Jalisco

Caos para llegar y cruzar el Centro

Repavimentaciones, la ampliación del túnel de Hidalgo y las obras de la Línea 3 complican la vialidad en la zona

GUADALAJARA, JALISCO (13/OCT/2015).- Un semblante de hartazgo deja expuesta la molestia de conductores y usuarios de transporte público que deben arribar o trasladarse por el Centro de Guadalajara. Deben soportar filas interminables de vehículos en las “horas pico” o soportar, tras decenas de minutos de espera, ver a los camiones pasar por el parabús sin subir pasaje.

Lucía Hernández es una de ellas. Llega al Centro Histórico a trabajar desde las cercanías del Bosque La Primavera. Recuerda que hace algunos meses tardaba una hora en llegar, pero actualmente su tiempo de traslado se duplicó, “más por el tráfico de la mañana. Debería irme a las cinco de la mañana, cuando no hay nadie”.

Toma la Ruta 258 a más tardar a las 20:30 horas cuando termina sus laborales. Los camiones tardan mucho en pasar y, a veces, no dan la parada, por lo que el tiempo de espera se duplica.

Sonia Méndez Hernández también sufre las consecuencias del “ahorcamiento” del tráfico en el Centro. Ella se traslada a diario a Jardines del Valle en Zapopan, pero debe esperar 45 minutos sólo para que pase el camión, y después viajar una hora y media hasta llegar a su casa.

Los automovilistas también pasan por un caos al recorrer el Centro. Sobre Juárez, las filas de coches abarcan desde 16 de septiembre hasta Degollado en las “horas pico” y en ocasiones se quedan parados dos minutos sin avanzar, a pesar de que los semáforos funcionen correctamente.

Esto provoca que conductores como Roberto, quien evitó dar su nombre completo, tarden media hora sólo en ir desde la Calzada Independencia a Enrique Díaz de León, que representa sólo tres kilómetros de distancia.

Francia Sandoval, visitante frecuente del Centro, tiene una conclusión simple: “Somos un chorro de gente. Eso es lo que más influye, anteriormente en una familia había un carro para toda la familia, ahora si hay cuatro integrantes cada quien quiere su carro. Por eso hay más tráfico. Hay que compartir el auto para evitar esto”.

Aumentan traslados


Tras un sondeo con 200 usuarios del transporte público y automovilistas se arrojan las siguientes estadísticas, que representan el tiempo que tardan en viajar a sus destinos hacia el Centro de Guadalajara, en promedio. En todos los casos hay un aumento en los traslados.

Eje Hace un año Hoy Incremento Porcentaje





Vehículo particular



Federalismo-Ávila Camacho 25.8 minutos 56.6 minutos 30.8 minutos 119.30%
16 de Septiembre-Juárez 21.8 minutos 37 minutos 15.28 minutos 69.70%
González Gallo-Calzada Independencia 60.8 minutos 83.6 minutos 22.8 minutos 37.50%
B. Domínguez-Revolución 29.5 minutos 39.2 minutos 9.7 minutos 32.8 %





Transporte público



Federalismo-Ávila Camacho 22.8 minutos 48.4 minutos 25.6 minutos 112.20%
16 de Septiembre-Juárez 33.2 minutos 50.4 minutos 17 minutos 51.80%
González Gallo-Calzada Independencia 87.2 minutos 118 minutos 30.8 minutos 35.30%
B. Domínguez-Revolución 37.4 minutos 48.4 minutos 11 minutos 29.40%






ORIENTE Y CENTRO TAPATÍO, DIVIDIDOS POR LAS OBRAS

No hay peor padecer que subir a dos camiones en los que pasarás la mitad del día lidiando con el calor, el esmog, los olores incómodos de trabajadores… incluso el temor latente de ser asaltado. Patricia Mayoral teme a su recorrido diario desde la Colonia Santa Paula, en Tonalá, hacia el Centro de Guadalajara.

Y no es el tema de seguridad el que más le preocupa, sino las casi dos horas que hace por los desvíos de ruta que hay a consecuencia de las obras de la Línea 3 del Tren Eléctrico.

Ha modificado sus hábitos: hoy se duerme una hora antes para reponer ese tiempo y levantarse más temprano. Su sacrificio está en las series de televisión que acostumbraba a ver cada noche. “Prefiero dormir más. Luego una anda toda zombi y ni pone atención a nada”.

Viaja hacia el Centro porque trabaja en una plaza de artículos electrónicos. Y, como ella, miles de habitantes del Oriente de la zona metropolitana que a diario deben desplazarse hacia el primer cuadro han visto entorpecida su agenda por las obras.

Anaid Martínez, por ejemplo, afirma que hace 30 minutos desde el barrio de San Andrés hasta el Centro de Guadalajara. Media hora a bordo de la Ruta 612: los hacía antes de que comenzaran los trabajos y hace lo mismo ahora. ¿Su secreto? Levantarse más temprano.

“Ya sé que desde las siete está difícil que te den la parada. Entonces, te pones tres despertadores para que no tengas pretexto de que: ‘¡Ay, es que no sonó!’”.

Usuarios del transporte público y automovilistas por igual. Los cierres de vialidades no perdonan. Juan Oceda, por ejemplo, golpea con insistencia el volante del auto que conduce, al tiempo que vocifera y mueve la cabeza de un lado a otro. Está evidentemente molesto porque ha demorado más de lo debido. No llegará a tiempo a su destino. “Ya sabía que no tenía que agarrar (la Avenida) Javier Mina a esta hora”, dice, aunque reconoce que conduce en un día particularmente saturado. “Diario me meto por las callecitas, pero ya van dos veces que me salgo porque están peor”.

Dos choques por alcance, narra, se llevaron su bono de puntualidad. Y, como muchos, se había levantado temprano ese lunes; incluso pensaba que llegaría con tiempo de sobra para desayunar.

CARRETERA A CHAPALA-GONZÁLEZ GALLO

Embotellamientos continuos

Los “cuellos de botella” son frecuentes en Adolf Horn, Carretera a Chapala, El Álamo, Lázaro Cárdenas y González Gallo.

“Las obras han afectado porque los camiones ahora tienen mayores obstáculos en las calles, además no existe señalización, cada quien se mete por donde puede y quiere. Ahora me tardo como 40 minutos o más en llegar a mi trabajo”, afirma Marco Macías, quien toma el transporte en la Colonia Santa Cruz del Valle hacia el Centro de Guadalajara.

Manuel Grave es automovilista, y vive en el fraccionamiento Real del Valle. A diario tiene que sortear las dificultades para salir de su coto y llegar a Adolf Horn para luego emprender un estoico recorrido. “Jamás pensé que comprar casa en esta zona me acarrearía tantos problemas en cuanto a la pérdida de tiempo, paciencia y hasta la salud, porque vivo haciendo corajes y estresado. Al salir de mi coto me topo con una enorme fila de autos en la Adolf Horn, todo mundo sale como puede, nadie respeta, nadie te da el paso… tras perder hasta 25 minutos en ese embotellamiento, logro salir a Periférico, pero el segundo atorón es en el trébol de Carretera a Chapala, ya que tengo que encaminarme rumbo al Álamo.

El siguiente 'cuello de botella' se da en González Gallo y Parras, allí tardó de 10 a 15 minutos en cruzar, y luego vienen otros puntos en los cruces con Salvador López Chávez, Héroes Ferrocarriles, R. Michel, Calzada Independencia hasta llegar a Niños Héroes por donde tengo mi negocio”, dice Manuel, quien afirma que las obras de la Línea 3 han desquiciado todas  las vialidades en la zona metropolitana.

LA VOZ DE LOS EXPERTOS

Falta estudiar rutas alternas

Guillermo Sandoval Madrigal
(académico de la UdeG).

Los tiempos de traslados han aumentado en la zona metropolitana porque existe una saturación de obras en las calles, parece que al Gobierno no le interesa el peatón, porque con las obras se afecta a los comerciantes, peatones, automovilistas, transportistas… a todos. Hace un lustro se circulaba a 24 kilómetros por hora; hoy escasamente se llega a 15.

La realización de obras se hace por factores  políticos y no técnicos, y no se ponen de acuerdo entre los ayuntamientos.

Otro problema es que no estudian las vías alternas, las cuales no funcionan porque son calles que no fueron calculadas para circular con esa intensidad.

Se necesita mapeo de origen y destino, y que las obras se hagan de una forma integral y planeada, además de ponerse de acuerdo entre los ayuntamientos para que la zona sea conurbada y que la calidad del transporte público sea buena.

Aracely Gutiérrez Cerda (académica de la Universidad Panamericana).

Se debe informar a la gente que no solamente en el coche tienen posibilidades de ir al Centro Histórico, existen lugares donde  se pueden dejar los autos y tomar el Tren Ligero o Macrobús… la bicicleta.

El transporte combinado es la mejor solución para los problemas de movilidad. Es imposible por la cantidad de población que tiene Guadalajara que se dé abasto con el automóvil.

Para eficientar los tiempos de traslados tenemos que tener apertura a diferentes tipos de transporte, combinarlos. Pero falta mucho en cuestión de integración.

La solución es tener un sistema de transporte intermodal, las personas debemos estar abiertas a usar todo tipo de transportes, caminar, usar bicicleta, dejar el automóvil en zonas apartadas y tomar esas vías para llegar al Centro y a todas las zonas en donde queramos transportarnos.

Pierden “vueltas” por congestionamientos

Ricardo Sánchez y Gabriel González son dos operadores de las rutas 644B y 176A, respectivamente, que se han visto afectados económicamente por las obras de la Línea 3 del Tren Ligero, ya que además de perder tiempo han visto mermada su economía, al tener que salir de sus rutas por los embotellamientos y perder “vueltas”.

Ricardo es chofer desde hace cuatro años. Antes se dedicaba a la obra y dice vivir estresado por los constantes embotellamientos, principalmente en Ramón Corona, La Paz, Revolución, Calzada Independencia y Revolución.

“Antes del inicio de las obras recorría mi ruta 644B en 50 minutos (una vuelta), era el tiempo establecido, pero ahora lo hago en una hora y 10 minutos. Nos abrieron el tiempo de recorrido, pero a veces  llegamos a perder vueltas por el exceso de tráfico”.

Explica que pierde de una o dos “vueltas” por semana, que en dinero son 500 pesos que deja de ganar su patrón y 80 pesos él.

Gabriel González añade: “Sí nos han afectado las obras, entre 30 y 40 minutos por ‘vuelta’, antes el recorrido era de una hora 20 minutos y ahora hago una hora 50… o más, por las obras de la Línea 3 del Tren Ligero”.

Los cruces más conflictivos en la ciudad para Gabriel son en Corona y La Paz, Calzada Independencia, González Gallo y Héroes Ferrocarrileros, González Gallo y Avenida del Ejército, González Gallo y Carretera a Chapala.

BURÓCRATAS TARDAN EL DOBLE EN TRASLADARSE

Tren Ligero y Macrobús, las mejores opciones

Los únicos que no se han visto afectados por una pérdida mayor de tiempo en transportarse son los usuarios del Macrobús y del Tren Ligero, transportes que se recomienda usar.

Rosendo Muñoz trabaja en la UdeG y todos los días toma el Macrobús, durante 17 minutos, para llegar desde la Colonia 8 de Julio a sus oficinas en Escorza y Juárez. Mientras que a Maritza Martínez también le toma 20 minutos llegar desde la colonia Constitución al Centro histórico, por el Tren Ligero.

Pero los conductores y usuarios del transporte masivo no han sido los únicos que deben lidiar con los efectos secundarios de las obras de movilidad. Los peatones también padecen las consecuencias. Es el caso de Roberto Tapia Flores, quien vive en la calle Mexicaltzingo y camina todos los días 10 minutos para llegar al Congreso de Jalisco.

El problema es que tiene que sortear todo tipo de obstáculos que invaden las banquetas, como señalamientos, barreras, material de construcción, máquinas y hasta automóviles. Ahora siente miedo de caminar por el primer cuadro de la ciudad, pues percibe que hay más proclividad a sufrir un accidente: “Debido a las obras y al tráfico los automovilistas se sienten más estresados, desesperados y apurados, es común ver cómo no respetan los semáforos en rojo ni las reglas de la vialidad”.

Los funcionarios y servidores públicos que trabajan en el Congreso se han visto afectados por la intervención de vialidades. Algunos llegan hasta una hora tarde a la oficina, como Antonio Flores, quien se queja del tiempo perdido en los traslados, pues si antes le tomaba 25 minutos llegar al recinto legislativo, desde la Colonia Santa Margarita, en Zapopan, hoy hace más de una hora.

Un sondeo realizado a 50 trabajadores, entre usuarios del transporte público y automovilistas, revela que entre los más afectados se encuentran los funcionarios que se trasladan en vehículo particular: hace un año les tomaba, en promedio, 25 minutos en trasladarse desde su origen a su destino, pero hoy tardan hasta 57 minutos, 32 minutos más que antes de que comenzaran a avanzar los trabajos de construcción de la Línea 3 del Tren Ligero.
 
No faltan los casos de servidores públicos como Mariana Cruz y Hugo Medina, que se ven obligados a utilizar hasta dos o más medios de transporte.  A Mariana le lleva poco más de 30 minutos salir de la Colonia San Rafael, en Guadalajara, para llegar a su oficina en la calle Independencia. Su auto lo aparca en una de las estaciones del Tren Ligero para retomar después su trayecto en este medio de transporte.

El problema es que ya sufrió un percance por la sobresaturación del Tren Ligero: “Me golpeó una mujer por quererse subir, cuando ya no cabía, pero nadie le dijo nada, un policía vio el golpe y no hizo nada, me dijeron que como el servicio está saturado es común que la gente se golpeé”. Lo único que pudo hacer fue ingresar una queja en el Sistema de Transporte Eléctrico (Siteur), pero después del dolor y los moretones en la cara, sólo recibió como respuesta una disculpa. Con el afán de evitar una fatalidad mayor pide a la autoridad que controlen el ingreso de los usuarios del Tren.

Alan Lupercio vive en Chapalita, por la mañana no tiene problema pues pasan a recogerlo a su casa en automóvil y le toma 30 minutos llegar a su oficina; sin embargo, el regreso le quita hasta dos horas en transporte público. Además de los automovilistas, los usuarios del transporte también han visto aumentar el tiempo que invierten en llegar al trabajo. Los funcionarios del Legislativo tardan, en promedio, 23 minutos más en llegar a su lugar de trabajo.

Dos horas y media… ¡para llegar a trabajar!

Maritza Salas vive en la Colonia Santa Fe en Tlajomulco. De lunes a viernes debe trasladarse por tres municipios diferentes para llegar al Centro Histórico de Guadalajara, ya que trabaja en uno de los juzgados y desde que iniciaron las obras de construcción de la Línea 3 del Tren Ligero vive un calvario extra, ya que tarda 40 minutos más en llegar a su destino.

La empleada toma la Ruta 171 en bulevar Santa Fe a las 6:30 de la mañana y afirma que el primer congestionamiento vial se da en Avenida Concepción, después al tomar la antigua Carretera a Chapala también se entorpece el tráfico.

“Es estresante tomar a diario el camión, son más de dos horas (desde que sale de su casa) lo que hago en trasladarme, y en promedio desde que empezaron las obras del Tren Ligero tardo por lo menos 40 minutos más”.

El tramo de Carretera a Chapala es otro punto en donde se satura en las mañanas y provoca congestionamiento vial. Maritza dice que con cualquier choque o alcance todo se vuelve más lento, y en González Gallo el tráfico empeora.

“En la zona del Álamo es caótico lo que se vive a diario, para pasar un semáforo tardamos de 15 a 20 minutos porque no hay agentes viales. ¿Dónde se meterán?”, cuestiona Maritza, mientras  aprieta el paso por la calle Pedro Moreno para llegar a tiempo a su trabajo.

TELÓN DE FONDO

Alta concentración

El estudio “Expansión urbana. Análisis y prospectiva 1970-2045” revela que el promedio de densidad de la población flotante en Guadalajara es el triple comparado con los demás municipios metropolitanos.

Lo anterior significa que existe una población flotante de un millón 120 mil 434 personas que todos los días provienen de otros municipios, con el objetivo de trabajar, principalmente, y estudiar.

El estudio concluye sobre la alta concentración de servicios que tiene la metrópoli, y también alerta sobre las capacidades que pierde un municipio como el tapatío, que no ve retribuidos los servicios que presta con la captación de recursos.

Guadalajara tiene una población casi idéntica entre la población flotante y la población residente. ¿Cuál es el problema? Que sólo los residentes pagan el predial, el principal ingreso de un Ayuntamiento para proveerse de recursos que paguen servicios como seguridad, pavimentación, alumbrado y recolección de basura.

Otra de las repercusiones es la movilidad intraurbana. Guadalajara es el origen del 32% de la totalidad de viajes que se desarrollan en el área metropolitana, contra el 72% de los viajes donde la Perla Tapatía es el destino.

“La respuesta a la demanda de transporte ha sido un aumento acelerado en el parque vehicular, favorecido por la inversión en infraestructura vial para transporte motorizado. Han incrementado notablemente los automóviles privados”, subraya el diagnóstico.

Eso arroja a Jalisco como una de las entidades con la tasa de motorización más alta en el país, pues los datos publicados por el Gobierno del Estado en otros documentos han permitido calcular que existe un automóvil por cada dos habitantes.

El estudio del Imeplan también revela el crecimiento de la mancha urbana, y permite apreciar dos fenómenos cuando se ponen a contraluz dos mapas: la densidad de población y las áreas de trabajo. Por la mañana, la población se concentra en el Centro de Guadalajara y hasta la Zona de La Minerva. Y por las noches, los núcleos habitacionales son más dispersos y se ubican en zonas residenciales de Zapopan y las colonias populares de Tlaquepaque, Tonalá, Zapopan y Tlajomulco.

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