Jalisco
— ¿Y el piloto...?
Para trascender, un gobernante no tiene que transformar su entorno de manera dramática
Trascender —¡belleza de verbo!— significa, para el caso, “extender o comunicarse los efectos de unas cosas a otras, produciendo consecuencias”. Trascendentes fueron, por ejemplo, los gobiernos de Benito Juárez o (salvadas todas las distancias) Lázaro Cárdenas. Trascendentes fueron, en otro ámbito, los pontificados de Juan XXIII o (salvadas, también aquí, todas las distancias) Juan Pablo II.
—II—
Para trascender, un gobernante no tiene que transformar su entorno de manera dramática. Basta, para que lo haga, con que deje huella: que haga pocas cosas, pero significativas en la vida de la población. En el caso, un Gobierno sería trascendental para Jalisco si rompiera el desequilibrio socio-económico del Estado, promoviendo el desarrollo de regiones tradicionalmente marginadas; si resolviera los problemas de movilidad, contaminación, abasto de agua o seguridad en la monstruosa y anárquica Zona Metropolitana de Guadalajara...
La semana pasada, sin ir más lejos, a raíz de que la ola de violencia creciente en “la mejor ciudad del país para vivir”, según cierta casa encuestadora, segó la vida de dos criaturas inocentes en la Colonia del Fresno, el susodicho aseveró que su prioridad, como gobernante, era “la seguridad de las familias” y de esas criaturas cuyo sacrificio brutal y absurdo clama justicia al Cielo. Y en esas estábamos, en espera de un acto de gobierno, de una reacción en consonancia, de una señal de que la sociedad no está desamparada, cuando el aludido decide hacer como que la Virgen le habla, dejar aquí el cochinero en los organismos oficiales y la sicosis en la sociedad, treparse al primer avión que se le pone a modo y salir disparado a España, a vender el cuento chino de que venir a los Juegos Panamericanos, a una ciudad que es —con las debidas licencias de Luis Spota— “casi el paraíso”, es la onda...
—III—
Eso habla de la noción que tienen algunos del verbo trascender. Eso da un indicio de dónde están las prioridades de ciertos gobernantes...
Ya el tiempo dirá si del otro lado del charco encuentra incautos que le compren sus espejitos, como los encontraron los antepasados de sus no muy espontáneos anfitriones en este lado, hace 518 años.
JAIME GARCÍA ELÍAS / Periodista y conductor radiofónico.
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