Jalisco

Adiós a Carlos Corvera Gibsone

El columnista de EL INFORMADOR falleció la noche del jueves en su casa de Puerto Vallarta

GUADALAJARA, JALISCO (15/DIC/2012).- Si algo distinguió a Carlos Corvera Gibsone fue su enorme curiosidad. En su columna Seco y directo, publicada semanalmente por EL INFORMADOR, Corvera bien podía escribir en una entrega sobre economía, política o relaciones internacionales, y en la siguiente abordar las cuestiones religiosas que lo fascinaron toda su vida.

El columnista de EL INFORMADOR, quien colaboró con este diario durante más de 20 años, falleció la noche del jueves a los 62 años en su casa de Puerto Vallarta, probablemente a causa de un infarto.

Escribir siempre fue su gran pasión, recordó Jorge Corvera Gibsone: "Era su disfrute de la semana". A su hermano lo recordó como alguien "de  personalidad muy afable pero con mucho carácter"; con una gran inclinación analítica, "una gente muy profunda en su manera de pensar" y, a la vez, con una fuerte inquietud religiosa.

Su pensamiento en torno al tema quedó expresado en varias de sus columnas, entre ellas la del pasado domingo 26 de agosto, donde Corvera se preguntó en torno a la duda y a la fe. Y sin embargo, nunca dudó en manifestar su opinión: "Que quede claro que yo sigo en la búsqueda de ese Dios que anhelo llevarlo dentro de mí, y que le podríamos llamar 'paz interior'".

Originario de Guadalajara, Corvera Gibsone se fue a vivir a Puerto Vallarta hace aproximadamente ocho años. Allí compró el restaurante El Dorado --ubicado en la Playa de los Muertos-- y lo echó a andar junto a dos de sus cinco hijos.

"Esa fue su última aventura", expresó con pesar su gran amigo Jaime de la Peña Stettner. Además, dijo: "Él encontraba en el mar y en el sol su forma de comunicarse con Dios".

Además de escribir, "que es lo que le dio sentido a su vida" --contó De la Peña-- Corvera Gibsone estuvo involucrado en diversas actividades desde su juventud. Sus estudios los inició en Administración de Empresas, pero nunca terminó la carrera. En algún momento se dedicó a ser agricultor en un rancho que compró en Colima y también fue dueño de una tienda de instrumentos musicales y discos de importación llamada Polifonía, que estaba ubicada en la Avenida Chapultepec.

Y es que la música fue otra de sus grandes pasiones. Incluso llegó a grabar un disco con composiciones propias, en las que tocaba la guitarra y el piano.
 No queda duda, dijo su amigo Jaime de la Peña, que Carlos Corvera Gibsone fue "un enamorado de la vida".

PARTIDA

La última despedida


Hoy a las 12:00 horas, se ofrecerá un servicio religioso en memoria de Carlos Corvera Gibsone, en el Templo de San Juan Macías (Avenida Acueducto #5451).
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