Jalisco
Baja contaminación por ozono
Las partículas suspendidas se convierten en el contaminante líder, según las mediciones en la Zona Metropolitana
GUADALAJARA, JALISCO (17/DIC/2012).- De 2009 a 2011, el dolor de cabeza para las autoridades medioambientales en cuanto a la medición de la calidad del aire eran las grandes concentraciones de ozono, un contaminante provocado por los miles de autos que abarrotan la metrópoli. Pero este año la tendencia ha cambiado, y ahora son las partículas suspendidas las que generan mayor contaminación.
En noviembre de 2011, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semades) decidió modificar su criterio para declarar contingencias ambientales, con el fin de evitar un operativo de alerta en toda la metrópoli cuando el riesgo se encuentra en una sola de las nueve estaciones.
Sin embargo, este cambio no es el origen del éxito en la baja de la concentración de ozono en el aire, asegura la directora de Planeación Ambiental de la Semades del Estado, Mónica Reyes Garrido, sino la obligación de la regulación en cuanto al control de emisiones vehiculares, la mayor cantidad de los talleres acreditados para verificar y que la estrategia de promoción al chequeo periódico del auto es aceptada por más tapatíos.
No obstante, en 2012 el número de autos que cuentan con el holograma de verificación vehicular se redujo en comparación con 2011: sólo 34% —930 mil unidades— del parque vehicular de Jalisco tiene la calcomanía, mientras que el año pasado la cifra llegó al millón 033 mil automotores.
Para el profesor investigador Arturo Curiel Ballesteros, del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Guadalajara (UdeG), no existe un motivo para justificar la disminución en las concentraciones de ozono en el ambiente, ya que la temperatura no baja, ni la cantidad de gases arrojados a la atmósfera.
El académico explica que el ozono es un contaminante segundario, producido por los autos y por algunas industrias, mientras que las partículas suspendidas (PM, por sus siglas en inglés) son una mezcla de sólidos y líquidos suspendidos en el aire, cuya forma, composición y tamaño pueden variar, pero, entre menor sea su tamaño, mayor es el daño que provocan en la salud. Según los indicadores de la Semades, en la ciudad la concentración es de PM10, es decir, las de mayor diámetro.
En lo que va del año no se ha decretado una sola contingencia atmosférica y la dependencia estatal sólo detectó cuatro episodios de “precontingencia”: el primero ocurrió a finales de abril, 96 horas después del incendio que se extendió por más de ocho mil hectáreas en el Bosque La Primavera; los restantes, en territorio municipal de El Salto.
En noviembre de 2011, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semades) decidió modificar su criterio para declarar contingencias ambientales, con el fin de evitar un operativo de alerta en toda la metrópoli cuando el riesgo se encuentra en una sola de las nueve estaciones.
Sin embargo, este cambio no es el origen del éxito en la baja de la concentración de ozono en el aire, asegura la directora de Planeación Ambiental de la Semades del Estado, Mónica Reyes Garrido, sino la obligación de la regulación en cuanto al control de emisiones vehiculares, la mayor cantidad de los talleres acreditados para verificar y que la estrategia de promoción al chequeo periódico del auto es aceptada por más tapatíos.
No obstante, en 2012 el número de autos que cuentan con el holograma de verificación vehicular se redujo en comparación con 2011: sólo 34% —930 mil unidades— del parque vehicular de Jalisco tiene la calcomanía, mientras que el año pasado la cifra llegó al millón 033 mil automotores.
Para el profesor investigador Arturo Curiel Ballesteros, del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Guadalajara (UdeG), no existe un motivo para justificar la disminución en las concentraciones de ozono en el ambiente, ya que la temperatura no baja, ni la cantidad de gases arrojados a la atmósfera.
El académico explica que el ozono es un contaminante segundario, producido por los autos y por algunas industrias, mientras que las partículas suspendidas (PM, por sus siglas en inglés) son una mezcla de sólidos y líquidos suspendidos en el aire, cuya forma, composición y tamaño pueden variar, pero, entre menor sea su tamaño, mayor es el daño que provocan en la salud. Según los indicadores de la Semades, en la ciudad la concentración es de PM10, es decir, las de mayor diámetro.
En lo que va del año no se ha decretado una sola contingencia atmosférica y la dependencia estatal sólo detectó cuatro episodios de “precontingencia”: el primero ocurrió a finales de abril, 96 horas después del incendio que se extendió por más de ocho mil hectáreas en el Bosque La Primavera; los restantes, en territorio municipal de El Salto.
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