Jalisco

— ¡Sí, Chucha...!

Guadalajara, señor, vuelve por sus fueros

Guadalajara, señor, vuelve por sus fueros. Según una encuesta de Consulta Mitofsky, “La Perla Tapatía es la mejor ciudad para vivir...”.
(Pausa para incorporar, con mariachi en vivo, música de fondo: “Tienes el alma de provinciana, / hueles a limpia rosa temprana...”, etc.

—II—

La nota es demasiado escueta en elementos metodológicos. Se limita a señalar que se preguntó “a mil mexicanos mayores de edad”, sin consignar mayores datos, ni establecer el margen de error de los resultados. “La mayoría —añade el texto— prefirió a Guadalajara como el mejor lugar para vivir, sobre el Distrito Federal y Veracruz”. Omite cualquier información sobre el lugar de residencia de las personas encuestadas y sobre la clasificación que lograron ciudades que en el pasado se llevaron esa distinción: Colima, Villahermosa, San Luis, Mérida o Querétaro, por ejemplo.

Se infiere que donde dice “Guadalajara” debe leerse “la zona metropolitana”. Faltaría puntualizar, por tanto, en qué parte de la mancha urbana que la integra —con la venia del Tenorio—, “más clara la luna brilla y se respira mejor”. Haría falta saber si se invitó a participar en el universo de encuestados a quienes encontraron el lugar de sus sueños en los novísimos “desarrollos” habitacionales de Tlajomulco, Toluquilla o Tateposco (que también son Guadalajara, faltaba más) y demás rumbos “en donde da vuelta el aire”, “donde no se paga renta” o “donde Tarzán perdió el cuchillo”...

Habría que ver si concuerdan en que Guadalajara es, en México, lo más parecido al Paraíso Terrenal, quienes se quejan de la inseguridad, la suciedad, la contaminación, el grafiti, la insuficiencia creciente de las vialidades, la pésima calidad del transporte público, el vandalismo y la dejadez de los lugareños, la incompetencia de las autoridades para proporcionar servicios básicos dignos a la población, el dispendio de los recursos públicos en frivolidades y fruslerías...

—III—

En lo que se despejan, pues, las incógnitas que se desprenden de la aseveración, tan categórica como enigmática, de que “Guadalajara es la onda”, sirva la nota de pretexto para recordar un añejo chascarrillo, que por alguna razón dejó de tener vigencia...
Muere un tapatío y se apersona ante San Pedro.

—¿De dónde vienes, hijo?
—De Guadalajara.
—¿Guadalajara?
—Guadalajara: la Perla Tapatía; la tierra de Dios y de María Santísima; la tierra de las mujeres más hermosas y los hombres más gallardos...
—Pues no sé dónde quede eso, pero pásate al Cielo: ojalá te guste...
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