Jalisco

Atemajac del Valle, un pueblo en la ciudad

Unas 45 personas recorren Atemajac en honor a la urbanista Jane Butzner Jacobs, quien consideró que el autómóvil es ''lo que ha destruido nuestras ciudades''

GUADALAJARA , JALISCO (04/MAY/2013).- Aquí, en Atemajac del Valle, los vecinos se conocen por el nombre y no por el pecado. En esta zona de la ciudad las calles están adoquinadas y son tan pequeñas que los automóviles a veces van, a veces vienen, pero nunca van y vienen al mismo tiempo. Cuando uno recorre esta colonia, parecería que está en un pueblo, pues las casas tienen las puertas abiertas, los vecinos platican mientras barren la banqueta y los perros están echados, esperando que alguna mosca se les pare en el pelaje.

Y aquí, también es una ciudad que tiene sus rutas de camión, sus dispensarios médicos, su iglesia católica pero también la protestante, sus pandillas y sus problemas. Como en cualquier parte de la ciudad, también carece de espacios en los panteones y hay lugares donde la banqueta no se respeta. Pero eso lo hace único, pues Atemajac del Valle es un pueblo dentro de una gran ciudad.

Localizado al norte de la metrópoli y a una orilla de Zapopan, en este poblado los vecinos conocen a Sebastián Mata, un cronista del lugar que relata, por ejemplo, que el cementerio era propiedad de extranjeros, y que en él se sepultaba a las personas fusiladas en los años treinta. También dice que las fabricas de hilos y tejidos dieron empleo a 400 personas "casi todos los que vivíamos aquí, hace muchos años".

Recuerda que cerca de 1953, se inauguró la Avenida Ávila Camacho con una carrera de bicicletas y, antes de que entraran los autobuses en 1944 a la ciudad, lo que había era un tranvía que tenía una estación en este viejo barrio.

"Había mucho indígena por aquí, a los que le decían indios calabaceros. Entonces llegaban aquí al tranvía con sus pencotas, trepaban sus calabazas y se iban a venderlas al Mercado Corona".

Así es el barrio de Atemajac, un poblado que este sábado fue recorrido por unas 45 personas, en honor a la urbanista Jane Butzner Jacobs, quien en alguna ocasión dijo que "ha sido el automóvil y no la televisión o las drogas lo que ha destruido nuestras ciudades"; y quizá tenga razón, porque sólo a pie pudimos escuchar la historia de este pueblo embebido en la gran ciudad.

EL INFORMADOR / OMAR GARCÍA
Síguenos en

Temas

Sigue navegando