Jalisco
Barranca Museo, detonante para la renovación urbana en la Zona Norte
Con una inversión de 35 millones de dólares, el complejo potenciará el desarrollo en ese sector de la metrópoli
El arquitecto explica que “el museo facilitará la renovación urbana de dicho sector del municipio, un área que tiene un potencial de desarrollo y aprovechamiento urbano enriquecedor para la ciudad”.
El museo, que estará ubicado en el Parque Mirador Dr. Alt, a la orilla de la Barranca de Huentitán, tiene como misión ser considerado uno de los mayores logros arquitectónicos del siglo XXI, gracias a la propuesta del despacho arquitectos suizos, integrado por Jacques Herzog y Pierre de Meuron.
El edificio, basado en un modelo amigable con el medio ambiente, requiere de una inversión de 35 millones de dólares, que serán aportados por el Gobierno del Estado. En total serán seis hectáreas de terrenos, 10 mil metros cuadrados de construcción, de los cuales sólo cuatro mil metros estarán dedicados a las exposiciones.
Barranca Museo de Arte Moderno y Contemporáneo tiene su origen en la propuesta del Museo Guggenheim (en 2003), la cual fue destacada por no ser viable y costosa.
Con la participación del Ayuntamiento tapatío, el Gobierno de Jalisco y la Asociación Civil Guadalajara Capital Cultural se firmó el cambio de nombre del fideicomiso, que es un “evento cumbre, es la conclusión de un esfuerzo de siete años, que comenzaron con el Guggenheim. Estamos muy contentos porque es un esfuerzo muy importante”, expresa Fernando Fernández.
La última revisión de la firma Herzog & De Meuron considera la suma de varias galerías individuales, en contraste con una estructura única, las cuales estarán engarzadas entre sí, lo que dará flexibilidad para generar nuevas condiciones para cada exposición.
El estudio de arquitectos obtuvo el Premio Pritzker de Arquitectura 2001, considerado “el Nobel de la Arquitectura”. Entre los diseños destacan el Estadio Nacional de Beijing, principal escenario de los Juegos Olímpicos de 2008.
Crónica
Cerca de las expresiones humanas
Julieta procura ir al Parque Mirador Dr. Atl, por lo menos una vez al mes, a respirar aire puro y relajarse. Dice que, por su edad, busca espacios tranquilos donde pueda descansar. Y encontró al final de la Calzada Independencia este espacio natural, en la orilla de la Barranca de Huentitán.
Relata que hace cinco años fue la última vez que visitó un museo, pero cree que ahora que se construya el Museo Barranca en dicho parque, hará una visita obligatoria cada vez que visite la Barranca, pues “siempre es bonito admirar el arte. Creo que se verá muy bello aquí en el parque y las personas que vengan se sorprenderán de la vista natural”.
Guadalupe y Alberto, vecinos de la Colonia Huentitán El Bajo, como cada domingo llevan a su hijo Jonatán (de seis años) al parque para que juegue con su pelota. Para ellos el museo en el parque les parece que traerá grandes beneficios a sus vecinos, pues además de que la afluencia turística podría aumentar, también la presencia de visitantes de la metrópoli dejaría ganancias económicas a los negocios de comida y bebidas.
Los vecinos piensan que al construirse un centro cultural de vanguardia, las vías de acceso tendrán que mejorar, por lo que ven otro punto a su favor la posible repavimentación de la Calzada Independencia, por lo menos desde al tramo del Periférico Norte hasta que se termina la arteria al topar con el Parque Mirador y el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño de la UdeG.
Próximamente, las familias no sólo tendrán un lugar para la recreación sino un complejo en el que además de contemplar el bello escenario que forma la naturaleza, también podrán admirar las colecciones de diferentes expresiones artísticas que albergará el Museo Barranca.
Carmen vive en la colonia Hermosa Provincia. Tardó 40 minutos en llegar al parque después de tomar el camión de la ruta 37 y el Macrobús en dirección al Periférico Norte. Ella y su esposo, junto con sus tres hijas, llegaron al parque para pasar el último día de las vacaciones.
Para Carlos, el hecho de que el parque cuente con un museo le parece atractivo para que sus hijas “desde ahora se vayan cultivando. A veces hace falta conocer más sobre pintores, fotógrafos o escultores, porque ellos nos transmiten un mensaje que por falta de conocimiento o por no estar acostumbrados a ir a los museos, luego no entendemos qué es lo que nos quieren decir”.
A pesar de que es un día asoleado y se suda para llegar, una vez que se está en el parque la primera misión es encontrar un árbol que dé buena sombra para sentarse y descansar. Después de “recargar pilas”, una actividad obligada es pararse en varios de los miradores que hay, a diferentes niveles de altura, para admirar el vacío de la barranca, ver la impactante elevación de las montañas, la claridad del cielo y el incandescente Sol.
Los centros culturales y sus impactos positivos
Opinión de académico
El impacto de un centro cultural, como lo es un museo, debe ser en un sentido comunitario, apunta Alfonso Hernández, coordinador de la licenciatura en Gestión Cultural del ITESO. Señala que un museo debe ser considerado como una oportunidad para las necesidades culturales de la zona en la que se instala. Por ello es importante que los habitantes se apropien de él y lo tomen como parte de su desarrollo cultural, tanto personal como comunitario.
Al hacer referencia a cualquier expresión artística, el académico explica que los seres humanos buscan expresar a través de símbolos los temas que creen que son importantes para ellos, como la muerte, el dolor, el sufrimiento o la fiesta. “Allí es donde se ventilan los asuntos humanos a la vista del espectador, los que hacen pensar y sentir”.
Analiza que las obras que se exponen en un museo también cuentan historias, como lo pueden hacer los libros o las películas, y que las creaciones del arte pueden transformar de diferentes maneras la vida de las personas, desde impulsarlas a repensar sus relaciones humanas hasta aprender más sobre el arte y la cultura.
Alfonso Hernández concluye que es importante que niños, jóvenes y adultos acudan a los museos que hay en la ciudad, sobre todo a los que están cerca de donde viven.
Herzog y De Meuron en Guadalajara
Ana Guerrerosantos
El futuro Museo Barranca, diseñado por el despacho suizo de arquitectos Herzog y De Meuron (HdM), está cuidadosamente pensado y diseñado para Guadalajara. Los titulares de dicho bufete, Jacques Herzog y Pierre de Meuron, cuentan con una valiosa experiencia en materia museística. Más de una decena de éstos han sido proyectados por ellos en ciudades entre las que están Londres, Madrid, Munich, San Francisco y Nueva York, sin reparar en otros aparatosos diseños de su autoría, como lo es el Estadio Nacional de Pekín o la Plaza de España en Tenerife, o bien, tan íntimos como la escenografía para la ópera Tristán e Isolda presentada en Berlín, 2006.
Es en 1989 cuando HdM entra al escenario mundial de la arquitectura al realizar las cajas de control computacional para los sistemas ferroviarios de su natal Basilea, Suiza, tratándose de estructuras en cobre que combinaron la estética con la funcionalidad. A partir de entonces, su constante uso de materiales innovadores para recubrir con ingeniosas pieles sus proyectos, articulando la belleza con la utilidad en ellos, los colocó en la cima del diseño arquitectónico.
Por ello, además de casas y edificios habitación, en su haber están bibliotecas, centros culturales y educacionales, laboratorios, complejos oficinistas y deportivos, estadios, planes urbanos y, por supuesto, una considerable lista de museos.
Hoy, con una oficina ubicada en Basilea, compuesta por alrededor de 200 colaboradores, Guadalajara afronta la posibilidad de contar con una rúbrica de estos afamados arquitectos. Es el Museo Barranca que parte del entendimiento de su sitio, en el límite de la Calzada y al borde de la ciudad, y se planta respetuosamente en el Parque Mirador Independencia haciendo uso racional de la superficie construida y levantándose del terreno para no interrumpir la panorámica del paisaje natural. Así, como un árbol brinda su sombra, este esquema ordena sus espacios de manera radial, por lo que visto desde arriba, se puede asociar con una remembranza de ciertas formas circulares mexicanas, como el Calendario Azteca o la Isla de Mexcaltitán en Nayarit. Y con este contorno, su sencillo programa arquitectónico parte de un lobby que da acceso y salida a todas las salas museográficas del recinto, simplificando su recorrido, mientras que sus orientaciones y vistas permiten en todo momento ver hacia la Barranca.
Formas geométricas
El proyecto de HdM puede ser traducido entonces como un esquema de formas geométricas, que si bien dan la apariencia de ser rigurosas, su resultado se acerca más a la naturalidad de la sombra proyectada por un árbol.
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