Jalisco
Aumentan sentencia a dos homicidas
Marlon Meneses Valdez, y su hermanastro Luis Ernesto Caballero Oseguera fueron declarados culpables por el asesinato de Talía Adriana Padilla Gallegos, de 21 años que tenía cinco meses de embarazo
GUADALAJARA, JALISCO (18/ABR/2012).- La primera sentencia dictada a dos jóvenes por la muerte de una mujer embarazada fue apelada por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y les fue elevada a 29 años de cárcel y un pago por la reparación del daño y gastos funerarios, por la cantidad de 207 mil 166 pesos.
De acuerdo con lo informado por la Procuraduría estatal, a los señalados Marlon Meneses Valdez, y su hermanastro Luis Ernesto Caballero Oseguera, declarados culpables por el asesinato de Talía Adriana Padilla Gallegos, de 21 años, quien vivía en la Colonia Loma Dorada, en Tonalá, y que tenía cinco meses de embarazo, les fue aumentado el castigo penitenciario.
Se explicó que la joven fue reportada desaparecida por sus familiares el 28 de octubre de 2010, por lo que elementos de la agencia especial de desaparecidos de la PGJE realizaron las indagatorias y lograron establecer que en el caso estaba involucrado Meneses Valdez, quien era novio de la víctima.
Tras incurrir en contradicciones, él reconoció que la mató; narró que era pareja de Talía Adriana, con la que llevaba una relación de aproximadamente dos años, y desde entonces tenían problemas, principalmente por celos.
Confesó ante un agente del Ministerio Público que tenía dudas de la paternidad del bebé que esperaba la joven y le dio muerte, con la complicidad de su hermanastro, el 23 de octubre de 2010, en un predio conocido como El Mirador, ubicado en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, en donde la asfixiaron y le cortaron las venas con una botella.
Con los datos que aportaron los detenidos, el cadáver de la joven fue encontrado por las autoridades el 29 de octubre de ese año, en la parte alta de un cerro.
En la investigación se aseguró un automóvil Volkswagen Bora plata, con placas JAM-4987, que los detenidos sacaron de un taller mecánico en el que trabajaba Luis Ernesto y lo utilizaron para llevar a la mujer al lugar donde la victimaron.
Los hermanastros quedaron a disposición del Juzgado Décimo Tercero Penal, por el delito de homicidio calificado.
Al cometer el crimen, Meneses Valdez tenía 18 años, en tanto que Luis Ernesto Caballero Oseguera, también tenía la misma edad.
Luego de sujetarlos a un proceso penal, el juez los declaró culpables y los sentenció a 14 años de prisión, pues consideró que en este caso aplicaba la figura de la imputabilidad disminuida, contemplada en el Código Penal del Estado, para aquellos delincuentes con una edad de 18 años a 20 años, y a los que deberá reducirse hasta en un tercio la pena.
Sin embargo, la PGJE apeló, al mostrarse inconforme, y argumentó que en este caso no aplicaba la disminución de la pena, ya que si bien los dos homicidas tenían la edad señalada, el Código Penal establece como requisito que también deberá acreditarse una inmadurez mental en los delincuentes, pero debido a la saña con la que los criminales actuaron, no procedía dicho beneficio para ellos.
Al ser analizado el caso por los magistrados de la Primera Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, en una segunda instancia, concedieron la razón al Ministerio Público y aumentaron la pena a los homicidas, que ahora deberán cumplir con una pena de 29 años de prisión.
EL INFORMADOR / OMAR RUVALCABA
De acuerdo con lo informado por la Procuraduría estatal, a los señalados Marlon Meneses Valdez, y su hermanastro Luis Ernesto Caballero Oseguera, declarados culpables por el asesinato de Talía Adriana Padilla Gallegos, de 21 años, quien vivía en la Colonia Loma Dorada, en Tonalá, y que tenía cinco meses de embarazo, les fue aumentado el castigo penitenciario.
Se explicó que la joven fue reportada desaparecida por sus familiares el 28 de octubre de 2010, por lo que elementos de la agencia especial de desaparecidos de la PGJE realizaron las indagatorias y lograron establecer que en el caso estaba involucrado Meneses Valdez, quien era novio de la víctima.
Tras incurrir en contradicciones, él reconoció que la mató; narró que era pareja de Talía Adriana, con la que llevaba una relación de aproximadamente dos años, y desde entonces tenían problemas, principalmente por celos.
Confesó ante un agente del Ministerio Público que tenía dudas de la paternidad del bebé que esperaba la joven y le dio muerte, con la complicidad de su hermanastro, el 23 de octubre de 2010, en un predio conocido como El Mirador, ubicado en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, en donde la asfixiaron y le cortaron las venas con una botella.
Con los datos que aportaron los detenidos, el cadáver de la joven fue encontrado por las autoridades el 29 de octubre de ese año, en la parte alta de un cerro.
En la investigación se aseguró un automóvil Volkswagen Bora plata, con placas JAM-4987, que los detenidos sacaron de un taller mecánico en el que trabajaba Luis Ernesto y lo utilizaron para llevar a la mujer al lugar donde la victimaron.
Los hermanastros quedaron a disposición del Juzgado Décimo Tercero Penal, por el delito de homicidio calificado.
Al cometer el crimen, Meneses Valdez tenía 18 años, en tanto que Luis Ernesto Caballero Oseguera, también tenía la misma edad.
Luego de sujetarlos a un proceso penal, el juez los declaró culpables y los sentenció a 14 años de prisión, pues consideró que en este caso aplicaba la figura de la imputabilidad disminuida, contemplada en el Código Penal del Estado, para aquellos delincuentes con una edad de 18 años a 20 años, y a los que deberá reducirse hasta en un tercio la pena.
Sin embargo, la PGJE apeló, al mostrarse inconforme, y argumentó que en este caso no aplicaba la disminución de la pena, ya que si bien los dos homicidas tenían la edad señalada, el Código Penal establece como requisito que también deberá acreditarse una inmadurez mental en los delincuentes, pero debido a la saña con la que los criminales actuaron, no procedía dicho beneficio para ellos.
Al ser analizado el caso por los magistrados de la Primera Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, en una segunda instancia, concedieron la razón al Ministerio Público y aumentaron la pena a los homicidas, que ahora deberán cumplir con una pena de 29 años de prisión.
EL INFORMADOR / OMAR RUVALCABA
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