Jalisco
Ataque contra secretario, ''mensaje de desaliento''
Expertos piden una investigación rigurosa y evitar ''una respuesta inmediata a cualquier costo''
GUADALAJARA, JALISCO (11/MAR/2013).- El asesinato del secretario de Turismo, J. Jesús Gallegos Álvarez, conlleva un “mensaje de desaliento” que “mancha” a la administración estatal recién llegada, coinciden especialistas. La ciudadanía, subrayan, debe saber el porqué del crimen, por lo que el Gobierno jalisciense habrá de investigar de manera “rigurosa”.
“Esto podría causar un impacto negativo en la percepción pública, porque finalmente es un hecho de sangre que mancha a la administración”, reflexiona Arturo Villarreal Palos, doctor en Derecho e investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
Resalta que hay que poner atención en la actuación de los asesinos. “No nos parece un asesinato del narcotráfico, porque el modus operandi sabemos que no es ése, que actúan generalmente con armas de alto poder, con más vehículos”.
Para el ex agente del Ministerio Público, “lo más aconsejable para el Estado es hacer una investigación seria, rigurosa, lo más objetiva posible, y dar una respuesta pronto a la ciudadanía”. No obstante, dice, “tampoco se trata de obtener una respuesta inmediata a cualquier costo, para satisfacer a la opinión pública”.
Cuestionado respecto a la reacción del Gobierno estatal, al descartar a las dos horas del suceso que el móvil del crimen haya tenido relación con el cargo de la víctima en la función pública, indica: “Siendo muy ortodoxo, no podemos descartar ningún móvil. Supongo que el secretario de Gobierno (Arturo Zamora) hace un razonamiento de orden lógico: ‘Si este hombre tiene siete días de secretario, el asesinato se debe a un hecho anterior a su designación’“.
Sobre hechos similares en administraciones estatales pasadas, Villarreal Palos recuerda el caso de Roberto Larios Valencia, asesinado en octubre de 1988, cuando se desempeñaba como director del sistema penitenciario.
Propuesta “fracasó”
En el caso de Gallegos Álvarez “lo que hay que demandar es que nos digan qué negocios tenía el señor, que hayan sido tan graves como que le haya costado la vida”, opina por su cuenta el investigador de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Fernando Espinosa de los Monteros.
Cree que el suceso “es un mensaje de desaliento” sobre la seguridad de los ciudadanos. Acerca de la estrategia en materia de seguridad que debe emprender la administración estatal, opina: “El Gobierno de Jalisco ha propuesto un sistema que ha fracasado en todo el mundo: mandos únicos y policías de élite. El camino es otro: buscar hacer una policía profesional, proactiva, personas realmente profesionales en las cuestiones criminológicas, investigación, computación, etcétera”.
FRASES
"El asesinato de cualquier funcionario gubernamental es un hecho muy delicado para cualquier administración, con independencia de cuál haya sido el móvil "
Arturo Villarreal Palos, académico de la UdeG y ex agente del MP.
"Si se está peleando contra el crimen organizado con desorganización, es muy fácil para él tomar espacios que le corresponden a la sociedad "
Fernando Espinosa de los Monteros, académico de la UdeG.
“Esto podría causar un impacto negativo en la percepción pública, porque finalmente es un hecho de sangre que mancha a la administración”, reflexiona Arturo Villarreal Palos, doctor en Derecho e investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
Resalta que hay que poner atención en la actuación de los asesinos. “No nos parece un asesinato del narcotráfico, porque el modus operandi sabemos que no es ése, que actúan generalmente con armas de alto poder, con más vehículos”.
Para el ex agente del Ministerio Público, “lo más aconsejable para el Estado es hacer una investigación seria, rigurosa, lo más objetiva posible, y dar una respuesta pronto a la ciudadanía”. No obstante, dice, “tampoco se trata de obtener una respuesta inmediata a cualquier costo, para satisfacer a la opinión pública”.
Cuestionado respecto a la reacción del Gobierno estatal, al descartar a las dos horas del suceso que el móvil del crimen haya tenido relación con el cargo de la víctima en la función pública, indica: “Siendo muy ortodoxo, no podemos descartar ningún móvil. Supongo que el secretario de Gobierno (Arturo Zamora) hace un razonamiento de orden lógico: ‘Si este hombre tiene siete días de secretario, el asesinato se debe a un hecho anterior a su designación’“.
Sobre hechos similares en administraciones estatales pasadas, Villarreal Palos recuerda el caso de Roberto Larios Valencia, asesinado en octubre de 1988, cuando se desempeñaba como director del sistema penitenciario.
Propuesta “fracasó”
En el caso de Gallegos Álvarez “lo que hay que demandar es que nos digan qué negocios tenía el señor, que hayan sido tan graves como que le haya costado la vida”, opina por su cuenta el investigador de la División de Estudios Jurídicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Fernando Espinosa de los Monteros.
Cree que el suceso “es un mensaje de desaliento” sobre la seguridad de los ciudadanos. Acerca de la estrategia en materia de seguridad que debe emprender la administración estatal, opina: “El Gobierno de Jalisco ha propuesto un sistema que ha fracasado en todo el mundo: mandos únicos y policías de élite. El camino es otro: buscar hacer una policía profesional, proactiva, personas realmente profesionales en las cuestiones criminológicas, investigación, computación, etcétera”.
FRASES
"El asesinato de cualquier funcionario gubernamental es un hecho muy delicado para cualquier administración, con independencia de cuál haya sido el móvil "
Arturo Villarreal Palos, académico de la UdeG y ex agente del MP.
"Si se está peleando contra el crimen organizado con desorganización, es muy fácil para él tomar espacios que le corresponden a la sociedad "
Fernando Espinosa de los Monteros, académico de la UdeG.
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