Jalisco

Árbitro desacreditado

El diario El Universal publicó ayer una encuesta que revela que 44% de la ciudadanía confía en que el Instituto Federal Electoral (IFE) garantizará resultados confiables

La mayoría de los ciudadanos mexicanos, los que con sus impuestos sostienen un oneroso aparato electoral que en la cúspide ha entronizado a una burocracia de potentados, no tiene la más remota idea sobre cuántos son y mucho menos cuáles son los nombres, las trayectorias y los méritos (?) de los consejeros electorales que tendrán en sus manos la conducción de la crucial elección federal de 2012.

El diario El Universal publicó ayer una encuesta que revela que 44% de la ciudadanía confía en que el Instituto Federal Electoral (IFE) garantizará resultados confiables en los próximos presidenciales, y la mayor parte de los entrevistados conocen que el IFE es la instancia encargada de organizar los comicios federales en el país.

Pero la gente común, pese a que no sabe quiénes son los consejeros, sí comparte la percepción de que éstos pertenecen o sirven a los intereses de algún partido y sabe que las instituciones políticas están representadas en el IFE.

Es decir, tiene una noción básica de qué es y qué hace el instituto, pero alcanza a darle un valor al papel de los consejeros que deliberan, con base en la legislación electoral, para determinar en qué términos debe ser aplicada para garantizar comicios limpios, equitativos y justos, entre otras cosas.

Hay rubros del sondeo en que se aplica aquello de que cada quien habla de la feria según le va en ella. Así, por ejemplo, la población encuestada que contestó que las elecciones de 2012 no serán confiables tiene un componente de 51% de perredistas (o simpatizantes de esa fuerza política que en 2006 presentó como su abanderado presidencial a Andrés Manuel López Obrador), y ese porcentaje afirma que los comicios no son confiables por corrupción, por intereses de los partidos, o por la injerencia del Gobierno.

Pero, con todo y los avances que se han logrado en la depuración de los controles que hay sobre el padrón, los listados nominales, la credencial electoral y otros instrumentos que dan soporte a los comicios, sigue habiendo una porción importante de ciudadanos que creen que todos los involucrados hacen trampa y que habrá fraude, en ese orden de importancia, lo que habla de la desconfianza que existe entre la gente.

Es realmente una mala señal que en encuestas de opinión como la de El Universal siga apareciendo un segmento de la población que está predispuesta a la desconfianza, porque el IFE ha cumplido ya dos décadas de vida autónoma, porque se ha invertido un dineral en sostener un aparato burocrático que se supone capacitado y profesional, porque quienes son auténticos especialistas en materia de derecho electoral y de organización de comicios han sido desplazados por personeros de las burocracias partidistas, y porque a estas alturas (como en otros terrenos) todo lo que no sea avance es retroceso.

Durante 2009 se gastaron en México más de 20 mil millones de pesos en materia electoral y la tajada del león se la llevaron el IFE y los partidos. Ahora estamos ajustando un mes sin tres consejeros electorales porque los diputados no han tenido ganas de elegir a sus sustitutos y no ha pasado nada. Mal por el árbitro, porque aún no empieza el partido y ya le están silbando.
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