Jalisco
Cita en la ciudad
Transgresión del espacio urbano
Esta cita, que bien puede describir una situación y un reto actuales, realmente corresponde al fondo y el motivo de actuar de Gordon Matta-Clark (1943 -1978), un artista neoyorquino que estudió arquitectura, pero que realmente se interesó no en la disciplina, sino en “las necesidades que la arquitectura y el urbanismo pretenden satisfacer”.
Este personaje es una figura clave en el arte contemporáneo y en la arquitectura. Conocido por el intenso trabajo espacial a través de los cortes y perforaciones que hacía en viviendas y edificios que iban a demoler (casas partidas a la mitad, huecos enormes comunicando vertical u horizontalmente espacios incomunicados, etc.), sus intervenciones son una forma de atestiguar el abandono urbano que provocaba el capitalismo y la posibilidad espacial que ofrecían estos edificios llenos de memoria.
Un aporte fundamental de su obra es la crítica al modelo de ciudad, que resulta clave para revisar la transformación urbana de Nueva York (el caso de Soho) y otras ciudades a finales de la década de los sesenta, debido a que sus piezas atestiguaban los procesos de abandono en que operaba una parte importante de la ciudad y quienes la habitaban.
Su convicción de que la arquitectura no es un proceso de construcción, sino “un fenómeno urbano que sucede en el ámbito social”, es una temprana manifestación de la reflexión actual que enfrenta y debe asumir la disciplina. “El resultado no es relevante y lo que importa es el proceso”.
Pensar hoy en nuestra ciudad es pensar también en muchos de los fenómenos que motivaron a Matta-Clark a buscar formas de manifestar la necesidad de re-pensar la manera en que habitamos el espacio. Las acciones que terminan transgrediendo el espacio urbano tienen que ver con lo que Matta-Clark señaló intensamente: “Es necesario ir mas allá de la funcionalidad, ya que esa visión corta y limitada a la larga genera lugares olvidados que escapan de la lógica voraz del tardo-capitalismo”. Se trataba entonces de zonas de vivienda o puertos que perdían su uso por nuevas ofertas inmobiliarias; hoy además de eso, se trata de grandes obras viales que sólo resuelven necesidades parciales.
Las nuevas administraciones municipales tienen el enorme reto no sólo de identificar y arreglar las anomalías heredadas, sino que además, plantear claramente el proyecto de ciudad. Se requiere ir más allá: es necesario superar las diferencias para establecer un acuerdo metropolitano incluyente.
Las preocupaciones urbanas que enfrentó Matta-Clark hace 30 años no son tan distintas; todavía hoy son los intereses económicos y de poder, más que las visiones territoriales y las políticas urbanas, los que definen el crecimiento y rumbo de la ciudad. Entonces, fue el arte un motor de cambio y una ventana para señalar y debatir. Nueva York cambió; hoy es una ciudad mucho mejor que la de entonces.
En Guadalajara tenemos hoy más espacios de diálogo y reflexión, no hemos perforado los puentes ni cortado las rejas y muros que dividen la ciudad pública de la privada, pero tenemos más claro lo que hay que hacer.
¿Llegaremos un día a afirmar que tenemos una mejor ciudad, o viviremos eternamente suspirando por la ciudad que fuimos?
Hacer denuncias es válido, hacer propuestas es necesario, ambas son fundamentales porque van delineando el rumbo de toda ciudad.
Bienvenidos la creatividad y el sentido común en Guadalajara.
alfredo@infotectura.org
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