Jalisco

Bancos y telefónicas, los grandes sustentos de Correos de México

Un total de 87 mil cartas o paquetes se envían en Jalisco diariamente; la mayoría se originan desde las empresas

GUADALAJARA, JALISCO (06/DIC/2014).- Los estantes en el Correo Mayor de Guadalajara del Servicio Postal Mexicano (Sepomex) están llenos de sobres con papeles atiborrados de números y estados de cuenta. Las cartas hechas con puño y letra dejaron de llegar. Ahora casi la totalidad proceden de instituciones bancarias y compañías de servicio, reconoce la administradora Alma Gómez Rodríguez.

Las personas privadas o “corporativas” son las que acaparan los servicios que ofrece Correos de México, al contrario de las cartas personales o sentimentales que escasean en los registros.  

“Tenemos grandes cargas de trabajo porque nos depositan nuestros clientes grandes corporativos, como Banamex y Telmex”, dice Gómez Rodríguez, quien agrega que jurídicamente las entidades privadas están obligadas a enviar los estados de cuenta originales.

En Jalisco se enviaron 87 mil cartas o sobres diariamente en 2013, de acuerdo con los datos más recientes de Sepomex. Aunque los envíos “sociales” quedaron relegados por la tecnología, refiere la administradora, “correos se ha mudado a un mundo corporativo”.

A nivel nacional, la cifra se dispara a dos millones 466 mil envíos diarios según los datos de 2012, ya que aún no se completan los de 2013.

A los envíos “corporativos” se les suma la correspondencia registrada que requiere de firma del destinatario al ser recibida. Regularmente estos envíos se originan en instancias gubernamentales, como el Supremo Tribunal de Justicia del Estado.

La vigencia del Sepomex para las compañías privadas y el incremento en la cantidad de envíos se debe a la infraestructura con la que se cuenta en todo el país, con un alcance hasta los rincones más alejados, a diferencia de las paqueterías privadas: “No nos han relegado, pero el correo sigue… tan así que ahora tenemos bastante trabajo”.

CARENCIAS EN OFICINAS DE JALISCO

Padecen por falta de equipo

Uno de los carteros que laboran en la oficina de Poncitlán tuvo que llevar su propia computadora para cumplir con las exigencias del rastreo de cartas y paquetes por internet. Desde hace siete meses, explica Ángel, cartero con 25 años de experiencia en el municipio, les prometieron equipo de cómputo, pero aún no llega.

“A veces se junta el trabajo y no nos damos abasto. Falta espacio también para el equipo de cómputo en la oficina, es muy reducida. La mayoría de las personas que espera correspondencia nos pide número de guía y en la computadora la rastreamos”.

En todos los aspectos se requiere apoyo, confirma la administradora del Correo Mayor, Alma Gómez Rodríguez, refiriéndose a las carencias en las 171 oficinas del Servicio Postal Mexicano en Jalisco, sobre todo a las que están más alejadas. “Se requiere apoyo presupuestal. Con eso se pueden hacer muchas cosas, es la base para el personal, inmobiliario, utensilios y lo que se requiere. Nos faltan muchas cosas y no nos dan el apoyo necesario”.

Las carencias se agudizan en el equipo de cómputo, con el cual hacen el rastreo en línea de los envíos.

AYUNTAMIENTOS

Usan correo para cobros y promoción


Recibos de predial, cobros y hasta invitaciones a Informes de Gobierno siguen enviándose por correo de parte de los ayuntamientos, que pagan al Servicio Postal Mexicano.

El Gobierno de Guadalajara, por ejemplo, gasta la mayor parte de los 836 mil pesos asignados para Correos de México en envío de los recibos del predial; otros cuatro mil pesos corresponden a invitaciones por los Informes de Gobierno del alcalde Ramiro Hernández, según reporta la Dirección de Ingresos.

En el Ayuntamiento de Zapopan los gastos se concentran en invitaciones por Informes de Gobierno: destaca el gasto para el II Informe del ex alcalde Héctor Vielma: 39 mil 089 pesos; además de otros 25 mil en “guías de regalos e invitaciones”. Mientras que Héctor Robles sólo gastó alrededor de cuatro mil.

Desde el Ayuntamiento de Tlaquepaque destaca un paquete de la Coordinación de Desarrollo Social enviado a Francia, aunque no se aclara el fin del envío. O desde la Dirección de Relaciones Públicas se han gastado 13 mil 299 gastos en cartas, obsequios, invitaciones y felicitaciones.

DIGITALIZACIÓN JUDICIAL, AÚN LEJANA

Sobres con documentos de mil páginas o más se envían desde el Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco a diario con destinos a otros municipios o estados. Esto frena la posibilidad de acelerar la digitalización o el envío electrónico de los documentos, explica el oficial mayor Jorge Ávila.

Señala que, al término del proceso de modernización del envío de documentos, al iniciar el próximo año, se podrían tener nuevas formas comunicación con juzgados de Jalisco y otros estados, cuando se contemple una nueva forma de validar las firmas, por ejemplo, que está entre los principales problemas para modernizar los sistemas.

“Necesitamos adecuar las leyes de los estados que participarán para las firmas electrónicas; sin firma no tendrá validez. Se requiere de un trabajo ambicioso y fuerte para intercambiar información con los que tienen experiencia en esta evolución”.

La administración del Correo Mayor confirma que el Poder Judicial es el cliente gubernamental de mayor importancia, asegura la titular Alma Gómez Rodríguez.

También instancias como la Junta de Conciliación y Arbitraje, Secretaría de Administración, Planeación y Finanzas y la Secretaría de Movilidad hacen notificaciones a ciudadanos y otras dependencias mediante Correos de México.

La Secretaría General de Acuerdos del Supremo Tribunal de Justicia es la encargada de hacer los envíos de toda la correspondencia y desde ahí se remite a otro juzgado. La única forma de hacerlo es a través de Correos de México, explica el titular de la instancia, Juan Carlos Rodríguez.

El secretario confirma que existe el contacto con una empresa que ofrece el envío de exhortos entre tribunales por medios electrónicos, tal como lo hacen los tribunales del Estado de México con los del Distrito Federal.

En 2014, el Tribunal ha gastado 146 mil pesos en envíos postales, la mayor parte con una empresa privada de paquetería.

En busca de la carta escrita a mano

“¡Mira! Ahí va un cartero. Pensé que ya no existían”, indicó una señora señalando a José Miguel Arreola, el encargado de llevar la correspondencia en la Colonia Mezquitán Country. Heredó la pasión de su tío, quien le recomendó ingresar a laborar hace seis años a Correos de México.

Su familiar duró 30 años dedicándose a ser el contacto entre dos seres queridos, lejanos, que sólo encontraban la unión mediante el cartero. Esta característica del oficio enamoró a José Miguel, quien tiene seis años montándose a la bicicleta para entregar los paquetes: “Al principio lo tomé como broma, entré porque me convenció la idea de que fuera empleado de Gobierno”.

Al subir a su bicicleta y cargar su correspondencia deja los problemas atrás y sólo se concentra en cumplir con su trabajo:

“La gente piensa que esto se está acabando, pero sigue. Ojalá no se les olvidé a la gente que existimos.  Hay gente que te ve muy bien, hay señoras que a diario me preguntan si llegó carta de su hijo, y cuando llegan sueltan una sonrisa. Por medio de mí se ponen felices y es una satisfacción bien fregona”.

A pesar de que las cartas personales hayan decrecido en cantidad, José Miguel vaticina que no se dejarán de enviar. Y lo compara con los periódicos o los libros, los cuales se previeron que desaparecerían con las modalidades electrónicas y siguen ahí.

El repartidor de recuerdos no sólo prefiere las cartas a los correos electrónicos, también aprecia más la lectura de un libro o periódico… dar vuelta a la hoja. Se declara un enemigo de la tecnología.

Mientras tanto, sigue nutriendo sus ilusiones de las alegrías de los demás, como de las señoras con quienes llega y que, en ocasiones, ven en el cartero a un confidente de sus problemas: “Se siente bien que te platiquen su vida y las veas hasta llorar y no sabes qué decirle”.

Entre los sobres de estado de cuenta siempre tiene “un granito”, como le llama él, de correspondencia personal. Una carta escrita a puño y letra.

FRASES


"La gente piensa que este oficio se está acabando, pero sigue vivo. Ojalá no se le olvidé a la gente que existimos".

José Miguel Arreola, cartero.

"La gente ya no está acostumbrada a tener las ganas, la paciencia o, incluso, para dedicarse a invertir unos cuantos pesos para mandar una carta, pero no creo que desaparezcan".

María José Delgadillo.

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