Jalisco
Cita en la ciudad
Observatorios urbanos, inteligencia territorial
Un escaso avance en temas de ciudad después de cinco meses de estiras y aflojas de una transición municipal en que los salientes aprovechaban de tomar las últimas decisiones y los entrantes estaban ocupados en los gabinetes y acuerdos políticos. Poco pasó entonces pero bajo esas condiciones, era mejor que no pasara nada.
Ahora comienzan a leerse en la prensa algunas consideraciones urbanas que van más allá de sólo la forzada Villa Panamericana o de las pugnas entre Macrobús y Tren Ligero (que fue el principal tema relacionado con visión de ciudad que ponía de un lado a la mayoría de los alcaldes electos y por el otro al Gobierno estatal; un distanciamiento que por cierto intentó acortarse con el anuncio político de la línea 3 del Tren Ligero). Las discusiones sobre movilidad en nuestra ciudad tienen absoluta pertinencia, son una necesidad real e impostergable en el debate local, y es un tema sobre el que hay información adecuada para tomar decisiones, lo que no ocurre sobre otros temas que deberían estructurar el proyecto de ciudad.
Hoy se empiezan a hacer declaraciones sobre algunas acciones o preocupaciones de los nuevos gobiernos en temas de ciudad. Es importante conocer de dónde sale la información y conclusiones para saber cuáles son los datos que dan sentido a las propuesta e intereses de las nuevas administraciones.
¿Quiénes están observando (“examinando atentamente”) lo que acontece en la ciudad?, ¿quién registra los hechos, aplica métodos y al margen de opiniones y emociones, da conclusiones? Para las ciudades inmersas en la dinámica global actual, resulta evidente la necesidad de tener estructuras permanentes y legítimas que tengan información correcta, actual, incluyente, científica y oportuna que permita tomar las decisiones adecuadas. Estas estructuras pueden ser oficiales a través de organismos en sus distintas categorías, o pueden ser ciudadanas; lo fundamental es la información que producen y cómo lo hacen. En la década de los años noventa se crea en la estructura del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, Habitat, la figura de los observatorios urbanos. Según su presentación, son instrumentos “para impulsar el proceso de desarrollo urbano sostenible. Por medio de éstos, se ponen en marcha foros permanentes de discusión entre los actores pertinentes para evaluar y monitorear las políticas públicas urbanas, y a partir de este ejercicio participativo, formular sugerencias y posibles correcciones de ruta a las esferas gubernamentales”. Desde entonces, la figura de las observatorios ha ido instrumentándose en distintos países, siendo fundamentales para las políticas urbanas de varios de ellos.
La observación del fenómeno urbano tiene varias décadas, pero es a partir del impulso de UN-Habitat que las estructuras adquieren más relevancia, apoyo y atención.
En nuestra ciudad, en el 2003 se crea el observatorio Omega bajo una estructura interuniversitaria que originalmente se vincula a Habitat, sin embargo, su incidencia en política urbana no ha sido muy evidente. Hoy resultan más significativas como estructuras observadoras de las ciudad las organizaciones ciudadanas no gubernamentales que llevan a cabo un trabajo permanente que ha aumentado los últimos años, marcando un referente importante no solo a nivel local, sino que son observados (a propósito del tema) tanto a nivel nacional como internacional.
Si las nuevas administraciones municipales tienen clara su responsabilidad como administradores de un territorio, no deben subestimar la información y acciones que permitan una planeación efectiva. Se requiere trabajar con estructuras e información adecuada que faciliten tomar las mejores decisiones; no hay mucho tiempo de gestión y los recursos siempre son insuficientes. Aunque nuestra ciudad no tiene aún las adecuadas estructuras formales que concentren la información, sí se debe aspirar a tenerlas. Mientras, inteligencia territorial también es cuidar los espacios de diálogo y las estructuras que lo han generado, pues finalmente son productos observables y un activo muy valioso para la ciudad.
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