Jalisco

Cardenal Robles pide que corruptos paguen por su irresponsabilidad

El arzobispo de Guadalajara señala que los funcionarios que abusan de su poder deben ser castigados por la ley

GUADALAJARA, JALISCO (17/JUN/2013).- El arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, declaró ayer que cualquier funcionario que haya trabajado en el marco de la corrupción debe ser sancionado conforme a la ley: “Cualquiera que sea la persona que está en el ejercicio de su autoridad y que hay pruebas de que lo hizo bajo la corrupción, tiene que ser sometido a la ley y pagar por su irresponsabilidad”.

La declaración la emitió luego de que, en entrevista, se le preguntara en torno a los casos de ex funcionarios detenidos, como el ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier, quien se encuentra arraigado por presunto desvío de recursos, y en Jalisco, el ex director del SIAPA, Rodolfo Ocampo.

Tras finalizar la misa dominical que ofició en la Catedral metropolitana, el prelado también se refirió a los hechos que se suscitaron en el municipio de Tolimán, donde 275 jornaleros indígenas fueron rescatados de laborar en condiciones de esclavitud. Al respecto, el cardenal llamó a las autoridades para que estas situaciones no se repitan.

“La Iglesia no aprueba que el trabajo se desarrolle en condiciones infrahumanas. El trabajo tiene que dignificar la vida de las personas; (ellos) tienen que hacerlo con responsabilidad y ser tratados con dignidad y con justicia. Es lamentable que se sigan dando estas situaciones; un llamado a las autoridades y a quien corresponda para que ya no se repita”. El arzobispo indicó que si se sabe de más casos es recomendable hacer la denuncia correspondiente.

Robles Ortega recordó que hace 20 años estuvo en el Valle de Autlán y El Grullo, donde había personas trabajando en condiciones precarias: “Eran trabajadores que venían de otros estados para el corte de la caña o para la siembra y cosecha del tomate. Era lamentable la situación en la que vivían. Yo vi las imágenes de estos que acaban de salir (los jornaleros de Tolimán), nada que ver con lo precario que se vivía hace 20 años; en la Iglesia les ofrecíamos una atención espiritual en el tiempo y los meses que estaban en Autlán”.
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