Jalisco
Ciudadanos manifiestan descontento por políticas hídricas en Chapala
Se posicionaron en contra de iniciativas como el segundo Acueducto Guadalajara-Chapala y las labores de limpieza en invasiones al litoral
Reunidas en una asamblea efectuada en un hotel, prácticamente todas se posicionaron en contra de iniciativas como el segundo Acueducto Guadalajara-Chapala, que el SIAPA prevé para 2013, porque “provocará un ecocidio”, y las labores de limpieza en invasiones al litoral, responsabilidad de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que describieron como “prácticamente nulas”.
Javier Degollado, representante de la organización Gente Unida por la Defensa del Lago de Chapala, mencionó que la ciudadanía “ha peleado por años” la restauración del vaso lacustre, pero que “no han sido escuchados por el Gobierno”. Lamentó que los acuerdos federales referentes a la limpieza del cuerpo de agua no hayan tenido eco, y aspectos relevantes, como el combate a la contaminación, sean “minimizados”.
“Hay amenazas en torno al Río Lerma y el agua que vierte a Chapala; entran aguas residuales a los cauces, se arroja basura y se vierten insecticidas (…) aunque lo más alarmante es pretender ‘saquear’ mayores volúmenes para presuntamente llevarlos a la Zona Metropolitana de Guadalajara”.
Expuso que el problema más grande de la Perla Tapatía es la urbanización desmedida que padece, pues, de mantenerse esa tendencia, “nunca” dejará de requerir más volúmenes de agua. Por ello, sentenció, el segundo acueducto “no es viable; el lago por sí solo no es garantía confiable. Existen periodos naturales de sequías y no estaría en condiciones de surtir agua por este motivo”.
“El SIAPA no habla con la verdad, no hay garantías de que se le sacará el agua que le corresponde, no hablan con la verdad. En tanto no se den acciones que sustenten el crecimiento adecuado o planes para la descentralización, que aporten el desarrollo sustentable y que incluso involucren inversión privada, seguiremos con el mismo problema y Guadalajara seguirá requiriendo más agua”.
Sergio Unzueta, de la organización Amigos del Lago, refirió que del reconocimiento Ramsar que fue otorgado al Lago de Chapala el 2 de febrero de 2009 “no se ha respetado nada”, y que las iniciativas del Gobierno para su salvación también han brillado por su ausencia.
En este tenor, miembros de la fundación Cuenca Lerma-Chapala-Santiago denunciaron que la declaratoria Ramsar fue una “tomadura de pelo”, pues, aunque se anunció desde hace dos años, la garantía de conservación a que son obligados el Estado y la Federación para con el vaso apenas comenzó hace unos meses.
Unzueta se dijo preocupado por las deficiencias de los “elefantes blancos” en que se han convertido varias plantas de tratamiento próximas al lago y por la inmensa cantidad de agua contaminada que entra del Río Lerma, adicional a la que sueltan los desarrollos habitacionales próximos y las casas asentadas ilegalmente en terreno federal, fenómeno que “se ha extendido al municipio de Tizapán”.
Ricardo Reyes Martínez, de la asociación de Restauranteros del Lago de Chapala, aplaudió que en los últimos cinco años el atractivo natural de Chapala haya hecho posible una inversión histórica, luego de 20 años sin avances en la materia. Por su parte, la comunidad indígena coca, de Mezcala, se dijo consternada por la idea de un nuevo acueducto, y se posicionó unida para la defensa de “una herencia que se debe dejar a futuras generaciones”.
La asociación de Cooperativa del Lago de Chapala, en voz de su presidente Raúl Oliva Ramírez, pidió a las autoridades federales de la Conagua y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que “en realidad hagan algo” en pro del medio ambiente, toda vez que “sólo piensan en sacarle agua y conceder permisos para construir casas en zonas federales”.
Ana Graciela Arzate, representante de un grupo de ciudadanos preocupados por el lago, denunció que, además de la contaminación, la Ribera de Chapala atraviesa un periodo grave de inseguridad, por lo que pidió intervención de autoridades en la materia.
Finalmente, Lupita Valtierra Jiménez, de la fundación Cuenca Lerma-Chapala-Santiago, habló de “preocupación y coraje” porque la autoridad “promete una cosa y hace otra”, y señaló, contundente, que la intención de edificar un nuevo ducto de traslado para direccionar agua de Chapala a Guadalajara se peleará “como sea y contra quien sea”, pues los pobladores impedirán cualquier acto en perjuicio del lago.
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA
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