Jalisco

Aeropuerto, ruta de entrada de dinero ilícito

Guadalajara es considerada uno de los tres puntos más importantes para el “lavado” de dinero en el país

GUADALAJARA, JALISCO (07/JUN/2010).- El Estudio Binacional México-Estados Unidos de Bienes Ilícitos presentado el pasado 2 de junio en la Ciudad de México, ubica a Guadalajara como una de las tres ciudades del país “consolidadas” en materia de “lavado” de dinero. Además, se considera al Aeropuerto Internacional Miguel Hidalgo (AIMH) como uno de los principales puntos de ingreso de dinero ilícito.

El estudio fue dado a conocer por John Morton, secretario adjunto de Inmigración y Aduanas del vecino país del Norte. En su elaboración colaboraron dependencias de ambos países, entre las que destacan el Departamento de Seguridad Interior (DSI) de los Estados Unidos (EU) así como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Procuraduría General de la República (PGR) de nuestro país.

En los términos del reporte, Guadalajara es, junto con Culiacán y Monterrey, una ciudad “consolidada” en materia de “lavado” de dinero. El concepto no está descrito en el documento, pero sí se señala que la consolidación es el mayor nivel que se puede alcanzar según la metodología del estudio. Además, el aeropuerto de la ciudad es, junto con el de la Ciudad de México y el de Cancún, uno de los tres más utilizados para el paso de divisas “blanqueadas” dentro del territorio nacional.

El documento informa que cada año ingresan a México entre 19 mil y 29 mil millones de dólares provenientes de actividades ilícitas llevadas a cabo en Estados Unidos. La mayor parte del monto entra como dinero en efectivo, mucho del cual pasa por la frontera vía terrestre, pero otro tanto ingresa por medio de transferencias electrónicas o a través de algún otro recurso digital. 

Según el informe, el dinero que pasa por Guadalajara por vía aérea va al sur de EU o a ciertos países sudamericanos, como Panamá o Venezuela, para aminorar la probabilidad de que sea detectado por las autoridades.

“Las empresas criminales que operan la serie de procesos que se necesitan para contrabandear bienes ilícitos de los Estados Unidos  a México y hacia países del denominado Tercer Mundo, tienden a dividirse conocimiento y responsabilidades con objeto de limitar el impacto de la aplicación de la ley”, sostiene textualmente el estudio.

GUÍA

Lo esencial


¿Qué es el “lavado” de dinero?
Es el regreso a la circulación en el circuito financiero (sistema financiero) de dinero que proviene de actividades ilícitas.  Generalmente se hace con transacciones financieras escalonadas, que mezclan dinero lícito con ilícito, y que impiden seguir la pista para conocer su origen. 

¿El dinero ilícito que se intenta “lavar” proviene del narcotráfico?

Sí, pero no exclusivamente. También proviene de robos, extorsiones y secuestros.  

¿Cómo afecta el “lavado” de dinero a la economía?

De tres formas: 1) Genera inflación en sectores específicos, como el de la vivienda. 2) Eleva los costos de transacción. Operaciones bancarias que deben tomar un minuto, con los controles gubernamentales, se vuelven de varios días. Eso afecta a muchos sectores económicos que necesitan velocidad en su flujo. 3) Genera distorsiones productivas. Los sectores tradicionales sufren desinversión. 

¿Cuánto dinero se “lava”?

No es posible determinar con exactitud cuánto dinero del que circula en el sistema bancario proviene de fuentes ilícitas, pero se estima que en todos los países no es menor a 5% del PIB.

El “lavado” genera distorsiones

El economista Ignacio Román pone sobre la mesa algunos puntos a debatir sobre el impacto del “lavado” de dinero en una economía. Por un lado, explica que la entrada drástica de recursos adicionales externos puede distorsionar la estructura económica, pero no necesariamente genera inflación, como algunos sostienen. 

“Si tienes una estructura económica y de repente te aparece de la noche a la mañana una actividad que te genera una enorme tasa de rentabilidad en un periodo muy breve, lo que generas es un desplazamiento de capitales de sectores productivos tradicionales”, explica el investigador.

Eso, añade, puede suceder con actividades criminales o con otras actividades que irrumpan en el escenario, como sucedió con el auge petrolero. En todos los casos, se deteriora la estructura productiva de una ciudad. 

Además, el dinero del narcotráfico es volátil, por su naturaleza. Invertir o lavar dinero en una plaza depende de las probabilidades de ser detenido. Si son bajas, se queda el dinero, si son altas, se va. 

Sin embargo, en lo que se refiere a la inflación, el economista explica que ese no es un efecto del “lavado” de dinero en una ciudad. La teoría ortodoxa explica que la inflación se deriva de un exceso de circulante. Si entra mucho dinero, hay más recursos pero no más producción, lo que encarece a esta última y el resultado es la inflación.

“Pero en este caso lo pondría en duda”, advierte el doctor en Economía, “porque la de Guadalajara no es una economía cerrada”.

Eso significa, añade, que sus habitantes no consumen sólo lo que aquí se produce y sus productores no venden sus productos sólo aquí, lo que los obliga a competir en otros mercados en donde no está la distorsión y eso inhibe el efecto inflacional.

En el caso de la vivienda también duda Román y señala que la expansión de fraccionamientos populares y su dinamismo sí está relacionado con dinero externo, pero proveniente de las remesas. 

Al señalarle que las remesas son parte del “lavado” de dinero, el académico reconoció un comportamiento atípico, pero también pidió cautela a la hora de sacar conclusiones.

“El crecimiento de remesas de 2000 a 2008 sí es descomunal y no tiene explicación lógica. Si hay un incremento del 30% anual, eso significaría que cada año se va 30% más y tampoco es posible que ganen 30% más o que tengan un 30% de ahorro adicional”, acepta.

Pero añade que las remesas son montos muy pequeños y que difícilmente se podría hablar de las cantidades de las que se habla con el “lavado” de dinero con esas transferencias hormiga. En todo caso, dice, los grandes ganadores serían los intermediarios financieros.
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