Jalisco
Carlos Briseño se prepara para regresar como rector de la UdeG
El rector destituido de la Universidad de Guadalajara no descartó postularse para la gubernatura del Estado de Jalisco para 2012
Universidad de Guadalajara (UdeG), el 29 de agosto. No hay más corbata roja, la cambió por ropa deportiva y gafas para el sol. Su lugar para ofrecer entrevistas ha pasado de ser su “despacho alterno”, en las inmediaciones de Chapultepec y López Cotilla, para convertirse en cualquier sucursal de una cadena de cafeterías. La única condición es que sean en la parte de afuera, “para fumarme un cigarrito”.
Eclipsado por el transitar de los días, sin el aparato mediático que lo convirtió en uno de los hombres más reconocidos de Jalisco, Carlos Briseño Torres permanece a la espera del fallo del Juez Tercero de Distrito en Materia Administrativa sobre su posible restitución como rector general. Pero también aguarda la investigación de la Contraloría del Estado en torno a las presuntas irregularidades en el Programa de Trasplantes del Hospital Civil, con la esperanza de “que no haya componenda entre el gobernador (Emilio González Márquez) y el grupo de Raúl Padilla”.
Polémico aún, Briseño Torres reconoce abiertamente que aprovechará su imagen ante la ciudadanía para buscar lo que en sus días postreros como la máxima autoridad unipersonal de la UdeG negó reiteradamente: la gubernatura del Estado de Jalisco para 2012.
— ¿Cómo va su proceso legal?
— Estuve fuera toda la semana, fui a la Ciudad de México y Estados Unidos, en donde está mi familia. En el DF, haciendo gestiones en torno al tema jurídico en el que participo como quejoso.
— ¿Con quién se ha entrevistado en la Ciudad de México?
— Me reservo los nombres; con autoridades federales del ámbito Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En la Secretaría de Educación Pública (SEP), con su oficial mayor, Julio Castellanos. Me reuní con algunos otros funcionarios, tanto en la Secretaría de Gobernación, como en la oficina de la Presidencia. Pero también en el Poder Judicial de la Federación.
Y me siento muy alentado, porque en opinión de muchos miembros del Poder Judicial, este caso puede sentar un precedente importante, porque hasta ahorita sólo ha habido resoluciones parciales sobre temas universitarios: uno en San Luis Potosí, otro en Michoacán, y uno más de una universidad privada. Pero éste es el primero en que el Consejo General Universitario (CGU) remueve de su cargo a la máxima autoridad ejecutiva, y el fondo del asunto es si el CGU puede estar por encima de la Ley Orgánica. Violó la Ley Orgánica, al destituirme injustificadamente y sin derecho de audiencia.
— ¿Y si falla en contra?
— Acudo al Tribunal Administrativo; este lunes presento una demanda de nulidad porque no fue apegada a derecho, a los procedimientos que establece la Ley Orgánica; y por lo tanto, lo que demando es que todos sus actos bajo su gestión (de la nueva administración universitaria), sean nulificados. Les voy a ganar el juicio, y no importa que tengan al CGU amañado, por la vía administrativa del tribunal vamos a invalidar las elecciones de consejeros. Y no está sujeto a que ellos quieran o no quieran; una resolución, una sentencia definitiva de la justicia federal, obliga al mismísimo Presidente de la República, con mayor razón a estos señores. No se pueden amparar en la autonomía universitaria para declarar extraterritorialidad legal. Forzosamente tendrán que dejar las oficinas (de la administración central).
— Se habla de una nueva destitución si usted regresara, ¿cómo lidiará con el aparato de la UdeG?
— La UdeG no es el “Grupo Universidad”. Al regresar, no me podrían enjuiciar por la misma causa, porque ningún ciudadano es sujeto de juicio dos veces por la misma causa. Están en un enredo y deben inventar cosas nuevas. Ya andan diciendo que había irregularidades durante mi gestión. Quizás destruyen las comprobaciones del ejercicio presupuestal a mi cargo, pero les aviso que tengo copias de recibido de la Dirección de Finanzas. Están buscando que haya elementos para decir que hubo causa grave. Saben que mi restitución es inminente. Lo que hacen ahora es pedirle la renuncia a la mayor cantidad de gente identificada conmigo. A los únicos que han mantenido son a los que el anterior vicerrector le ha acercado a Raúl Padilla.
— Pese a lo que usted refiere, la casa de estudios sigue trabajando, ¿le conviene a la UdeG esta turbulencia administrativa?
— Sí, trabaja, y es reconocida, por su trabajo académico, por su esfuerzo de toda una comunidad por la que hemos participado. Pero es una paz aparente; subyace una gran inconformidad. En esta fase se asumen como ganadores, pero la batalla no ha terminado: violaron la Constitución y la Ley Orgánica (de la universidad), y eso no debe quedar impune.
— ¿Espera que abone a su lucha legal lo que arroje la investigación de la Contraloría sobre el programa de trasplantes? — No tiene nada que ver con el proceso judicial; si la Contraloría General del Estado hace bien su trabajo, va a demostrar que la denuncia que hice hace tres meses era cierta. Que las irregularidades son ciertas, que no son inventadas. Que fue correcta mi decisión de pedir una investigación.
— Si está tan convencido, ¿por qué la Procuraduría no ha actuado?
— La Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco debe esperar, supongo, a que concluya la investigación de la Contraloría para intervenir. Yo supongo que el Gobierno del Estado no dará carpetazo al asunto, porque va a quedar claro que en estos momentos estoy fuera de mi oficina porque puse el dedo en la llaga. La última vez que platiqué con el gobernador me dijo que ya había cinco casos documentados en poder de la Contraloría. No va a poder ocultar eso la Contraloría, y yo quiero advertir públicamente que ojalá no se vaya a dar una componenda política entre el gobernador y el grupo de Raúl Padilla y le den carpetazo a este asunto.
— ¿Por qué tanta defensa a Luis Carlos Rodríguez Sancho, encargado del programa de trasplantes hepáticos del Antiguo Hospital Civil?
— Porque los líderes del Grupo Universidad están coludidos. Hay eminencias en el país que nada le piden a Rodríguez Sancho, pero se quiso erigir en Dios. Él decidía quién vivía y quién moría. Y esa no puede ser decisión personal de un médico. Debe ser colegiada. Fabricaron actas de los trasplantes realizados en 2006, 2007 y 2008; no pueden ocultar ese informe, yo se lo entregué por escrito a la contralora del Estado (María del Carmen Mendoza). Luis Carlos Rodríguez Sancho me dijo que a él le habían autorizado que funcionara de esa manera irregular el Programa de Trasplantes, Raúl Vargas López, Leobardo Alcalá y el actual director (Jaime Agustín González Álvarez). Hay complicidad y responsabilidad de los tres directores. Además, Leobardo Alcalá debe explicar por qué se desistió de pelear una herencia calculada en cerca de 800 millones de dólares, repartida entre la Cruz Roja y el Hospital Civil.
— ¿Realmente cree ganar su lucha?
— Esta lucha va más allá de la universidad, es una lucha ciudadana y va a involucrar a muchos sectores de la sociedad jalisciense. Es una lucha por la construcción de un mejor Jalisco.
— ¿Descarta una candidatura en 2012?
— No descarto nada; más que eso, tengo credibilidad. Gran parte de la población me conoce, cumplí poco más de un año en la oficina como rector. Para alguien que tiene tan poco tiempo de rector, tener tanto conocimiento y simpatía por parte de la población no es común. Y en la crisis que se vivió en la universidad, la gente me cree a mí, y a Padilla casi nadie... No lo quieren.
— ¿Le queda algo de capital político?
— Por fortuna sí, pero voy a valorar muy bien todas mis opciones; ahora me concentro en la lucha política, estoy desmarcado de los partidos políticos, y en su momento decidiré si voy de candidato.
— Pero el PRI, su partido, le dio la espalda…
— La actual dirigencia sí, no el Partido Revolucionario Institucional (PRI) como tal. La militancia priista de base está conmigo. La cúpula dirigente está entregada a Raúl Padilla; no tiene credibilidad. Javier Guízar (dirigente estatal del PRI) y su equipo son una comparsa de Acción Nacional. El PRI sigue traumado con la derrota del 95, y no saben actuar como partido. Acción Nacional ha cometido demasiados errores, pero el PRI no está arriba del PAN en simpatía. La gente quedó desilusionada por personas que no lucharon políticamente, como (Arturo) Zamora.
— ¿Buscaría una candidatura en 2012?
— Sí. Sectores municipales me quieren, no sólo el priismo, tengo amigos en Convergencia, y en el Partido Social Demócrata. Sí se podría conjuntar una candidatura de unidad, entre diferentes sectores progresistas del Estado de Jalisco. Hay un priismo de base, que tiene una tendencia progresista liberal socialdemócrata. Ese priismo podría ser parte de una gran coalición para el 2012.
— ¿Ha tenido ofrecimientos de algún partido?
— Sí los he tenido para 2009, pero no estaré en ninguna papeleta electoral en ese año… Voy a estar en la Rectoría de la Universidad. Lo más probable es que en 2012 sí vaya en busca de algún espacio de representación ciudadana.
GUADALAJARA, JALISCO.- Su indumentaria es más desenfadada desde que fue destituido de la Rectoría General de la
Eclipsado por el transitar de los días, sin el aparato mediático que lo convirtió en uno de los hombres más reconocidos de Jalisco, Carlos Briseño Torres permanece a la espera del fallo del Juez Tercero de Distrito en Materia Administrativa sobre su posible restitución como rector general. Pero también aguarda la investigación de la Contraloría del Estado en torno a las presuntas irregularidades en el Programa de Trasplantes del Hospital Civil, con la esperanza de “que no haya componenda entre el gobernador (Emilio González Márquez) y el grupo de Raúl Padilla”.
Polémico aún, Briseño Torres reconoce abiertamente que aprovechará su imagen ante la ciudadanía para buscar lo que en sus días postreros como la máxima autoridad unipersonal de la UdeG negó reiteradamente: la gubernatura del Estado de Jalisco para 2012.
— ¿Cómo va su proceso legal?
— Estuve fuera toda la semana, fui a la Ciudad de México y Estados Unidos, en donde está mi familia. En el DF, haciendo gestiones en torno al tema jurídico en el que participo como quejoso.
— ¿Con quién se ha entrevistado en la Ciudad de México?
— Me reservo los nombres; con autoridades federales del ámbito Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En la Secretaría de Educación Pública (SEP), con su oficial mayor, Julio Castellanos. Me reuní con algunos otros funcionarios, tanto en la Secretaría de Gobernación, como en la oficina de la Presidencia. Pero también en el Poder Judicial de la Federación.
Y me siento muy alentado, porque en opinión de muchos miembros del Poder Judicial, este caso puede sentar un precedente importante, porque hasta ahorita sólo ha habido resoluciones parciales sobre temas universitarios: uno en San Luis Potosí, otro en Michoacán, y uno más de una universidad privada. Pero éste es el primero en que el Consejo General Universitario (CGU) remueve de su cargo a la máxima autoridad ejecutiva, y el fondo del asunto es si el CGU puede estar por encima de la Ley Orgánica. Violó la Ley Orgánica, al destituirme injustificadamente y sin derecho de audiencia.
— ¿Y si falla en contra?
— Acudo al Tribunal Administrativo; este lunes presento una demanda de nulidad porque no fue apegada a derecho, a los procedimientos que establece la Ley Orgánica; y por lo tanto, lo que demando es que todos sus actos bajo su gestión (de la nueva administración universitaria), sean nulificados. Les voy a ganar el juicio, y no importa que tengan al CGU amañado, por la vía administrativa del tribunal vamos a invalidar las elecciones de consejeros. Y no está sujeto a que ellos quieran o no quieran; una resolución, una sentencia definitiva de la justicia federal, obliga al mismísimo Presidente de la República, con mayor razón a estos señores. No se pueden amparar en la autonomía universitaria para declarar extraterritorialidad legal. Forzosamente tendrán que dejar las oficinas (de la administración central).
— Se habla de una nueva destitución si usted regresara, ¿cómo lidiará con el aparato de la UdeG?
— La UdeG no es el “Grupo Universidad”. Al regresar, no me podrían enjuiciar por la misma causa, porque ningún ciudadano es sujeto de juicio dos veces por la misma causa. Están en un enredo y deben inventar cosas nuevas. Ya andan diciendo que había irregularidades durante mi gestión. Quizás destruyen las comprobaciones del ejercicio presupuestal a mi cargo, pero les aviso que tengo copias de recibido de la Dirección de Finanzas. Están buscando que haya elementos para decir que hubo causa grave. Saben que mi restitución es inminente. Lo que hacen ahora es pedirle la renuncia a la mayor cantidad de gente identificada conmigo. A los únicos que han mantenido son a los que el anterior vicerrector le ha acercado a Raúl Padilla.
— Pese a lo que usted refiere, la casa de estudios sigue trabajando, ¿le conviene a la UdeG esta turbulencia administrativa?
— Sí, trabaja, y es reconocida, por su trabajo académico, por su esfuerzo de toda una comunidad por la que hemos participado. Pero es una paz aparente; subyace una gran inconformidad. En esta fase se asumen como ganadores, pero la batalla no ha terminado: violaron la Constitución y la Ley Orgánica (de la universidad), y eso no debe quedar impune.
— ¿Espera que abone a su lucha legal lo que arroje la investigación de la Contraloría sobre el programa de trasplantes? — No tiene nada que ver con el proceso judicial; si la Contraloría General del Estado hace bien su trabajo, va a demostrar que la denuncia que hice hace tres meses era cierta. Que las irregularidades son ciertas, que no son inventadas. Que fue correcta mi decisión de pedir una investigación.
— Si está tan convencido, ¿por qué la Procuraduría no ha actuado?
— La Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco debe esperar, supongo, a que concluya la investigación de la Contraloría para intervenir. Yo supongo que el Gobierno del Estado no dará carpetazo al asunto, porque va a quedar claro que en estos momentos estoy fuera de mi oficina porque puse el dedo en la llaga. La última vez que platiqué con el gobernador me dijo que ya había cinco casos documentados en poder de la Contraloría. No va a poder ocultar eso la Contraloría, y yo quiero advertir públicamente que ojalá no se vaya a dar una componenda política entre el gobernador y el grupo de Raúl Padilla y le den carpetazo a este asunto.
— ¿Por qué tanta defensa a Luis Carlos Rodríguez Sancho, encargado del programa de trasplantes hepáticos del Antiguo Hospital Civil?
— Porque los líderes del Grupo Universidad están coludidos. Hay eminencias en el país que nada le piden a Rodríguez Sancho, pero se quiso erigir en Dios. Él decidía quién vivía y quién moría. Y esa no puede ser decisión personal de un médico. Debe ser colegiada. Fabricaron actas de los trasplantes realizados en 2006, 2007 y 2008; no pueden ocultar ese informe, yo se lo entregué por escrito a la contralora del Estado (María del Carmen Mendoza). Luis Carlos Rodríguez Sancho me dijo que a él le habían autorizado que funcionara de esa manera irregular el Programa de Trasplantes, Raúl Vargas López, Leobardo Alcalá y el actual director (Jaime Agustín González Álvarez). Hay complicidad y responsabilidad de los tres directores. Además, Leobardo Alcalá debe explicar por qué se desistió de pelear una herencia calculada en cerca de 800 millones de dólares, repartida entre la Cruz Roja y el Hospital Civil.
— ¿Realmente cree ganar su lucha?
— Esta lucha va más allá de la universidad, es una lucha ciudadana y va a involucrar a muchos sectores de la sociedad jalisciense. Es una lucha por la construcción de un mejor Jalisco.
— ¿Descarta una candidatura en 2012?
— No descarto nada; más que eso, tengo credibilidad. Gran parte de la población me conoce, cumplí poco más de un año en la oficina como rector. Para alguien que tiene tan poco tiempo de rector, tener tanto conocimiento y simpatía por parte de la población no es común. Y en la crisis que se vivió en la universidad, la gente me cree a mí, y a Padilla casi nadie... No lo quieren.
— ¿Le queda algo de capital político?
— Por fortuna sí, pero voy a valorar muy bien todas mis opciones; ahora me concentro en la lucha política, estoy desmarcado de los partidos políticos, y en su momento decidiré si voy de candidato.
— Pero el PRI, su partido, le dio la espalda…
— La actual dirigencia sí, no el Partido Revolucionario Institucional (PRI) como tal. La militancia priista de base está conmigo. La cúpula dirigente está entregada a Raúl Padilla; no tiene credibilidad. Javier Guízar (dirigente estatal del PRI) y su equipo son una comparsa de Acción Nacional. El PRI sigue traumado con la derrota del 95, y no saben actuar como partido. Acción Nacional ha cometido demasiados errores, pero el PRI no está arriba del PAN en simpatía. La gente quedó desilusionada por personas que no lucharon políticamente, como (Arturo) Zamora.
— ¿Buscaría una candidatura en 2012?
— Sí. Sectores municipales me quieren, no sólo el priismo, tengo amigos en Convergencia, y en el Partido Social Demócrata. Sí se podría conjuntar una candidatura de unidad, entre diferentes sectores progresistas del Estado de Jalisco. Hay un priismo de base, que tiene una tendencia progresista liberal socialdemócrata. Ese priismo podría ser parte de una gran coalición para el 2012.
— ¿Ha tenido ofrecimientos de algún partido?
— Sí los he tenido para 2009, pero no estaré en ninguna papeleta electoral en ese año… Voy a estar en la Rectoría de la Universidad. Lo más probable es que en 2012 sí vaya en busca de algún espacio de representación ciudadana.
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