa'allá", señaló un testigo hacia Javier Mina (por donde salieron vehículos en sentido contrario) y a José María Mercado (por donde huyeron a pie).
 
"Pinche gobierno, eran bien poquitos armados", dijo uno de los participantes.
 
Una camioneta se quedó y fue víctima del vandalismo. De hecho algunos evitaron que los rijosos la incendiaran pues funcionaba con gas LP: "¡Pen...! Había niños y mujeres, eso iba a explotar".
 
Concentraron entonces su atención en una camioneta que incendiaron en la calzada. Bastaba la voz de alguno de ellos para dirigir las acciones de la turba: "¡Allá vienen!", voltearon hacia el sur donde se escuchó la sirena de un Policía Vial y se abalanzaron. El oficial abandonó la moto junto al automóvil de Prensa de Milenio por lo que la gente incendió a los dos.
 
"¿Pero porqué el periódico?", preguntó uno de los presentes, "¿Y el gobierno dónde está?", cuestionó una transeúnte.
 
La turba se dirigió a una tienda de conveniencia en Juárez y la calzada; quebraron vidrios y comenzó el saqueo. Entraban y sacaban todo lo que le cabía en sus manos o en el lomo, uno tras otro: "Tiene un montón, todavía no se lo acaban...", se mofaba uno de los saqueadores, "Se llevaron las dos cajas (registradoras) bien llenas de lana".
 
De hecho, el surtido mantuvo ocupada a la gente que ignoró al que gritaba que había otra tienda en frente, donde los empleados se atrincheraron temerosos.
 
Alertados por una doña decenas corrieron hacia el barrio de San Juan, donde algunos atracaron a un par de reporteros.
 
Así, dos horas saquearon la tienda hasta que finalmente se escuchó el ulular de las patrullas con con antimotines. Muchos vándalos corrieron a Obregón y Gigantes. De los cuatro puntos cardinales avanzaron oficiales hasta tomar de nuevo la zona, rodeados de los mismos rijosos que los grababan. El Fiscal, Carlos Nájera, recorrió el sitio de lado a lado entre quejas de comerciantes y ciudadanos que lamentaban que hubieran pasado cuatro horas de disturbios sin la autoridad.
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