Jalisco
Cobijado por un amparo, Argüelles se planta en Puente Grande
El alcalde de Tonalá, Jorge Arana declaró en el expediente que la Fiscalía armó en su contra
GUADALAJARA, JALISCO (17/FEB/2015).- En el expediente que la Fiscalía del Estado armó en contra de
Alfredo Argüelles hay 18 personas: unos denunciantes y otros declarantes. Entre estos últimos, el alcalde priista de Tonalá, Jorge Arana Arana.
Ni se inmutó cuando escuchó su nombre. Sabía que al menos una decena de cámaras apuntaban a su rostro, y decidió mantenerlo inexpresivo. Desde que le preguntaron sus datos personales, hasta que la interrogante fue sobre sus ingresos y sus posesiones, el ex diputado panista mantuvo fija su mirada.
Llegó a las 14:40 horas al complejo penitenciario de Puente Grande: el mismo sitio que como legislador recorrió por dentro y por fuera, para no responder a las acusaciones en su contra por el desfalco de la consultora <strong>López Castro</strong>.
Le preguntaron, pero su respuesta, dijo, sería preparada por escrito... en tres días.
Ante el tumulto de las cámaras y grabadoras, las personas próximas a la mesa "A" (entre quienes se hallaban unos internos del penal que observaban desde la rejilla) mostraron amplia sorpresa. Argüelles, por el contrario, escuchaba paciente y respondía con monosílabos.
-- ¿Bebidas alcohólicas?
-- No
-- ¿Alguna droga?
-- No
-- ¿Se cambia el nombre?
-- No
-- ¿Tiene algún apodo?
-- No
-- ¿Tatuajes?
-- No
-- ¿Qué religión profesa?
-- Católica...
Tras más de una hora de diálogo, y de recordársele que el sólo pago de 596 mil pesos le permitirían continuar su proceso en libertad, el político que se negó a sí mismo cuando se le entregó una notificación del Congreso salió del lugar, visiblemente apurado.
Se le detuvo para una entrevista. Un segundo diálogo frente a grabadoras, toda vez que en el primero poco opinó sobre las acusaciones en su contra. Como ante el juez y los actuarios, se defendió con silencio, pues decidió no abordar temas complicados.
Después de disculparse e insistir en no querer hablar de su caso, bajó las escaleras de los juzgados penales y caminó junto con su abogado hacia su automóvil, a bordo del cual abandonó el penal después de las 14.30 horas.
Ni se inmutó cuando escuchó su nombre. Sabía que al menos una decena de cámaras apuntaban a su rostro, y decidió mantenerlo inexpresivo. Desde que le preguntaron sus datos personales, hasta que la interrogante fue sobre sus ingresos y sus posesiones, el ex diputado panista mantuvo fija su mirada.
Llegó a las 14:40 horas al complejo penitenciario de Puente Grande: el mismo sitio que como legislador recorrió por dentro y por fuera, para no responder a las acusaciones en su contra por el desfalco de la consultora <strong>López Castro</strong>.
Le preguntaron, pero su respuesta, dijo, sería preparada por escrito... en tres días.
Ante el tumulto de las cámaras y grabadoras, las personas próximas a la mesa "A" (entre quienes se hallaban unos internos del penal que observaban desde la rejilla) mostraron amplia sorpresa. Argüelles, por el contrario, escuchaba paciente y respondía con monosílabos.
-- ¿Bebidas alcohólicas?
-- No
-- ¿Alguna droga?
-- No
-- ¿Se cambia el nombre?
-- No
-- ¿Tiene algún apodo?
-- No
-- ¿Tatuajes?
-- No
-- ¿Qué religión profesa?
-- Católica...
Tras más de una hora de diálogo, y de recordársele que el sólo pago de 596 mil pesos le permitirían continuar su proceso en libertad, el político que se negó a sí mismo cuando se le entregó una notificación del Congreso salió del lugar, visiblemente apurado.
Se le detuvo para una entrevista. Un segundo diálogo frente a grabadoras, toda vez que en el primero poco opinó sobre las acusaciones en su contra. Como ante el juez y los actuarios, se defendió con silencio, pues decidió no abordar temas complicados.
Después de disculparse e insistir en no querer hablar de su caso, bajó las escaleras de los juzgados penales y caminó junto con su abogado hacia su automóvil, a bordo del cual abandonó el penal después de las 14.30 horas.
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