Jalisco
Cinco horas diarias, en el crucero de Calzada Independencia y González Gallo
La exposición a las emisiones contaminantes de los vehículos tiene sus consecuencias, entre ellas, dolor de cabeza
Esta joven trabaja cinco horas diarias –de 10:00 a 15:00 horas- como vendedora de agua y refrescos en el crucero de González Gallo y la Calzada Independencia. Camina entre los coches con las botellas de agua en el tiempo que dura la luz roja del semáforo y a veces si tiene suerte regresa al pequeño puesto, colocado sobre el camellón, con las manos vacías.
Nancy Márquez respira las emisiones de los vehículos que transitan por las calles de la Calzada Independencia, 5 de Febrero y González Gallo. Tiene seis meses como vendedora en ese crucero y ya parece no molestarle el ruido, pero su cuerpo sí resiente la jornada porque suele dolerle la cabeza y hasta ha tenido infecciones en los ojos, pero el trabajo es primero, así que ella camina entre los camiones, camionetas y compactos con su única protección una cachucha rosa.
En momentos hay hasta seis unidades del transporte público en fila de la calle González Gallo, cuyos operadores esperan la luz verde para seguir. Para Nancy Márquez, quien vive en Tonalá, este crucero es bueno porque las ventas son mejores a las que conseguía en otros puntos, pero hoy no fue de los mejores días porque ya empieza el frío y el agua se antoja menos.
En el crucero, esta joven no está sola comparte la plaza con su compañera, María Antonia, quien dice que es muy raro que le duela la cabeza porque “ya me acostumbré, tengo 14 años en esto -las ventas en cruceros-.
EL INFORMADOR / MAYRA TORRES
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