Jalisco

— ''Todo... o nada''

La Línea 2 del Macrobús está en veremos, sigue en el aire la ''consulta pública'' prometida por los actuales munícipes

“¡Se va y se corre...!” —como decían los animadores del juego de Lotería en las ferias de pueblo—, un capítulo más de una de las muchas versiones tapatías del viejo Cuento de Nunca Acabar.

(En efecto, señor: se trata del malhadado Macrobús...).

—II—


Sobre el tema, que languidece a ojos vistas, por no decir que agoniza, hubo ayer dos notas informativas: una, la advertencia del director del Sistema del Tren Eléctrico Urbano de Guadalajara (Siteur), Francisco Padilla Mancilla, en el sentido de que de no licitarse, en los cinco meses y medio que le quedan de vida al año, las obras de infraestructura de la Línea 2 del Macrobús, Jalisco podría “perder” no sólo los mil millones de pesos aprobados por la Federación para ese proyecto, sino los seis mil millones adicionales (“cualquier baba de perico”) comprometidos por el Gobierno federal para la Línea 3 del Tren Eléctrico; otra, la aseveración del coordinador del Consejo de Cámaras Industriales, Manuel Herrera Vega —luego de un recorrido a bordo del Macrobús, al cabo del cual algunos empresarios quedaron en aptitud de presumirle a sus nietos que se subieron a la cosa ésa... y viven para contarlo— acerca de que sería “una pena, una vergüenza para los jaliscienses” que esos recursos se perdieran.

Recapitulando sumariamente: la Línea 2 del Macrobús está en veremos. Sigue en el aire la “consulta pública” prometida por los actuales munícipes (priistas) durante las campañas electorales, a raíz de las inconformidades y protestas que desató la puesta en funcionamiento de la Línea 1. De la guerra de saliva sobre los pros y contras de introducir esa línea por la Avenida Alcalde, frente a la Catedral o debajo de ella (a la que se sumó, incluso —con el tacto que lo caracteriza—, el cardenal arzobispo Juan Sandoval), tampoco salió nada en claro. Sería un milagro que el panorama se despejara súbitamente y que alcanzara el tiempo para licitar las obras preliminares en los cinco meses y medio que quedan del año.

—III—


Por lo pronto, sirve el episodio para tantearles la zanca a ciertos pollos: el Gobierno federal, por la liberalidad con que pone a disposición del Gobierno de Jalisco varios miles de millones de pesos, para “invertirlos” en un proyecto insuficientemente madurado; y los industriales, al calificar de “vergüenza” para Jalisco que no se gasten “a lo Gorras” esos dineros, honestamente ganados y heroicamente aportados al fisco por los contribuyentes.
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