Jalisco
Celebran ex alumnos 50 años de haber ingresado a la Escuela de Arquitectura
Durante sus primeros ocho años de vida, la Escuela de Arquitectura fue ampliamente criticada
GUADALAJARA, JALISCO (11/MAY/2010).- Hoy, ex alumnos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara (UdeG) celebran el 50 aniversario de su ingreso a la carrera. Aunque la escuela se fundó en 1948, los 45 alumnos que cursaron su primer año de estudios durante el periodo 1956-1957 formaron, propiamente dicho, la primera generación “numerosa”, debido a la baja cantidad de alumnos que se encontraban estudiando el programa de arquitectura antes que ellos.
Y es que durante sus primeros ocho años de vida, la Escuela de Arquitectura fue ampliamente criticada por la federación de estudiantes de aquel entonces, debido al alto costo que implicaba su funcionamiento, lo que contrastaba con la poca cantidad de alumnos que había entre sus filas.
“Cuando nosotros ingresamos, ocho años después de su fundación, la escuela tenía en segundo año ocho alumnos, en tercero habría unos tres, en cuarto otros tres, en quinto unos dos y en sexto otros dos. A la hora de que ingresamos nosotros nos convertimos en 75% de la Escuela de Arquitectura”, recuerda Moisés Estrada Ríos, uno de los organizadores del reencuentro.
“Yo recuerdo que en una ocasión salió una noticia de EL INFORMADOR donde decía: El alumno de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara cuesta un millón de pesos. Y en aquel entonces decir un millón de pesos era un mundo de dinero. ¿Por qué?, porque salía uno solo al año”.
A las 12:00 horas, los ex alumnos asistirán a una misa en el Templo Expiatorio de Guadalajara, lugar que fue seleccionado en memoria de Ignacio Díaz Morales, quien fuera el autor del proyecto de la creación de la escuela, su primer director y el encargado de continuar y finalizar la construcción del inmueble religioso de estilo gótico, ubicado en el cruce de Enrique Díaz de León y López Cotilla.
“Lo más importante para nosotros es que de repente nos encontramos cumpliendo 50 años de estar ejerciendo y sinceramente promoví esto porque yo creo que hay que dar gracias y reunirnos todos nosotros con todos nuestros compañeros que ingresaron en ese momento. Algunos no pudieron continuar con la carrera, pero los que la lograron terminar, ha sido para mí y para ellos muy satisfactorio el haber completado ilusiones que como arquitecto nunca se deben acabar, porque estamos planeando qué más poder realizar”.
Posteriormente, los arquitectos se trasladarán al Club Atlas Colomos, donde continuarán con la convivencia.
Y es que durante sus primeros ocho años de vida, la Escuela de Arquitectura fue ampliamente criticada por la federación de estudiantes de aquel entonces, debido al alto costo que implicaba su funcionamiento, lo que contrastaba con la poca cantidad de alumnos que había entre sus filas.
“Cuando nosotros ingresamos, ocho años después de su fundación, la escuela tenía en segundo año ocho alumnos, en tercero habría unos tres, en cuarto otros tres, en quinto unos dos y en sexto otros dos. A la hora de que ingresamos nosotros nos convertimos en 75% de la Escuela de Arquitectura”, recuerda Moisés Estrada Ríos, uno de los organizadores del reencuentro.
“Yo recuerdo que en una ocasión salió una noticia de EL INFORMADOR donde decía: El alumno de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara cuesta un millón de pesos. Y en aquel entonces decir un millón de pesos era un mundo de dinero. ¿Por qué?, porque salía uno solo al año”.
A las 12:00 horas, los ex alumnos asistirán a una misa en el Templo Expiatorio de Guadalajara, lugar que fue seleccionado en memoria de Ignacio Díaz Morales, quien fuera el autor del proyecto de la creación de la escuela, su primer director y el encargado de continuar y finalizar la construcción del inmueble religioso de estilo gótico, ubicado en el cruce de Enrique Díaz de León y López Cotilla.
“Lo más importante para nosotros es que de repente nos encontramos cumpliendo 50 años de estar ejerciendo y sinceramente promoví esto porque yo creo que hay que dar gracias y reunirnos todos nosotros con todos nuestros compañeros que ingresaron en ese momento. Algunos no pudieron continuar con la carrera, pero los que la lograron terminar, ha sido para mí y para ellos muy satisfactorio el haber completado ilusiones que como arquitecto nunca se deben acabar, porque estamos planeando qué más poder realizar”.
Posteriormente, los arquitectos se trasladarán al Club Atlas Colomos, donde continuarán con la convivencia.
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