Jalisco
Centro y Santa Tere, zonas donde más asaltan los motoladrones
La Fiscalía de Jalisco anuncia una 'caza' contra estos delincuentes en la zona metropolitana
Con reservas, para que los eventuales operativos que se realicen tengan éxito, detalla que “estamos muy avanzados en eso, con detenciones y personas identificadas. Estamos ya muy adelantados”.
Tanto la Policía de Guadalajara como la Fiscalía del Estado trabajan para atrapar y llevar a prisión a quienes dedican su tiempo a eso. “Hay una revisión del tema en específico; hay muchas quejas. De eso y del robo de autopartes”. “Muy pronto”, expone, “va a haber resultados”, pero anticipa que la Policía tapatía también tendrá que poner de su parte.
Por lo pronto, entre 2013 y 2015, la autoridad estatal ha detenido a 28 individuos por cometer delitos a bordo de motocicletas en las zonas de mayor incidencia: Centro y Chapultepec. Sólo uno de ellos quedó en libertad; los demás se encuentran recluidos en prisión, de acuerdo con la Unidad de Transparencia de Fiscalía.
Entretanto, la Policía de Guadalajara contabilizó 531 robos a persona por motoladrones, sólo en 2014. En cambio, sólo arrestó a 12 ladrones en flagrancia.
Sin embargo, en los últimos tres años (contando de 2015 sólo los primeros seis meses), 70 presuntos ladrones en motocicleta han sido arrestados por la Policía. 2015 es el año de mejores resultados: 36 de ellos fueron captados y esposados entre enero y julio.
De enero de 2013 a julio de 2015, la corporación recibió mil 140 reportes por robo en motocicleta, en 223 colonias del municipio. Sólo las primeras 10 del listado suman 312 reportes. Santa Teresita, Centro, San Juan de Dios, Lafayette y la Monumental son las más conflictivas.
Tras la presión social, mediática y a través de las redes sociales, que significaron los constantes reportes de motoladrones durante la segunda mitad de 2012, la Policía de Guadalajara creó un operativo para detener y revisar indistintamente a motociclistas: “Tritón”.
La movilización también sumó a policías viales, pero éstos nunca registraron detenciones. Al menos así lo demuestra la respuesta a una solicitud de transparencia que se hizo a la Secretaría de Movilidad (expediente 584/2015): “Se verificó en la base de datos de la Comandancia de Guardia y no se localizó registro alguno documentado sobre la información que se solicita”.
La petición se hizo para conocer los resultados de esa instancia en el combate al delito de robo en motocicleta en las zonas Centro y Chapultepec.
CLAVES
Pistas de la Policía
2012. El entonces comandante del grupo de ciclopolicías de Guadalajara (nombre clave: Libras), Isaac Islas, comentó a este medio que los oficiales habían ubicado un par de talleres, en las colonias Analco y La Perla, en los que se rentaban motocicletas para delinquir.
Reconocimiento. De acuerdo con el ex mando, la Policía sabía quiénes eran los motoladrones que operaban en el Centro y Chapultepec, incluso sus domicilios. Pero al no estar facultados para realizar los arrestos si no captaban los delitos cuando sucedían, esto sólo era un dato de la corporación.
Negocios. En ese entonces, Islas comentó: “hemos intentando que se clausuren los talleres, pero la Policía de Guadalajara no puede, no es nuestra facultad hacerlo (…) si un Ministerio Público quisiera hacer bien su trabajo, con las líneas de investigación ya hubiera llegado con esas personas. Los dueños están cayendo en complicidad, porque de antemano saben que esas motocicletas son utilizadas para actos ilícitos”.
Reducen denuncias; crece violencia
La cantidad de reportes ciudadanos por robo en motocicleta que se han hecho en lo que va del año es menor en comparación con los últimos dos.
La cifra también ha decrecido desde el año 2013, cuando se realizaron 531 llamados de denuncia. Para 2014 fueron 450. Y durante los ocho meses transcurridos de 2015, la cantidad es de 159.
La alerta de la autoridad es por el nuevo modo de operar, pues ya no se trata de robos “al paso”, sino asaltos con violencia. Los ladrones incluso usan armas de fuego para amagar a sus víctimas y quitarles sus pertenencias por la fuerza.
Incluso, hay reportes que denuncian a motoladrones robando en grupos.
LA VOZ DEL EXPERTO
En cambio de administración repuntan asaltos
Jorge Rocha Quintero (académico del ITESO).
Si en algo están preocupadas las autoridades municipales, a escasos días de la sucesión de poder, es en el proceso de entrega-recepción… No tanto en los indicadores de seguridad. Tampoco se ha planteado una verdadera labor de inteligencia, ni se ha hecho lo propio con el pendiente de dar orden a las motocicletas.
El profesor investigador del departamento de Estudios Sociojurídicos y Políticos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Jorge Rocha Quintero, antepone todo eso a la complicada situación económica que atraviesa el país, como razones de peso por las cuales está creciendo el delito de robo en motocicleta.
Desde su óptica, el que no se ataque directamente un delito provoca que éste se desarrolle. “Si es cada vez más provechoso para quien lo realiza, por supuesto que lo que provocas de facto es estimular que esas prácticas no solo continúen, sino crezcan”.
La falla estriba, dice, en que no parece haber labor de inteligencia. La Policía aparentemente no tiene ubicadas zonas de recurrencia, perfiles de los ladrones o sus horarios.
Pero el tema no para ahí. Las autoridades también deben acercarse a los ciudadanos, delimitar el problema junto con ellos, y “a partir de esto creas herramientas de contención”.
La coyuntura política en turno también incide, y mucho, en el tema. Especialmente porque la transición en Guadalajara no ocurre entre políticos del mismo partido, lo que distrae la labor de los ayuntamientos.
“Entramos en este periodo viscoso de alternancia entre gobiernos, y los que salen están mucho más preocupados por entregar las cuentas lo mejor posible, que seguir prestando los servicios como deben hacerlo”.
Por supuesto, los temas de movilidad también son decisivos. Establecer la regulación y el ordenamiento de motocicletas debe estar en la agenda del Estado. A bordo de éstas se han cometido incontables asesinatos, robos y otros delitos, y el tema sigue quedando rezagado.
El tema final es la economía estancada, un factor que evidentemente pesa para la proliferación de crímenes, que a su vez suben en intensidad por la “añeja” falta de coordinación entre autoridades.
“Cuando llegan muchos presidentes de un partido, decimos: ‘A ver si hoy si se coordinan’. Pasó con el PAN, con el PRI, y ahora MC lo promete. En el fondo, no terminamos de concebir a la Zona Metropolitana de Guadalajara como eso: una zona metropolitana”, concluye.
VOCES
En el año 2010 no estaban “de moda”
Usan el tráfico del Centro Histórico como ventaja. Así es como Roberto Hernández concluye que trazaron su plan los individuos que le quitaron su computadora y huyeron sobre la calle López Cotilla, allá por 2010, cuando el delito “no estaba de moda”.
Esperaba, junto con una amiga, cerca del ex Convento del Carmen. Su compañera le recordó que necesitaban un documento y él sacó el equipo para abrirlo. Terminó de enviar el texto y, justo iba a guardar la computadora, cuando sintió un jalón.
No se la quitaron. “Dije: ‘Qué raro’. Creí que era una broma, pero apenas estaba en eso cuando me la jalan y (el ladrón) empieza a correr”.
Instintivamente comenzó a perseguir a su rival. Lo siguió de cerca hasta que casi lo alcanza. Eventualmente, cree, la adrenalina lo venció y las piernas “se le doblaron”.
Cayó al suelo con las palmas de las manos extendidas. “Se me aguadaron las piernas y me caí por la adrenalina. Cuando voltee, vi que otro chavo en motocicleta iba atrás. Se subió y huyeron los dos con mi computadora”.
Desconcertado y molesto a la vez, revisó sus heridas. Pidió ayuda en una farmacia de la zona para limpiarse y vendarse. Comentó su situación a la encargada en turno y ésta le explicó que no se trataba de la primera víctima de un delito del tipo. “Me dice: ‘Últimamente están ocurriendo mucho estos asaltos. Ayer me tocó atender a otra chava a la que asustaron, y unos días atrás a una señora a la que le quisieron arrancar una cadenita de oro del cuello, y la lastimaron’”.
Denunció el hecho en una oficina móvil del Ministerio Público, aunque siempre pensando que eso no le traería de vuelta su equipo. Y tuvo razón: cinco años después, aún no sabe —“ni sabrá”— el destino de su computadora. “Tenía que seguir chambeando. Entonces tuve que sacar otra, en abonitos”, remata.
Operan en caravana
No fueron dos. No iban a bordo de una motocicleta. Eran más de cinco e integraban una nutrida caravana de motociclistas que circulaba sobre la Avenida Vallarta, la noche del pasado viernes 4 de septiembre. Los motoladrones incluso estaban acompañados por mujeres, con todo interés de que esa rodada nocturna no levantara sospechas.
Cinthia Villa fue una de sus víctimas. Caminaba junto con una amiga hacia el Centro Magno y el ruido de los motores atrajo la atención de ambas. Voltearon.
Al menos cinco individuos corrieron directo hacia ellas. Su amiga comenzó a gritar, y antes de que lograra reaccionar, el cañón de una pistola ya apuntaba a su cabeza. Además, una navaja (eso creyó) estaba muy cerca de su abdomen. Le fue imposible moverse.
Los ladrones las revisaron. Entre el interés de quitarles sus pertenencias, demoraron unos segundos adicionales en su “chequeo”, y eso molestó a Cinthia, quien trató de quitárselos de encima. La respuesta: un golpe en el ojo con la culata.
“No había escuchado de eso hasta que me pasó”, dice. “Literal: me metía las manos en todos lados, y ‘¡denme sus teléfonos!’, y ‘¡saquen lo que traigan!’. A mí me levantaron la cabeza con la pistola y me pegaron en un ojo porque le quitaba las manos”.
Dos minutos, o “una eternidad”. Eso fue lo que duró el atraco. Momentos antes de la agresión, notaron que había un grupo de jóvenes caminando detrás de ambas. Éste desapareció. Tampoco hubo algún conductor que frenara su auto para ayudarlas. La circulación y el actuar de quienes pasaban por ahí en un viernes por la noche siguió su ritmo habitual.
El plan de los ladrones tuvo éxito. Además, con un notable ejercicio de ensayo, pues la caravana aún no terminaba de circular frente a ellas y los señalados ya las habían despojado de sus pertenencias y se habían reintegrado al grupo.
“Y las chavas que iban con ellos burlándose porque estábamos gritando (…) Lo único que pensé es 'quiero irme a mi casa y estar tranquila'”.
Tras digerir lo que había ocurrido, ambas concluyeron que lo mejor sería denunciar. Solicitaron informes y se dirigieron a la Fiscalía del Estado, en la Calzada Independencia. Pero ni siquiera entraron; el discurso del guardia que estaba en la puerta diluyó cualquier intento.
“Nos preguntó que a qué íbamos. Le respondimos que a denunciar el robo de unos motoladrones ¿Sabes qué nos dijo? Que no vale la pena que denuncien. Que lo mejor es, que si el celular es nuevo y podemos localizarlo por Internet, que juntemos a unos amigos y que ellos vayan y se desquiten”.
Animar a la venganza, y no a la denuncia, fue el último trago amargo. El hecho quedará impune, y en Cinthia persiste el temor de caminar por las grandes avenidas de la ciudad y encontrarse de nuevo con aquella caravana.
ASEGURAN QUE "TRITÓN" SIGUE ACTIVO
Con plena conciencia de que el trienio ha llegado a su fin, y su periodo al frente de la Policía de Guadalajara también, el titular de la corporación, José Ángel Campa Molina, dio una última instrucción a todos los grupos operativos de la corporación. “Esto aún no se acaba: hay que trabajar”.
La Policía tapatía informa que el operativo “Tritón” sigue activo, en coordinación con la Fiscalía del Estado y la Secretaría de Movilidad.
Pese a esto, el pasado 31 de agosto un cuentahabiente fue asesinado en la Colonia Santa Elena Alcalde por los tripulantes de una motocicleta, quienes minutos antes trataron de quitarle alrededor de 40 mil pesos que recién había sacado de la institución privada.
El asalto con violencia ocurrió a las dos de la tarde. Incluso una mujer, quien acompañaba a la víctima, resultó con una herida de bala en la pierna. Ese mismo día se registró un segundo robo en la zona de Oblatos. De nuevo, los motoladrones quitaron por la fuerza 30 mil pesos a su víctima.
“La orden fue que todos refuercen la seguridad en sus zonas. Que verifiquen las unidades motorizadas y a quienes van en ellas”.
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