Jalisco
Casinos, en el limbo jurídico
De 125 municipios, sólo Guadalajara regula esta actividad, en la que convergen millonarias inversiones, empleo, diversión y daños a la salud
-Adicción compulsiva al juego
-Apuestan a la conquista de los jóvenes
-“Me sentía vacía cuando me iba del casino…”
-Macao, la capital del juego
GUADALAJARA, JALISCO (24/ABR/2011).- Usted sabe qué es un casino, quién lo regula y cómo opera. Si no conoce las dos últimas preguntas, no crea que falla. Ni siquiera los ayuntamientos saben los alcances de estos centros de apuestas, que se encuentran en expansión en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
La falta de claridad es tan grande al respecto, que el nombre “casino” no existe en la reglamentación municipal de 124 ayuntamientos de Jalisco; es decir, operan con licencias para restaurantes o bares. En resumen, los municipios no tienen la menor idea de la cantidad de máquinas de juego instaladas en estos centros de entretenimiento, pues son verificadas por la Secretaría de Gobernación (Federación), quien expide los permisos y hologramas para cada juego.
De los 125 municipios en el Estado, Guadalajara es el único que aprobó en enero pasado una reglamentación para esta actividad. Los regidores autorizaron una licencia especial, con un costo anual de 283 mil pesos, más un pago de cinco mil pesos por cada máquina. Con ello regulariza este giro y habrá ingresos adicionales.
Una vez que el empresario obtenga la autorización de la Secretaría de Gobernación, debe tramitar la licencia en el Ayuntamiento (antes bastaba con el consentimiento del alcalde en cualquier municipio), pero también debe contar con la anuencia vecinal.
En la metrópoli, sólo Zapopan avanza en la reglamentación de estos giros comerciales. El regidor Salvador Rizo Castelo destaca: “Queremos que exista el término casino para que se transparente su ejecución. El Ayuntamiento no tiene datos de las máquinas, no sabemos nada”.
La Asociación de Permisionarios de Juegos y Sorteos en México revela que el sector representa más de 400 millones de dólares anuales en materia de impuestos y mil 500 por inversiones. Mientras el Gobierno federal estima que el sector genera 35 mil empleos directos y 135 mil indirectos, expertos recalcan tres impactos negativos hacia población por la expansión de los casinos: la carencia de políticas públicas en salud daña a usuarios vulnerables a la adicción compulsiva al juego, enfermedad conocida como ludopatía —apunta el director de Psiquiatría del Antiguo Hospital Civil, Sergio Villaseñor Bayardo—; los centros de apuestas afectan la calidad de vida de vecinos e impactan en la arquitectura e imagen urbana —coinciden los especialistas Alejandro Canales Daroca y Juan Palomar Verea—.
-Apuestan a la conquista de los jóvenes
-“Me sentía vacía cuando me iba del casino…”
-Macao, la capital del juego
GUADALAJARA, JALISCO (24/ABR/2011).- Usted sabe qué es un casino, quién lo regula y cómo opera. Si no conoce las dos últimas preguntas, no crea que falla. Ni siquiera los ayuntamientos saben los alcances de estos centros de apuestas, que se encuentran en expansión en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
La falta de claridad es tan grande al respecto, que el nombre “casino” no existe en la reglamentación municipal de 124 ayuntamientos de Jalisco; es decir, operan con licencias para restaurantes o bares. En resumen, los municipios no tienen la menor idea de la cantidad de máquinas de juego instaladas en estos centros de entretenimiento, pues son verificadas por la Secretaría de Gobernación (Federación), quien expide los permisos y hologramas para cada juego.
De los 125 municipios en el Estado, Guadalajara es el único que aprobó en enero pasado una reglamentación para esta actividad. Los regidores autorizaron una licencia especial, con un costo anual de 283 mil pesos, más un pago de cinco mil pesos por cada máquina. Con ello regulariza este giro y habrá ingresos adicionales.
Una vez que el empresario obtenga la autorización de la Secretaría de Gobernación, debe tramitar la licencia en el Ayuntamiento (antes bastaba con el consentimiento del alcalde en cualquier municipio), pero también debe contar con la anuencia vecinal.
En la metrópoli, sólo Zapopan avanza en la reglamentación de estos giros comerciales. El regidor Salvador Rizo Castelo destaca: “Queremos que exista el término casino para que se transparente su ejecución. El Ayuntamiento no tiene datos de las máquinas, no sabemos nada”.
La Asociación de Permisionarios de Juegos y Sorteos en México revela que el sector representa más de 400 millones de dólares anuales en materia de impuestos y mil 500 por inversiones. Mientras el Gobierno federal estima que el sector genera 35 mil empleos directos y 135 mil indirectos, expertos recalcan tres impactos negativos hacia población por la expansión de los casinos: la carencia de políticas públicas en salud daña a usuarios vulnerables a la adicción compulsiva al juego, enfermedad conocida como ludopatía —apunta el director de Psiquiatría del Antiguo Hospital Civil, Sergio Villaseñor Bayardo—; los centros de apuestas afectan la calidad de vida de vecinos e impactan en la arquitectura e imagen urbana —coinciden los especialistas Alejandro Canales Daroca y Juan Palomar Verea—.
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