Jalisco
Cita en la ciudad
Por: Alfredo Hidalgo Rasmussen
Divide y vencerás. Más allá de ser una frase celebre de Julio César, una estrategia discursiva para resolver problemas simplificándolos o una técnica de diseño de algoritmos, ¿acaso no parece ser también la estrategia que hemos asumido para hacer ciudad?
La división es una de las formas de percibir cómo se estructura nuestra ciudad. En efecto, además de la multicitada cicatriz histórica de la Calzada Independencia, para separar oriente y poniente (pobres de ricos, respectivamente) en Guadalajara, hay muchas otras líneas imaginarias o reales que han ido dividiendo a la ciudad. La mayoría de las divisiones físicas tienen que ver con vías para los automóviles, de alguna manera se trata de infraestructura que se atraviesa a los ciudadanos y que cortan el tránsito peatonal continuo. Cuando son vías de dos carriles es más fácil cruzarlas; cuando se trata de avenidas de mayor velocidad, viaductos o cualquier otra denominación, tienden no solo a complicar su paso sino también a separar barrios, usos y actividades en general.
No contentos con la capacidad de dividir que tienen las vialidades, los desarrollos cerrados o “cotos” han venido a generar grandes lunares inaccesibles, fortalezas que terminan segregando y anunciando la propiedad privada de lo público; “las calles” abandonan su espíritu de ser parte del espacio público y ahora son “vialidades” de carácter privado. La experiencia de la ciudad afuera del coto acontece a bordo de un vehículo que transita sobre la vialidad pública sólo para llevar a otro espacio privado (centro comercial, colegio, oficina). Las preocupaciones en el desarrollo de la ciudad (salvo contadas excepciones) se centran en mas vialidades para los autos y más cotos o espacios privados donde vivir “seguros”. ¡Imagínese! Nos dedicamos a segregar, a dividir, a tratar erróneamente de proteger. Lo que realmente estamos haciendo es alejando a los ciudadanos de la vida común, como lo menciona el reconocido pedagogo italiano Francesco Tannuci, al afirmar que en el caso concreto de los niños, estas acciones los perjudican, ya que el abandono de la experiencia de estar y jugar en el espacio público limitan su desarrollo, no se construye positivamente una relación con la ciudad como espacio común, colectivo.
Hay quienes ven como positiva la construcción de más vialidades, hay quienes tienen en los desarrollos privados su anhelo de cómo vivir. La ciudad, es un concepto amplio que en realidad se refiere a las “muchas ciudades” que habitamos quienes aquí vivimos; en infinidad de casos se trata de ciudades que no coinciden, es más, que ni siquiera se tocan, que están divididas. Es desde nuestras propias percepciones y experiencias que vamos construyendo una imagen de la ciudad, una imagen que se hace a partir de lugares, segregados o colectivos, públicos o privados. Kevin Lynch, urbanista e investigador estadounidense, menciona que las ciudades representan y se re-presentan, siendo capaces de establecer una “imagen global, que es la representación generalizada de su mundo físico exterior”. Siendo así, nuestras percepciones individuales inducen un estado general.
Hoy percibimos y vivimos ciudades diferentes, con divisiones físicas, sociales y psicológicas, al mismo tiempo que se trata de establecer una imagen común de la ciudad; aún no lo logramos. ¿Cómo es la Guadalajara que usted imagina?
alfredo@infotectura.org
La división es una de las formas de percibir cómo se estructura nuestra ciudad. En efecto, además de la multicitada cicatriz histórica de la Calzada Independencia, para separar oriente y poniente (pobres de ricos, respectivamente) en Guadalajara, hay muchas otras líneas imaginarias o reales que han ido dividiendo a la ciudad. La mayoría de las divisiones físicas tienen que ver con vías para los automóviles, de alguna manera se trata de infraestructura que se atraviesa a los ciudadanos y que cortan el tránsito peatonal continuo. Cuando son vías de dos carriles es más fácil cruzarlas; cuando se trata de avenidas de mayor velocidad, viaductos o cualquier otra denominación, tienden no solo a complicar su paso sino también a separar barrios, usos y actividades en general.
No contentos con la capacidad de dividir que tienen las vialidades, los desarrollos cerrados o “cotos” han venido a generar grandes lunares inaccesibles, fortalezas que terminan segregando y anunciando la propiedad privada de lo público; “las calles” abandonan su espíritu de ser parte del espacio público y ahora son “vialidades” de carácter privado. La experiencia de la ciudad afuera del coto acontece a bordo de un vehículo que transita sobre la vialidad pública sólo para llevar a otro espacio privado (centro comercial, colegio, oficina). Las preocupaciones en el desarrollo de la ciudad (salvo contadas excepciones) se centran en mas vialidades para los autos y más cotos o espacios privados donde vivir “seguros”. ¡Imagínese! Nos dedicamos a segregar, a dividir, a tratar erróneamente de proteger. Lo que realmente estamos haciendo es alejando a los ciudadanos de la vida común, como lo menciona el reconocido pedagogo italiano Francesco Tannuci, al afirmar que en el caso concreto de los niños, estas acciones los perjudican, ya que el abandono de la experiencia de estar y jugar en el espacio público limitan su desarrollo, no se construye positivamente una relación con la ciudad como espacio común, colectivo.
Hay quienes ven como positiva la construcción de más vialidades, hay quienes tienen en los desarrollos privados su anhelo de cómo vivir. La ciudad, es un concepto amplio que en realidad se refiere a las “muchas ciudades” que habitamos quienes aquí vivimos; en infinidad de casos se trata de ciudades que no coinciden, es más, que ni siquiera se tocan, que están divididas. Es desde nuestras propias percepciones y experiencias que vamos construyendo una imagen de la ciudad, una imagen que se hace a partir de lugares, segregados o colectivos, públicos o privados. Kevin Lynch, urbanista e investigador estadounidense, menciona que las ciudades representan y se re-presentan, siendo capaces de establecer una “imagen global, que es la representación generalizada de su mundo físico exterior”. Siendo así, nuestras percepciones individuales inducen un estado general.
Hoy percibimos y vivimos ciudades diferentes, con divisiones físicas, sociales y psicológicas, al mismo tiempo que se trata de establecer una imagen común de la ciudad; aún no lo logramos. ¿Cómo es la Guadalajara que usted imagina?
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