Jalisco

Alrededor de 35 vehículos por día van al corralón: Vialidad

La falta más común por la cual son enviados al depósito es por estar estacionados en lugares prohibidos

GUADALAJARA, JALISCO (08/DIC/2012).- Todos los días, la Secretaría de Vialidad y Transporte (SVyT) envía al corralón un promedio de 35 automóviles por diferentes infracciones, entre las que destaca estar mal estacionado, informó Felipe Prado Trejo, director operativo de la dependencia.

“Entran muchos, varía dependiendo la circunstancia, pero un promedio podríamos decir que es de 35, aunque hay días en que llevamos cinco y otros días en que llevamos 50”, dijo en entrevista el funcionario.

Además, señaló que es el municipio de Guadalajara donde más se registra este tipo de problemas de autos mal estacionados. Pero no es la única infracción por la que un automóvil puede irse a un depósito. “Cuándo chocan y los conductores no se ponen de acuerdo, se van en automático al corralón, o también por atropellar personas o por causar daños al Estado”.

Prado Trejo puntualizó que la responsabilidad de pagar las grúas es del dueño del vehículo, cuando éste se entera de que fue remitido a un corralón. “Cuando el dueño no está en su vehículo, por mal estacionado, se tiene que ir al depósito y el dueño tiene que investigar a cuál de todos”.

De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Vialidad, se contabilizan 20 mil 899 vehículos remitidos al corralón en lo que va del año. En 2009 fueron 29 mil 929, en 2010 la suma fue de 28 mil 414 y el año pasado fue de 28 mil 279.

Las demás causas por las que son enviados allí son  por infracción, choque, placas vencidas y por sobrepasar límites de velocidad con radar ordinario.

LIBERACIÓN DE VEHÍCULOS

Aseguradoras invierten tres mil pesos mensuales


Las aseguradoras de vehículos gastan alrededor de tres mil pesos mensuales por la liberación de autos de los corralones, tras ser remolcados a éstos por cualquiera de los motivos, explicó Francisco Javier Vázquez Vázquez, coordinador de siniestros de una empresa aseguradora.

Asimismo, mencionó que los choques son la causa más frecuente para que un carro termine en el depósito estatal.

“Tenemos estimado que son dos mil 500 pesos al mes, que son reembolsables. Son 52 pesos por día que pase en el corralón, más 450 pesos del arrastre de la grúa; estamos hablando que se desembolsan tres mil pesos. Únicamente si tiene seguro de auto, los gastos corren por la aseguradora; si no, tendrán que salir de su propia bolsa”, indicó el agente.

Una vez que son remolcados hasta el corralón, los trámites para recuperar el vehículo en promedio demoran 45 días, según las cifras de la aseguradora.

CRÓNICA

Cementerio de autos


Están ahí: arrumbados, inservibles, desperdiciados. Son miles los automóviles que se encuentran en el depósito número ocho del Instituto Jalisciense de Asistencia Social, ubicado a un costado de la Barranca de Huentitán, al Norte de la ciudad.

Cuando uno llega y pregunta por los autos de remate, el cancerbero te revisa con el rabillo del ojo. Te dice que tu mochila no puede entrar, supongo que porque piensa que me quiero robar un motor o el chasís de un carro y guardarlo en mi valija. Le digo que no tengo de otra: carro no tengo para guardar mis pertenencias y mi computadora no se la voy a dejar a alguien en la puerta. “Pásate, pero nomás te registras”.

El cancerbero, que no dijo su nombre, ha contado que los carros de remate son los que tienen en el cristal un rayón con marcador verde “ con terminación Q y con terminación QR. Los demás no te acerques, no se subastarán. Tienen sus propios problemas”.

Como si las máquinas dominaran el mundo. Ahora que entro al cementerio veo el terreno atestado de carros viejos, abandonados a su suerte. Como si nadie quisiera saber nada más de ellos.

Atrás de mí, en la entrada, estaba Miguel. Él venía a ver si la grúa se había traído su carro a este corralón, cuando le dijeron que no preguntó el procedimiento para comprar un carro en la subasta, y después entramos juntos.

Me contó que una grúa del Ayuntamiento le remolcó su camioneta la madrugada del jueves estando estacionada afuera de su casa. Que tenía 15 años estacionando su carro sobre la Avenida 8 de Julio y que así, sin más, por la mañana ya no la encontró. Un vecino le contó que había sido una grúa la que la había arrastrado hacia alguno de los corralones. Y ahora, en medio de su peregrinar, nos encontramos en un cementerio de autos.

Carros de remate es igual a carros baratos. Carros baratos es igual a carros sin garantía. Carros sin garantía es igual a carros con destino al deshuesadero. Los carros cuyos parabrisas fueron bautizados con la Q y la QR tienen 180 días sin ser reclamados. Y ahora están por venderse, aunque tengan dueño y posiblemente sobrenombre. Serán vendidos, pero la verdad es que si estuvieran en el Tianguis del Automóvil, pocos tendrían clientes.

Los de remate son de modelo atrasado, con los cristales rotos, las llantas ponchadas y algunos hasta llevan en la carrocería el vestigio de que fueron protagonistas de aparatosos accidentes.

Pero esos carros son los menos. En este corralón sobran automóviles viejos, desvencijados, algunos con vegetación dentro y otros, muchos, son carros oficiales de ayuntamientos de Jalisco que bien podrían ser vendidos como chatarra para mitigar las deudas municipales.

A la salida, y después de recorrer todo el solar, a uno le quedan más preguntas que respuestas: ¿Cuántas laminas de aluminio se podrían aprovechar para evitar la sobre explotación de las minas de México? ¿Cuántos autos nuevos serán comprados para remplazar a estos vetustos autos viejos? ¿Los autos que se rematarán, aún conservarán el convertidor catalítico para evitar que contaminen en exceso?

Aquí no hay respuestas, el único sonido es el de las aves del vecino Zoológico Guadalajara. Aquí nada más hay autos muertos y otros, muchos otros, esperando ser comprados para ver si resucitan o de plano pasan a mejor vida .
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