Jalisco

Científicos de la UNAM vigilan de cerca actividad de Volcán El Colima

Alistan estación para monitoreo del Tacaná, en Chiapas

CIUDAD DE MÉXICO (07/OCT/2016).- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) vigila de forma permanente y detallada con una base de datos y la más alta tecnología de análisis y visualización científica la actividad del Volcán El Colima.

El 30 de septiembre pasado, dicho volcán entró en una intensa actividad tras el rompimiento de un domo y la consecuente expulsión de material incandescente.

Lucía Capra, investigadora del Centro de Geociencias (CGeo) de la UNAM, campus Juriquilla, Querétaro, señaló que esa situación puede derivar en intensa caída de ceniza que obstruya la visibilidad de los pobladores y dañe los sembradíos, así como afectaciones al tráfico aéreo.

"Lo vigilamos de manera permanente, especialmente en estas fechas que ha tenido gran actividad. Lanza muchos gases a la atmósfera, sobre todo dióxido de azufre que, al hidratarse con las precipitaciones, causa lluvia ácida y quema los cultivos", alertó.

El de Colima es uno de los volcanes más activos del país, y podría intensificarse muy pronto, porque su más reciente erupción fue en 1913. Sin embargo, es imposible predecir un próximo evento, sólo hacer escenarios sobre el comportamiento del coloso, aclaró en un comunicado.

Expuso que la información generada en el CGeo es relevante para auxiliar a las autoridades de protección civil en alertas a la población y desalojos de localidades cercanas a la zona de riesgo

Para efectuar su tarea, cuentan con una base de datos que les permite plantear escenarios fundamentados en información científica.

El análisis de la UNAM es útil, por ejemplo, para saber hacia dónde se dirigirá la ceniza, en qué ladera se formará un flujo de sedimento y agua, conocido como lahar, y cuáles son los efectos en épocas riesgosas, como las de lluvias.

Desde 2007 tienen una plataforma tecnológica con la que es factible intercambiar información del sitio, mapas y publicaciones especializadas.

Ahora, el Volcán El Colima se estudia en el novedoso Laboratorio Nacional de Visualización Científica Avanzada, un conjunto de tres unidades de alta tecnología en donde se pueden analizar datos y verlos en dos y tres dimensiones.

La experta dio a conocer además que a principios de 2017 en el volcán Tacaná, en la frontera de Chiapas y Guatemala se instalará, con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), una estación de monitoreo de lahares.

El objetivo es analizar el fenómeno eruptivo, enviar alertas a las poblaciones que se encuentran en las desembocaduras de los drenajes cercanos y evitar daños por inundaciones.

Los lahares, tan densos como el cemento fresco, son una mezcla de fragmentos sólidos del volcán y agua de lluvia. Pueden bajar de las laderas a velocidades de hasta 40 kilómetros por hora; en las desembocaduras de los drenajes pueden destruir puentes y erosionar carreteras, además de afectar a la población.

El Tacaná no tiene actividad evidente, aunque en 1980 tuvo una erupción de agua e hizo una pequeña explosión. Por ello, los investigadores de la UNAM, en colaboración con sus pares de Chiapas, comenzarán a hacer simulaciones y mapas de riesgos.

"Tratamos de reproducir escenarios útiles en caso de un evento natural para evitar desastres", finalizó.

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