Jalisco
Chacala y Ayotitlán acuerdan resolver conflicto de linderos
Representantes de Chacala y Ayotitlán exigirán a la Secretaría de la Reforma Agraria que resuelva la disputa entre ambas comunidades por casi tres mil hectáreas
GUADALAJARA, JALISCO.- Las poblaciones de Chacala y Ayotitlán —pertenecientes al Municipio de
Cuautitlán de García de Barragán— acordaron exigir a la
Secretaría de la Reforma Agraria que resuelva la disputa entre ambas comunidades por casi tres mil hectáreas que data de hace más de 40 años.
“Basta de agresiones entre nosotros, somos pueblos hermanos y esta indefinición territoriales es lo que ha permitido que otros nos despojen”, resaltaron representantes durante una reunión en el Ayuntamiento de Cuautitlán, que tenía como fin otra problemática: la incursión ilegal el pasado 13 de abril de una minera en la zona en sobreposición, por lo cual pobladores de Ayotitlán detuvieron ese mismo día la maquinaria denominada “mano de chango”.
El reclamo era directo al delegado municipal de Chacala, Rogelio Deniz Contreras, quien otorgó el permiso para extraer minerales en 300 hectáreas, pero señaló que ignoraba que eran tierras en disputa pues asumió el cargo hace un mes.
Los asesores legales de Ayotitlán le explicaron que no podía dar ese tipo de autorizaciones porque existe una serie de irregularidades en el procedimiento, y sugirieron aprovechar la coyuntura para resolver el problema de la dotación de las tierras, e invitar a Cuzalapa, con la que también existen problemas de linderos.
“Ya estamos agarrando el entendimiento”, dijo Deniz Contreras. “Tenemos que juntarnos los tres pueblos, porque parece que el que va a resolver esto, todavía ni nace en vida”, frase que arrancó carcajadas a los 30 indígenas presentes en la reunión, quienes han sido actores de esta lucha durante toda su vida.
En 1921, los nahuas reclamaron a la entonces Comisión Agraria Mixta la restitución de sus tierras. En 1963, se reconocieron los títulos virreinales de Chacala y Cuzalapa, y se les constituyó como comunidad indígena. En cambio, Ayotitlán sólo recibió una dotación ejidal por 50 mil 332 hectáreas, pero sólo han sido ejecutadas 34 mil 300.
En las 15 mil faltantes es donde se encuentra la disputa de linderos con las comunidades de Chacala y Cuzalapa, y con la minera Peña Colorada, que extrae hierro en la región desde hace 41 años.
Los acuerdos a los que llegaron el pasado jueves Chacala y Ayotitlán son históricos “porque es casi imposible que exista disposición de todas las partes”. Sin embargo, es un asunto político, “de disposición de las autoridades agrarias”, reconoce Jaime Hernández, de la Unidad de Apoyo a Grupos Indígenas (UACI) de la Universidad de Guadalajara.
“Basta de agresiones entre nosotros, somos pueblos hermanos y esta indefinición territoriales es lo que ha permitido que otros nos despojen”, resaltaron representantes durante una reunión en el Ayuntamiento de Cuautitlán, que tenía como fin otra problemática: la incursión ilegal el pasado 13 de abril de una minera en la zona en sobreposición, por lo cual pobladores de Ayotitlán detuvieron ese mismo día la maquinaria denominada “mano de chango”.
El reclamo era directo al delegado municipal de Chacala, Rogelio Deniz Contreras, quien otorgó el permiso para extraer minerales en 300 hectáreas, pero señaló que ignoraba que eran tierras en disputa pues asumió el cargo hace un mes.
Los asesores legales de Ayotitlán le explicaron que no podía dar ese tipo de autorizaciones porque existe una serie de irregularidades en el procedimiento, y sugirieron aprovechar la coyuntura para resolver el problema de la dotación de las tierras, e invitar a Cuzalapa, con la que también existen problemas de linderos.
“Ya estamos agarrando el entendimiento”, dijo Deniz Contreras. “Tenemos que juntarnos los tres pueblos, porque parece que el que va a resolver esto, todavía ni nace en vida”, frase que arrancó carcajadas a los 30 indígenas presentes en la reunión, quienes han sido actores de esta lucha durante toda su vida.
En 1921, los nahuas reclamaron a la entonces Comisión Agraria Mixta la restitución de sus tierras. En 1963, se reconocieron los títulos virreinales de Chacala y Cuzalapa, y se les constituyó como comunidad indígena. En cambio, Ayotitlán sólo recibió una dotación ejidal por 50 mil 332 hectáreas, pero sólo han sido ejecutadas 34 mil 300.
En las 15 mil faltantes es donde se encuentra la disputa de linderos con las comunidades de Chacala y Cuzalapa, y con la minera Peña Colorada, que extrae hierro en la región desde hace 41 años.
Los acuerdos a los que llegaron el pasado jueves Chacala y Ayotitlán son históricos “porque es casi imposible que exista disposición de todas las partes”. Sin embargo, es un asunto político, “de disposición de las autoridades agrarias”, reconoce Jaime Hernández, de la Unidad de Apoyo a Grupos Indígenas (UACI) de la Universidad de Guadalajara.
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