Jalisco
Ciclistas pretenden ganar terreno en la ciudad
Desde hace aproximadamente cuatro años, el tema de la movilidad sustentable se ha posicionado con fuerza en diferentes sectores
Por ello, se llamó a nuestra ciudad “pueblo bicicletero”, pues la gente solía desplazarse regularmente en bici hasta que el modelo económico industrializado, combinado con la enorme influencia cultural norteamericana, consolidó la figura del automóvil como símbolo de estatus y modernidad.
Según el Plan de Movilidad Urbana no Motorizada, realizado por AU Consultores (datos de 2009), en Guadalajara circulan diariamente cerca de un millón y medio de vehículos motorizados y cada día se integran 370 nuevos autos al parque vehicular. Los viajes en automóvil privado, a pesar de ser realizados por tan solo 20% de los tapatíos, monopolizan 90% del espacio público.
En este escenario urbano más bien desalentador, existen también cada vez más personas y agrupaciones ciudadanas que están luchando por revertir la tendencia, y que han contribuido para que la bicicleta esté recobrando su popularidad en Guadalajara. Y es que además de ser un vehículo barato, saludable, práctico, divertido y ecológico, se ha posicionado también como un instrumento de cambio positivo en contextos locales, nacionales e internacionales en los que imperan las crisis de todo tipo.
Tema de debate
Las organizaciones ciudadanas a favor de la movilidad sustentable en Guadalajara han sido, sin duda, un factor importante para el posicionamiento del tema en la agenda pública. Actualmente existen un buen número de ellas, sin embargo, hay dos que se han hecho más visibles tanto por su convocatoria a medios, como por las múltiples actividades que llevan a cabo regularmente: Ciudad para Todos y GDL en Bici, ambas surgidas hace aproximadamente cuatro años y que, aunque con perfiles diferentes, han luchado desde las trincheras ciudadanas por difundir un mismo mensaje.
Nada más en lo que va de este año estos grupos han organizado diversas actividades: desde la reciente visita del famoso músico escocés David Byrne —quien vino a presentar su libro Diarios de Bicicleta como parte de una gira latinoamericana—, hasta la victoria en la lucha contra la cancelación de la Vía Express, la realización de una ciclovía ciudadana en Santa Margarita y, a partir de mañana, la décima edición del Congreso Internacional Hacia Ciudades Libres de Autos.
Pero además del activismo de estas y otras agrupaciones ciudadanas, existen otros factores importantes que han contribuido a visibilizar la causa ciclista. El más evidente es la Vía RecreActiva, un proyecto que surgió en 2004 impulsado por el Colectivo Ciudades Públicas (después GDL 2020) con el apoyo del Ayuntamiento del Guadalajara, y que inició con el cierre del tránsito vehicular de 11.5 kilómetros de la Avenida Vallarta-Juárez-Javier Mina durante cuatro horas todos los domingos, y que ha crecido hasta extenderse a Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco, con un promedio de 140 mil visitantes por semana.
Los paseos nocturnos
Otro elemento a no perder de vista son los paseos nocturnos, que también han ido aumentando tanto en número, como en grupos coordinadores. Para Yeriel Salcedo Torres, miembro activo de GDL en Bici, estos paseos fueron uno de los puntos cruciales para el inicio del movimiento y de la agrupación, ya que sus miembros se conocieron pedaleando en uno de los primeros paseos realizados hace casi cinco años.
“Cuando terminó el paseo hubo gente que empezó a coordinar para que se realizara continuamente, y poco después tomamos la decisión de hacer algo más que sólo pasear y pasear. Queríamos promover la bicicleta en beneficio de la ciudad”, relató Yeriel.
Pero, sobre todo, el factor que ha sido definitivo para la visualización del movimiento para Yeriel Salcedo, es la cantidad de gente que se ha subido a la bicicleta.
Para Felipe Reyes, fundador y actual miembro activo de la organización Ciudad para Todos, uno de los logros más importantes del movimiento —que no es un movimiento bicicletero, aclaró, sino de movilidad urbana sustentable—, ha sido sin duda la cancelación de la Vía Express, la iniciativa promovida por el Gobierno del Estado que pretendía construir un viaducto de cuota sobre Avenida Inglaterra.
Respecto a los cambios observados en la estructura de la ciudad, Felipe está seguro que se ha avanzado para bien: “Hace cuatro años parece que nadie nos entendía, nos consideraban una bola de locos y ahora hay mucha comprensión, y más gente quiere ser cómplice de lo que está pasando. Hoy los políticos se están peleando por si se peatonaliza La Minerva dos días o toda la semana, mientras que antes la discusión hubiera sido por hacer un puente aquí o allá, porque eso era lo lógico”.
Activismo, ¿moda o discurso político?
Contacto con funcionarios
Ante el boom del ciclismo y la movilidad urbana sustentable en Guadalajara, distintos funcionarios públicos locales han aprovechado para adoptar el discurso. Lo anterior fue muy evidente, por ejemplo, durante la conferencia de David Byrne, donde tanto el alcalde de Zapopan, Héctor Vielma, como el secretario de Vialidad, Diego Monraz, se dedicaron a elogiar a la bicicleta y a prometer al auditorio mayor infraestructura ciclista.
Para Martín Mora Martínez, doctor en Psicología Social y académico de la Universidad de Guadalajara experto en cultura urbana, se debe tener cuidado en no institucionalizar el asunto, pues “en todos lados ocurre que los movimientos legítimos se pervierten cuando se conducen a la institucionalidad, es decir, cuando los políticos los adoptan y empiezan a reclutar a los activistas para convertirlos en burócratas”, aseveró el investigador, quien también es ciclista urbano.
Esto no quiere decir, sin embargo, que no se deba colaborar con los ayuntamientos, aclaró Mora Martínez, sino que se logren negociaciones con igualdad: “Ellos tienen responsabilidad de atender iniciativas ciudadanas, y nosotros lo que tenemos que hacer es trabajar por nuestra cuenta y exigirles la parte que les corresponde”.
En opinión de Yeriel Salcedo, ha sido justamente el contacto con los políticos una de las partes más difíciles durante estos años de activismo, pues en la mayoría de las ocasiones hay una ausencia de interés genuino de su parte, y lo poco que se hace desde los gobiernos es con fines electorales.
Respecto a las no pocas críticas recibidas de que todo esto se trata de una moda, Yeriel relató que en efecto hay mucha gente que lo ha tomado así, que “fueron a tres o cuatro paseos y jamás los volvimos a ver. Sin embargo, también hay muchos casos de gente que a partir de esto empezaron a moverse en bicicleta, y no necesariamente los más jóvenes o los alternice ecologistas de la nueva onda sino jóvenes de barrios populares o gente más grande que traía el gusanito de la cuestión ambiental y asimilaron rápido el mensaje”.
Son esas historias de personas que han vendido sus coches para subirse a la bicicleta, lo que motiva a Yeriel a continuar su actividad, así como a albergar esperanzas en cuanto al futuro de la ciudad. “Roma no se hizo en un día, y a lo mejor en nuestra vejez nos tocará ver un cambio significativo. Pero lo importante es que ya empezamos”.
Retos por una movilidad sustentable
Para Felipe Reyes, mejor conocido como “Felipeno”, el avance más significativo hasta hoy, tanto de Ciudad para Todos, como de todos los grupos en conjunto, ha sido el posicionamiento de temas importantes, como la reducción del espacio del auto para aumentar la calidad de vida de las personas, el aumento de la convivencia en las calles, el que la gente camine o use la bici o la mejora del transporte público, tanto en el imaginario colectivo, como en los medios de comunicación y entre los políticos. “Todavía no hay ciclovías, ni tenemos un buen transporte público —sino uno de los peores—, pero ahí está el tema, y en las campañas políticas del próximo año todos van a tener un discurso importante de esto, en las derechas y en las izquierdas”.
Pero no sólo la infraestructura urbana es importante, como apuntó Yeriel Salcedo, sino que el verdadero trabajo debe hacerse en la promoción de educación vial, “y no nomás para los automovilistas sino para todos los que andemos en la calle: peatones, ciclistas y transportistas”.
Pero aún con incontables retos por delante, todas las acciones encaminadas a la construcción de una ciudad distinta a la que hoy tenemos, llevan a albergar esperanzas en cuanto al futuro de Guadalajara, en la que cada ciudadano puede contribuir, ya sea mediante la participación en una organización, o bien, simplemente saliendo a pedalear a las calles. Y como dice una campaña, hacerse “bicibles” para poder ganar espacios y que Guadalajara vuelva a convertirse en una moderna y civilizada “ciudad bicicletera”.
Rafael Crespo, un amante de la bicicleta
Surcando las calles en dos ruedas
Rafel Crespo es profesor de Comercio y Economía Internacional en el ITESO, además de ciclista urbano desde hace 38 años, mucho antes de que el tema de las bicicletas y la movilidad sustentable estuviera tan presente como en la actualidad.
“Hace 38 años yo vivía en la Ciudad de México y en ese tiempo ya salía en los periódicos y en la prensa que las principales ciudades del mundo estaban muy contaminadas. Se hablaba mucho del smog y del neblumo, y yo personalmente me escandalicé y pensé que no me gustaría vivir en una ciudad que se estuviera contaminando cada vez más”.
Un día, Rafael estaba estacionando su bocho usado —el único coche que ha tenido en su vida— en el Bosque de Chapultepec, cuando vio una chica pasar en bicicleta: “El aspecto que tenía me encantó, porque le volaba el cabello con el viento y se veía feliz, y dije ‘yo quiero sentir eso’. Inmediatamente me fui a comprar una bicicleta, vendí mi coche y desde entonces sólo me muevo en ella”.
Después de recorrer cerca de 12 mil kilómetros en bicicleta alrededor de distintos países europeos, Rafael dejó México, su ciudad natal, para emigrar primero a Morelia, Michoacán, y más tarde a Guadalajara, donde reside desde hace 23 años.
Respecto a las dificultades de moverse en bicicleta en la ciudad, Rafael está de acuerdo con que no son pocas, sobre todo porque no existe una cultura vial y hay automovilistas y transportistas que conducen de manera muy agresiva.
Rafael, quien tiene 63 años de edad, asegura que mientras pueda mover las piernas seguirá utilizando este maravilloso medio de transporte, pues no le cabe duda que contribuye enormemente a mantenerlo sano y de excelente ánimo: “Es una de las cosas que me encantan de la bicicleta, que sientes cómo se mueven las piernas, los músculos y cómo fluye la sangre; es una sensación muy agradable”.
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