Jalisco

Coinciden en Policía de barrio para abatir la inseguridad

Los expertos recomiendan modificar el modelo de la corporación tapatía para reducir la incidencia delictiva y la percepción de inseguridad

GUADALAJARA, JALISCO (29/ABR/2015).- Aunque es un concepto que apenas están implementando las corporaciones municipales, los conocidos “policías de barrio” tienen sus orígenes en los oficiales de la década de los 40 en Nueva Zelanda, explica el sociólogo David Coronado, de la Universidad de Guadalajara.

Debido a los resultados que han traído en otras latitudes, expertos, académicos y activistas lanzan un llamado a la autoridad municipal de Guadalajara a fortalecer el vínculo y la proximidad entre los ciudadanos y policías.

Para Dante Haro Reyes, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad de Guadalajara, la Policía tiene que ser parte de la sociedad, pues con este modelo la autoridad podría tener un mayor conocimiento del comportamiento delictivo y actuar de manera más rápida y precisa. Lo anterior, dice, incidirá en la disminución de los delitos.

“No se va a solucionar el problema, pero va a disminuir mucho la parte de los ilícitos, la inseguridad y violencia”.

Antes de implementar el modelo, el Consejo Ciudadano de Seguridad lanza un llamado a impulsar una reforma integral de las Policías: de entrada se debe privilegiar la profesionalización, el desarrollo de una carrera policial y la mejora de los sueldos.

“Tenemos una serie de violaciones a los derechos de los policías en materia de prestaciones, percepciones, material de trabajo, chalecos e infraestructura”. Luego vendría el tema de la capacitación y preparación de los elementos.

Sin embargo, la cercanía no basta. El nuevo modelo debe formar policías gestores de servicios y programas sociales: “Los policías deben saber a dónde canalizar a los ciudadanos cuando tengan un problema, deben conocer de mecanismos alternos de resolución de controversias y ser canales para denunciar las necesidades, ya sea del equipamiento urbano o detectar conflictos incipientes en la comunidad”, añade Guillermo Zepeda, investigador del ITESO. “Canalizar las inquietudes ciudadanas es la esencia de la Policía de proximidad en otras regiones del mundo”, estima.

Un punto importante, coinciden los especialistas, es la incorporación de mujeres policías. “No se trata de que ellas detengan a los asaltabancos, pero sí van a tener una relación con la ciudadanía… es un tema de cercanía”, dice José Luis Estrada, investigador de la Universidad del Estado de México.

Un teléfono directo es indispensable para la atención expedita: “El policía de barrio debe ser el primer rostro del municipio y el canal de comunicación, por lo que debe ser alguien localizable, siempre atento y expedito en el tema que se les demande”, acentúa Guillermo Zepeda.

A su vez, los especialistas coinciden en que el grupo de Policía tendrá que generar información que le permita identificar las actividades delictivas particulares de cada colonia.

“El policía debe ser capaz de recopilar las necesidades de cada colonia y entonces hacer un diagnóstico en el que se detecten los puntos rojos”, sugiere David Coronado, del departamento de Sociología de la UdeG.

Zepeda Leucona, por su parte, recomienda integrar los informes policiales a los mapas delictivos, independientemente que no hayan redundado en denuncia. Esto con el objetivo de localizar a la población más vulnerable y entonces inhibir la incidencia delictiva.

Hay menos delitos, pero los tapatíos se sienten inseguros

Sarahí Suárez nunca ha sido víctima de un delito, pero su hermano y una prima fueron asaltados este año. Por eso responde que en los últimos meses tiene mayor temor al salir del trabajo y caminar por la noche hasta la parada del autobús.

A pesar de que el año pasado Guadalajara cerró a la baja en todos los delitos del fuero común, principalmente robos en todas sus modalidades y homicidios, seis de cada 10 tapatíos sienten algún grado de amenaza por los problemas de criminalidad y violencia, y solamente uno de cada 10 piensa que vivir en su ciudad es “muy seguro”, mientras que 37% responde que “es inseguro”, según la Encuesta de Percepción Ciudadana 2014 de Jalisco Cómo Vamos.

De hecho, la seguridad pública es, a decir de los tapatíos, el principal problema (21.8%), por encima de la economía, el empleo y la pobreza. En conclusión, la calle es donde más inseguros se sienten, según 67.5% de los encuestados.

Los dos mil 400 entrevistados reprobaron el trabajo del gobierno municipal de Guadalajara y, aunque hay menos delitos, los perciben más inseguridad.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública revela que la incidencia delictiva registró un descenso de 16.5% entre 2013 y 2014 en Guadalajara, al pasar de dos mil 34 incidentes por cada 100 mil habitantes a mil 698.

De todos los delitos, el que registra el mayor número de averiguaciones previas es el fraude, con 630 en lo que va del año, seguido por el robo de vehículos particulares (597), el robo a negocios (192), robo a personas (165) y robo a casa habitación (150).

Ante esta realidad, los especialistas consideran que el modelo de seguridad actual no está funcionando y para mejorar la percepción de seguridad sugieren transitar hacia un modelo policial de proximidad social.

“Los tapatíos tienen esa percepción de inseguridad porque no ven cercano al policía, no se sienten protegidos. Necesitamos restablecer la confianza de la Policía con los ciudadanos a través de un mayor acercamiento y participación. El reto es la cercanía”, dice el investigador de la Universidad del Estado de México y autor del libro “Seguridad ciudadana: Visiones compartidas”, José Luis Estrada Rodríguez.

Pone el ejemplo del Distrito Federal, en donde “se mejoró mucho la percepción de seguridad a través de la integración de comités ciudadanos que tienen acceso directo a la Policía”.

Para David Coronado, del Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara, existe un gran desajuste entre la percepción de la ciudadanía y los indicadores delictivos.

¿Cómo podría cambiar esto la proximidad policial? El investigador responde: “La interacción de los ciudadanos con la Policía haría que éstos se sintieran más seguros al estar viendo todos los días a un elemento cercano a la gente”.

Mientras tanto, Guillermo Zepeda Lecuona, investigador del ITESO, considera que el problema de percepción podría resolverse con la cercanía que puedan ir generando los vecinos con los encargados de cuidar su seguridad, “con la calidad y la calidez del servicio que brinde el Policía”.

LOS TESTIMONIO
“Ya no se puede confiar”


Para Artemio Ibarra, comerciante de la Colonia del Fresno, no se puede confiar en la Policía. Desde su negocio dice que, a veces, ve pasar algunas patrullas rápidamente cuando hay un robo, un homicidio o una riña, pero no hay contacto con los uniformados.

“Cuando pasan rápido van a ver qué quedó, qué les toca. Tanto la Policía como los de tránsito sólo extorsionan a las personas… les quitan lo que traen. ¿Hay policía aquí? Párese allí afuera y vea. Ahorita uno ya no sabe, en la Policía ya no se puede confiar”.

Angélica González, Gabriela Sánchez y Alejandra García exigen que la Policía sea más eficiente. Cuentan que, en ocasiones, cuando llaman a las operadoras para solicitar un servicio, las patrullas tardan tanto en aparecer que cuando llegan ya no hay nadie. Y cuando irrumpen sólo logran arrebatarle el sueño a la gente que ya se estaba durmiendo.

Juana García asegura que en la corporación, al igual que en otros servidores públicos, no se puede confiar. Señala que la Colonia del Fresno, en donde en 2014 se registraron, según la Secretaría de Seguridad Ciudadana, dos homicidios dolosos, un robo a banco, cuatro a casa habitación, 77 a negocio, 19 a persona y 41 de vehículos, es común que en pleno día maten a la gente sin que la Policía pueda hacer algo. Enrique dice que la colonia es como un pueblo: se sabe todo de todo. Los vecinos conocen en dónde están los lugares en donde venden droga. Él ya observó, asegura, cómo los policías llegan a esos lugares y no hacen nada. En su opinión, la Policía se ha vuelto inoperante en El Fresno y los ciudadanos no denuncian los ilícitos por miedo a que los propios elementos los señalen.

Ana María Ramos cuestiona que la Policía actúe como si no le importara la seguridad de los ciudadanos y no resuelve las diferentes problemáticas que hay de la colonia. “Como que les vale. No les interesa la colonia. A las recepcionistas les llamas y hasta les tienes que decir tu fecha de nacimiento”.

EL EJEMPLO
En Neza se acercan a los vecinos


Dejar la concepción de la Policía como un negocio y retomarla como un servicio para la ciudadanía. Ésta ha sido la clave para el fortalecimiento de la corporación de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, donde han reducido 55% la incidencia delictiva y, específicamente, 70% los delitos de alto impacto, presume su director de Seguridad Pública, Jorge Amador Amador. Profundiza que en Jalisco, como en la mayor parte del país, se utilizan modelos de seguridad “por inercia, pero que ya fracasaron”.

Refiere que el modelo general debería basarse en el servicio para los ciudadanos, protegido por cinco ejes: rescatar la operatividad de la corporación de los intereses; ciudadanizar la seguridad pública por medio de la reconstrucción de los cuerpos de seguridad para erigirlos como elementos de vanguardia, desde la salud a la cultura y educación; fortalecer las relaciones de coordinación entre los distintos niveles de Gobierno, así como reconciliar a la Policía con la comunidad mediante sistemas de patrullaje de proximidad.

Explica que la Policía de proximidad fue el inicio de la reconciliación de los elementos con los ciudadanos. Por ello se trabajó en la capacidad de comunicación y, a través de ella, se establecen relaciones de solidaridad.

A esto se agregan redes de seguridad ciudadana en las cuales los vecinos intercambian teléfonos de contacto para que en su cuadra identifiquen factores de riesgo, como la falta de luminarias, y notifiquen cualquier novedad a la patrulla que le corresponde a su distrito (de 700 metros cuadrados cada uno).

“En cada distrito hay una patrulla que nunca sale. Cada unidad tiene un localizador y así sabemos si anda donde debe estar. Lo importante de una red es que no se unifican alrededor de una persona sino alrededor del interés común (…) Con el mando único es enorme la distancia existente, se resta y anula un potencial enorme de coordinación”.

El director explica que, de manera adyacente, se debe completar la depuración de los elementos. Por ejemplo, en el municipio mexiquense contrataron a 550 nuevos elementos y 350 más con experiencia que sustituyeron a las bajas tras los exámenes de control y confianza. Actualmente, el municipio cuenta con dos mil policías.

Dentro de la capacidad de actuación, destaca la buena condición física y preparación académica de los elementos, ya que “deben tener un nivel educativo más alto que el promedio”.

Asegura que la mayoría de los policías de Neza tiene bachillerato y 40%, estudios de nivel secundaria.

También se les prepara a los elementos para que soporten las tensiones psicológicas y, así, cuenten con una capacidad de actuación óptima.

“Sobre esa base el cuerpo policial debe estar orientado a un desempeño épico, donde no haya interés personal de por medio sino una acción eficiente frente a la demanda de ciudadanos”.

Fuerza pública

En Guadalajara se tiene una plantilla de dos mil 845 elementos, de los cuales dos mil 657 son operativos, 78 mandos y el resto administrativos.

El universo de atención por policía es de 502 ciudadanos, cuando el estándar que recomienda la Organización de Naciones Unidas (ONU) es de 350 habitantes por elemento. Lo anterior significa que cada policía atiende un poco más de 150 ciudadanos adicionales a la cuota que recomienda el organismo.

ELECCIONES 2015
Piden prevención del delito


Prevenir el delito y garantizar la seguridad ciudadana es la principal demanda de los tapatíos para el alcalde que entre en funciones en octubre de este año, señala la Encuesta de Participación Ciudadana 2014 del observatorio Jalisco Cómo Vamos.

El problema es “que se ha deteriorado mucho el tema de los programas de cercanía a la comunidad y se ha privilegiado más la reacción a través del patrullaje y de medidas que no se vinculan con la sociedad”, dice Guillermo Zepeda Lecuona, investigador del ITESO.

Para prevenir el delito y revertir el daño del tejido social se requiere primero de un mapeo de la incidencia delictiva, que considere no sólo las averiguaciones previas y las denuncias sino también los informes policiales; sin embargo, “como no existe, la visión es muy defectuosa e irreal”.

Con ese diagnóstico, estima, la atención podrá focalizarse en las acciones y programas de prevención para inhibir el delito.

El sociólogo de la Universidad de Guadalajara, David Coronado, recomienda centrar los esfuerzos en el tema del empleo y apoyos productivos para los jóvenes; en la educación y becas para jóvenes; en el fomento de procesos culturales y deportivos comunitarios, y en la mejora de espacios públicos.

JALISCO CÓMO VAMOS
Encuesta de Percepción Ciudadana 2014


En octubre entrará en funciones un nuevo alcalde.

¿Cuál debería ser la prioridad de su administración?

Prevenir el delito y garantizar la seguridad ciudadana 33%

Mejorar el estado de las calles y banquetas 12.8

Vigilar y atender las condiciones de los mercados públicos 8%

Dar mantenimiento y equipar los espacios públicos 8%

Otra 6.8%

Vigilar el adecuado y ordenado crecimiento urbano 6.3%

Crear espacios públicos, como parques, plazas y jardines 6%

Conservar los bienes patrimoniales 4.3%

Atender y modernizar las luminarias públicas 4%

Adecuar el espacio público para discapacitados 3.5%

Promover el desarrollo cultural del municipio 3%

Mejorar el sistema de recolección y separación de basura 2.8%

¿Qué tanta confianza tienen los tapatíos en su Policía?

Mucho 3.5%

Algo 27.3%

Poco 42.8%

Nada 25.8%

¿Hasta qué grado se siente amenazado por los problemas de criminalidad y violencia?

Seriamente amenazados 2.8%

Algo amenazados 20%

Poco amenazados 38.8%

No se sienten amenazados 61.6%

CLAVES
Las buenas prácticas


Guanajuato La Policía de proximidad tiene presencia en siete municipios. El mes pasado, la Secretaría de Seguridad Pública puso en marcha la Policía Urbana Estatal para reforzar la seguridad en León, Irapuato, Guanajuato, Salamanca, Silao, Celaya y San Miguel de Allende.

La diferencia con otras corporaciones: no se trata de una Policía de reacción, la proximidad con la ciudadanía es su objetivo.

Para lo anterior tendrá presencia en los sitios de mayor concentración de personas y comercios en 123 polígonos de inseguridad en colonias de los municipios intervenidos.

Cholula Desde enero pasado, el Municipio de San Pedro Cholula, con 130 mil habitantes, puso en marcha el programa Policías de barrio, con 32 elementos que custodian los ocho principales barrios de la ciudad. Las principales zonas de vigilancia son las escuelas, comercios, bares, y calles donde se pretende evitar el ambulantaje.

Desde entonces, los policías han acudido casa por casa a presentarse ante los ciudadanos con su tarjeta de identificación, datos de contacto del elemento y un mapa con la zona que les corresponde salvaguardar.

Guaymas Los agentes sonorenses también mantienen contacto directo con la ciudadanía en más de 40 sectores del municipio. Para garantizar un mejor resultado, la nueva estrategia de seguridad contempla que los policías den a conocer sus números de celular a los vecinos.

Buenos-Aires A finales de julio entrarán en funciones 15 mil policías de proximidad en 52 municipios (de más de 70 mil habitantes) de la provincia de Buenos Aires, Argentina.

El proyecto se inspiró en el modelo español de Valencia. Lo que se pretende es la prevención y una mayor presencia policial en las calles de Buenos Aires, con una Policía de proximidad.

Los elementos están armados, pueden detener, pero no trabajarán delitos complejos. Entre los requisitos para ingresar a la nueva fuerza de seguridad es que no hayan sido miembros de otra corporación, además de concluir una formación de seis meses en escuelas especialmente creadas para esta Policía.

Valencia Desde su creación en 1992, el modelo de la Policía de barrio en Valencia, España, ha sido implantado con posterioridad en numerosas ciudades de ese país. Su función principal es preservar la seguridad ciudadana y asistir a los habitantes, con quienes mantiene una intensa relación como consecuencia de su trato diario, cercano y directo.

Según la página del Ayuntamiento de Valencia, el agente de barrio tiene un perfil de policía uniformado que recorre la calle a pie, que da información a los vecinos, que atiende a la comunidad escolar, estando presente en la entrada y salida de los centros de enseñanza, y que ayuda a transmitir y tramitar las deficiencias y denuncias, acercándose al ciudadano. Es un trabajo integral cerca de la población.



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