Jalisco

— Miopía mental

De unos años a la fecha, por cada chancharra que se detecta, aparecen 100 baches

El gobernador del Estado dijo hace poco “al César... lo suyo” —algo inteligente...

—II—

Antes, con las primeras lluvias del temporal, aparecían de la nada —salvo la mejor opinión de los entomólogos— las chancharras (mexicanismo con que se designa a una especie de hormigas voladoras: manjar gastronómico, por cierto, en algunos estados del país); en Guadalajara, de unos años a la fecha, por cada chancharra que se detecta, aparecen 100 baches. Y, por supuesto, como el pechito del ciudadano común no es bodega, de la aparición de los baches se pasa, ipso facto, al orfeón con una misma tonada: el reclamo, más o menos airado, a las autoridades. La explicación de los funcionarios encargados de mantener en condiciones aceptables los pisos de la ciudad, a nadie convence: que si el agua reblandece los pavimentos; que si la creciente cantidad y el peso cada vez mayor de los vehículos que circulan por ella hace el resto...

Fue entonces cuando el gobernador (que sabe de qué lado masca la iguana porque en alguna época de su vida ejerció como “El Alcalde de Lagos —su lugar de origen— que gobierna Guadalajara”) dijo algo inteligente: propuso que los munícipes de la zona metropolitana deberían elaborar un plan para sustituir gradualmente los pavimentos de asfalto —con los cuales el del bacheo es el cuento de nunca acabar, porque hay que reemplazarlos al cabo de cada temporal de lluvias— por otros de concreto.

En el entendido de que pavimentar con concreto las avenidas y calles de la ciudad implicaría invertir todos los recursos de que disponen los municipios, y de que a éstos sólo les alcanza el dinero para el “gasto corriente” —es decir, para salarios de burócratas (debido a que los municipios, que deberían ser entidades prestadoras de servicios públicos, se limitan a ser, en la práctica, oficinas de colocaciones encargadas de mantener a cuates y recomendados incapaces de ganarse la chuleta con el trabajo honesto y productivo)—, proponer, por ejemplo, que cada administración municipal se comprometiera a renovar 10% de los pavimentos de su territorio, implicaría la esperanza de tener pisos decentes en las calles de Guadalajara... dentro de 30 años.

—III—

En efecto: pedir eso a quienes padecen de miopía mental —como es, vía de regla, el caso de todos los munícipes—, por su incapacidad de ver más allá de los tres años que dura su ejercicio... es demasiado pedir.
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