Jalisco

Cita en la ciudad

Por Alfredo Hidalgo

Cuando  especialistas o aficionados en temas de arquitectura y ciudad abordan el caso de Guadalajara, el panorama no es alentador; resulta mejor hablar de comida o música,  siempre habrá un final más feliz.

Pasan los años y los gobiernos, y todavía no podemos asumir satisfactoriamente que hayamos  entendido que hacer con la ciudad y cómo debemos hacerlo. En épocas de campañas y promesas, miramos hacia lo que se ha hecho y lo que se necesita  hacer;  todavía hay mucho que cambiar.

Hacer espacio público no es acabarse los recursos en donde más se vean y más votos logren, no es abrir las arcas para el despilfarro y el aprovechamiento, no es el lugar para experimentar y equivocarse a costa los demás, no es el sitio para improvisar soluciones, tratar de ejercer autoridad y fortalecer especulativamente un crecimiento desordenado de la ciudad. Hacer espacio público es construir ciudadanía y  teniendo eso claro, entonces hacer las cosas bien.

Pareciera que algunas autoridades que tienen que ver con el desarrollo de la ciudad, operaran con la máxima de que el paso a desnivel es al carro lo que el espacio público al ciudadano, es decir, al margen de que uno sirva para aislar autos y personas y el otro sirva para unirlos, piensan que el solo hecho de construirlos es sinónimo de buena decisión, de acciones acertadas, de obras que los tiempos demandan. La administración estatal anterior se la pasó construyendo pasos a desnivel que no eran parte de un proyecto integral de ciudad y donde nunca se habló ni de transporte público ni de movilidad no motorizada. En este periodo que termina, evitar al máximo -en apariencia- la infraestructura para el auto y meterse en los espacios públicos se convirtió en su bandera

Hoy de cara a las elecciones y al término de  administraciones municipales, todavía el panorama es incierto. Si bien todos hablan, apuestan y prometen por mayor infraestructura para la ciudad y se sigue poniendo el 2011 como un meta para observar grandes transformaciones, lo cierto es que nada parece más cómodo para las distintas propuestas que la idea de dar continuidad y pocas señales,  significa que no habrá grandes proyectos detonadores ni tampoco ideas que puedan mejorar el rumbo. Dar continuidad también es peligroso, porque aunque hubieron proyectos importantes como las remodelaciones de los centros históricos de Guadalajara y Zapopan, muchos proyectos no llegaron a concretarse o se hicieron mal, desde mega proyectos como la Villa Panamericana que ha tenido que sepultar su idea inicial en aras de un proyecto más lógico y adecuada paro los tiempos pero nuevamente ausente de una propuesta visible de estrategia territorial que considere al espacio público como eje integrador y articulador, hasta pequeños proyectos puntuales que distribuidos por la ciudad tienen como lugar común la arbitrariedad  de muchas decisiones.

Hoy que se habla de competitividad y se insiste en la  ciudad que se pretende tener, vemos la ausencia de calidad en la mayoría de obras que se hacen y la inexistencia de una planeación estratégica efectiva, vemos que se pueden cometer los mismo errores, pero ahora cambiando puentes que se inundan por parques que solo lucen bien el día que se inauguran.  Aunque hoy hay una ciudadanía más informada y organizada, todavía nos tratan  de dar gato por liebre.

Alfredo Hidalgo Rasmussen. Arquitecto, alfredo@infotectura.org
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