Jalisco

Cita en la ciudad

Por Alfredo Hidalgo Rasmussen

No deja de sorprender la fragilidad con que se toman y cambian decisiones en nuestra ciudad. Si bien en periodo electoral todo es posible, lo cierto es que en estos momentos salen a relucir no solo los “trapitos sucios”, sino también, las debilidades endémicas relacionadas con la forma en que se enfrentan y desarrollan los proyectos.
Hace solo un par de días y de manera casi simultánea, se informó que se canceló el tramo del  macrobus por Rió Nilo y que La Villa Panamericana esta lista.

Al margen del momento político electoral que podría explicar estos anuncios, se trata de proyectos y consecuencias que no deben ignorarse. Llama la atención que dos importantes proyectos para la ciudad, hayan tenido reveses tan fuertes: el macrobus ha tenido que ceder ante la demanda de los vecinos por lo que ha cancelado una parte de su ruta; la Villa Panamericana cedió ante la condición de su desarrollador y por lo tanto tuvo que replantearse totalmente.  Más allá de si los cambios en cada proyecto sean necesarios, buenos u oportunos,  lo que resulta mas evidente es la debilidad o ausencia de planeación y gestión previsora de debilidades y amenazas, para plantear y llevar a cabo proyectos fundamentales para la ciudad; al menos es lo que queda de manifiesto a través de la información pública.

Las ciudades están creciendo, cambiando y generando nuevas demandas sobre temas que antes no estaban en la agenda. La movilidad y la recuperación de los centros históricos,  se han convertido en temas fundamentales que son discutidos globalmente en las últimas dos décadas; asuntos que han sido resueltos o enfrentados de distintas maneras en cada ciudad.

Si los proyectos antes mencionados fueran planteados a través de una planificación estratégica aplicada al territorio, seguramente los problemas a los que se enfrentarían serían menos o por lo menos surgirían en momentos en que es más fácil solucionarlos. La ausencia de un buen plan es clave para explicar las dificultades que enfrentan pues, “un plan estratégico es la definición de un proyecto de ciudad que unifica diagnósticos, concreta actuaciones públicas y privadas y establece un marco coherente de movilización y de cooperación de los actores sociales urbanos” (Borja y Castells)

¿Por que así como repetimos ideas exitosas de otras ciudades, no aprendemos también de sus previsiones estratégicas?. En Curitiba, ciudad que fue el primer referente latinoamericano de proyecto de movilidad a traves del BRT (Bus Rapad Transit), la ciudad fue planeada concentrando población en la rutas, inclusive antes de que estuviera el sistema de transporte; cuando este llega, las condiciones urbanas están dadas.

 Ellos mismos han mencionado que el problema de otras ciudades es que usan el sistema como solución urgente a los problemas de trafico, cuando se debería estar hablando de un cambio cultural relacionado con el transporte. Algo similar ocurre con la Villa, tanto se apostó al objeto y tan poco a la estrategia territorial que ante el cambio de proyecto -o mas bien de edificios-, la sensación es de que algo se pierde. Sin que sepamos aun cual es el nuevo proyecto, lo que realmente se necesita es una estrategia donde se establezca que se deberá proyectar y como se gestionará, un asunto de la administración pública, no del desarrollador inmobiliario, un cambio cultural relacionado con hacer ciudad.

¿Que pasará con estos dos proyectos después del 5 de Julio?

alfredo@infotectura.org
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