Jalisco
Anuncio de Aristóteles abre esperanza en Temacapulín
En Temacapulín no hay que preocuparse por robos o cualquier tipo inseguridad; la única intranquilidad llegó cuando anunciaron la Presa El Zapotillo, comenta vecina
Se le iba el sueño. Al saber María del Consuelo Carvajal, una adulta mayor oriunda del pueblo, sobre el plan de la Presa El Zapotillo y las consecuencias para su lugar de origen, dejó de dormir. Para ella fue como si le diagnosticaran una enfermedad de fase terminal. "Es como tener los días contados", compara al pensar que un día la desalojarían; pero los ánimos reviran y confían en la posibilidad de quedarse ahí. Si Aristóteles ya anunció y no ha tomado protesta, ya que sea gobernador con mayor razón va a apoyar, reflexiona.
Germán Aguayo Alvarado nació hace 73 años en Temacapulín. Ganas de que sea cierto lo que anunció el próximo gobernador no le faltan, el detalle está en que realmente cumpla. Su sentimiento se parte: implora el ánimo de creer en que no se va a inundar su pueblo, pero no deja de desconfiar de las autoridades. "Ojalá nos hagan el favor de dejarnos vivir aquí".
"No sea cobarde. No hay que tener miedo", le dice Emeteria Díaz, de 61 años, a su madre. Ella al principio se asustaba, pero la fórmula es no dejarse intimidar por los gobernantes, expresa. Muchos han muerto a causa de la presa, de la preocupación y la tristeza, asegura Emeteria. Unos de sus pendientes son sus familiares difuntos enterrados en el panteón, no se los puede imaginar hundidos en agua, en todo caso, que la entierren con ellos, dice.
"No nos vamos a salir, nadie. Aunque aquí nos muriésemos, aquí nos quedamos. Si nos llega el agua, aquí la esperamos. No hay que tener miedo".
De unas décadas atrás, Ana María García Guzmán recuerda su niñez en Temacapulín. Andaba por las calles y subía al cerro. "Libertad", es la palabra que desde entonces describe a su comunidad, comenta. "Con tranquilidad, paz y armonía. Todos nos conocemos, el pueblo aquí es como una gran familia que se tiende la mano el uno al otro".
En Temacapulín y sus 508 habitantes no hay que temer de un robo, desorden entre las calles, vandalismo o cualquier tipo de inseguridad. La única intranquilidad llegó en 2005, cuando anunciaron la Presa El Zapotillo, comenta Ana María.
EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA
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