Jalisco

— Incongruencia

Tantas irregularidades denuncian una incongruencia escandalosa entre lo que se predicaba cuando se era oposición, y lo que se hace cuando se es Gobierno

Cuando los candidatos panistas rompieron el maleficio que parecía condenarlos a ser la eterna oposición, la sombra del PRI por los siglos de los siglos, y comenzaron a ganar —ante el escepticismo de millones de demócratas a ultranza... y la incredulidad del mismísimo Mr. Ripley— algunas elecciones, de las  torpezas de los flamantes gobernantes (alcaldes, gobernadores, presidentes...) el ciudadano común, en un primer momento del análisis, hacía una valoración un tanto magnánima:

—Éstos no saben gobernar, porque aquellos sátrapas (obvia decir quiénes) nunca les han permitido hacerlo.

Otros, ya en un segundo momento, les abonaban algunas supuestas virtudes, a cambio de sus evidentes —y a veces hasta escandalosos— desaciertos:

—Son incompetentes —se decía en su descargo—... pero honrados.

Ahora, en cambio, ya ni ese consuelo —si no de certeza, sí, al menos, a nivel de íntima convicción— le queda al ciudadano común.


—II—

Decían los ancianos, sabiamente, que “Del dicho al hecho, hay mucho trecho”...

Botón de muestra: el dicho de los ideólogos del panismo, a tenor de la sospecha de que los gobernantes priistas no se caracterizaban precisamente por su honradez para manejar las finanzas públicas, insistía en que “Cuando se maneja dinero ajeno, es de elemental honestidad rendir cuentas hasta del último centavo; y cuando se maneja dinero del pueblo (‘de los esclavos el sudor sangriento torcido en oro’, lo llamaba José Martí), con mucha mayor razón”. Y un hecho en la hoja de servicios de los gobernantes panistas que el cacareado “cambio” hizo posible: la Auditoría Superior de la Federación —el máximo órgano fiscalizador de los manejos de las finanzas públicas— hizo cerca de 500 “observaciones” por otras tantas irregularidades, por un monto total cercano a los cuatro mil millones de pesos, en la cuenta pública de Jalisco correspondiente al año 2009.

—III—

Aun en la hipótesis de que en el mes que —por ley— se dio de plazo al Gobierno de Jalisco para que honre las enseñanzas de las abuelas que predicaban aquello de “Las cuentas claras y el chocolate espeso”, tantas irregularidades —dejémoslas de ese tamaño, a beneficio de inventario—, por un monto de ese calibre, denuncia, si no manifiesta deshonestidad, sí, obviamente, desaseo en el manejo del dinero del pueblo... y, por supuesto, una incongruencia escandalosa —por decir lo menos— entre lo que se predicaba cuando se era oposición, y lo que se hace cuando se es Gobierno.

JAIME GARCÍA ELÍAS / Periodista y conductor radiofónico.
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