Jalisco
— Pasiones
Días propicios son estos, señor, para las reminiscencias...
Días propicios son estos, señor, para las reminiscencias...
—II—
Por ejemplo, ahora que Carlos Monsiváis es noticia por el quebranto de su salud, su antología de crónicas periodísticas intitulada “A Ustedes les Consta”, incluye una (¿de Miguel Reyes Razo?) denominada “Iztapalapa, otra vez”. Alude, obviamente, a la tradicional representación de La Pasión de Cristo, en una barriada del Distrito Federal. Además de ser modelo del género (por definición, “relato de hechos de los que el cronista es testigo”), dicha crónica resulta magistral por el desenfado con que mezcla giros peculiares del estilo de los evangelistas (“en verdad, en verdad os digo...”) con la jerga de la nota periodística de barandilla.
Otro ejemplo, tomado de la literatura, sería “La Tournée de Dios”. Enrique Jardiel Poncela novela sobre un hipotético retorno, ya en pleno siglo XX, de Dios a la Tierra. Dios, en ese relato, es un tipo simpático, campechano, chaparrito, que viaja en tren, que se vuelve simpatizante del Real Madrid; que bendice la mesa con un desenfadado “Hijos míos, buen provecho”; que se aburre en un Te Deum en su honor; que en una conferencia de prensa, a la pregunta de “¿Qué opina sobre el diablo vuestra divinidad?”, responde con un desparpajado: “Lo he dejado por imposible; está completamente loco”; que se hace algunos amigos... pero termina perdiéndolos a casi todos, lo mismo que a la muchedumbre que antes había acudido a recibirlo tumultuosamente, a consecuencia de un discurso —¡genial!— en la plaza de toros de Madrid...
—III—
Vienen al caso esas reminiscencias por dos noticias relacionadas con la también tradicional Judea en Vivo escenificada durante los recientes “días santos” en San Martín de las Flores, municipio de Tlaquepaque. Una, la conceptuosa discusión en que se enfrascó el cardenal arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez (“Público”, IV-4-10), con los reporteros, sobre la disminución de asistentes: de los 200 mil acostumbrados, a los 20 mil que consignaron esta vez las autoridades: “Yo no sé (...), yo no vi (...). Algún canchanchán de Protección lo dijo, y tú te lo creíste”. Otra: Además de un parto, ocurrido el viernes durante la Judea en Vivo, hubo, según la misma fuente, “377 vendedores ambulantes instalados con permiso, más una licorería clausurada por violar la ley seca que rige esos días, y cinco personas detenidas por distintas razones”. Además, se recolectaron 30 toneladas de basura.
(Uno se pregunta —sin ánimo de fastidiar— si de eso se trata...).
—II—
Por ejemplo, ahora que Carlos Monsiváis es noticia por el quebranto de su salud, su antología de crónicas periodísticas intitulada “A Ustedes les Consta”, incluye una (¿de Miguel Reyes Razo?) denominada “Iztapalapa, otra vez”. Alude, obviamente, a la tradicional representación de La Pasión de Cristo, en una barriada del Distrito Federal. Además de ser modelo del género (por definición, “relato de hechos de los que el cronista es testigo”), dicha crónica resulta magistral por el desenfado con que mezcla giros peculiares del estilo de los evangelistas (“en verdad, en verdad os digo...”) con la jerga de la nota periodística de barandilla.
Otro ejemplo, tomado de la literatura, sería “La Tournée de Dios”. Enrique Jardiel Poncela novela sobre un hipotético retorno, ya en pleno siglo XX, de Dios a la Tierra. Dios, en ese relato, es un tipo simpático, campechano, chaparrito, que viaja en tren, que se vuelve simpatizante del Real Madrid; que bendice la mesa con un desenfadado “Hijos míos, buen provecho”; que se aburre en un Te Deum en su honor; que en una conferencia de prensa, a la pregunta de “¿Qué opina sobre el diablo vuestra divinidad?”, responde con un desparpajado: “Lo he dejado por imposible; está completamente loco”; que se hace algunos amigos... pero termina perdiéndolos a casi todos, lo mismo que a la muchedumbre que antes había acudido a recibirlo tumultuosamente, a consecuencia de un discurso —¡genial!— en la plaza de toros de Madrid...
—III—
Vienen al caso esas reminiscencias por dos noticias relacionadas con la también tradicional Judea en Vivo escenificada durante los recientes “días santos” en San Martín de las Flores, municipio de Tlaquepaque. Una, la conceptuosa discusión en que se enfrascó el cardenal arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez (“Público”, IV-4-10), con los reporteros, sobre la disminución de asistentes: de los 200 mil acostumbrados, a los 20 mil que consignaron esta vez las autoridades: “Yo no sé (...), yo no vi (...). Algún canchanchán de Protección lo dijo, y tú te lo creíste”. Otra: Además de un parto, ocurrido el viernes durante la Judea en Vivo, hubo, según la misma fuente, “377 vendedores ambulantes instalados con permiso, más una licorería clausurada por violar la ley seca que rige esos días, y cinco personas detenidas por distintas razones”. Además, se recolectaron 30 toneladas de basura.
(Uno se pregunta —sin ánimo de fastidiar— si de eso se trata...).
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